En la actualidad
La todas las poblaciones
del mundo están vinculadas entre sí. Es
imposible encontrar una comunidad incomunicada y que no
reciba fuerte influencia de otra. Mundialización,
internacionalización y globalización son
términos que, con significado ideológico
distinto, pretenden designar modalidades de este fenómeno.
En esta configuración del mundo actual, fuertemente
comunicado y a la vez profundamente desigual, surge de
nuevo la pregunta sobre el lugar y la función de
la Universidad; en especial el rol que debería
cumplir la universidad latinoamericana.
La función de la Universidad,
docencia, investigación, creación y extensión,
no puede escindirse de la idea de educación como
bien social, y esta idea no puede pensarse sin considerar
la sociedad en la cual la educación se cumple.
De esta manera, en la medida en que existan procesos tendientes
a la uniformidad es necesario generar mecanismos en el
sistema educativo que tengan en cuenta las particularidades
de cada sociedad.
Puede considerarse que actualmente
América Latina lucha para no ser absorbida por
este fenómeno de globalización. La tendencia
se advierte claramente en los países de la región
que buscan posicionarse con mayor independencia frente
a países dominantes en distintos aspectos que incluyen
desde lo económico hasta lo científico.
Es importante que la Universidad acompañe este
proceso de independencia. Siguiendo esta dirección,
la educación superior universitaria será
pertinente para la construcción del futuro de América
Latina si apunta centralmente a:
-democratizar el acceso a los estudios universitarios,
impulsando el concepto de educación pública
y gratuita; y a implementar estrategias para evitar la
deserción;
-una educación continua que posibilite al egresado
actualizar y fortalecer sus conocimientos;
-generar conocimiento para dar respuesta a requerimientos
productivos, económicos y culturales propios de
América Latina;
-elaborar planes de estudio que permitan al egresado afrontar
situaciones cambiantes;
-afirmar la identidad nacional y regional.
En este sentido la institución universitaria debe
ser promotora de la ciencia, la cultura y la memoria para
que además de profesionales se formen personas
con actitud crítica capaces de comprometerse y
transformar su medio social.
En síntesis, la Universidad
en el contexto de Latinoamérica no sólo
debe ser un lugar de construcción y transmisión
del saber sino también un lugar de desarrollo y
escenario de cultura que contribuya a profundizar la democracia
y la libertad.