Universidad Nacional de San Juan - Argentina - Octubre 2006 - Año III - Nº 24

    Principal
    Editorial
    Agenda
    Becas
    Libros
    Equipo
 

Escríbanos
Nombre
E-mail
Confirme su E-mail
Mensaje

MARÍA FERNÁNDEZ INTEGRA LA ORQUESTA DE TANGO DE BUENOS AIRES

Una flauta sanjuanina para la canción porteña

María Fernández, quien estudió música en la UNSJ, lleva casi dos años residiendo en Capital Federal. Allí ganó, entre 21aspirantes, el cargo para única flautista en la Orquesta de Tango de la Ciudad de Buenos Aires.

En la lírica del tango no hay muchas mujeres. Podría hablarse de Malena, de María, de Madame Ivonne, de la "Chorra" que Gardel no nombra y no hay muchas más. Nunca, tampoco, el número de mujeres músicas fue abundante en las orquestas típicas ni en las más modernas de tango. Por ello, el caso de María Fernández como única flautista de la Orquesta de Tango de la Ciudad de Buenos Aires, luego de ganar un concurso en el que se presentaron 21 aspirantes, entra en el terreno de lo casi excepcional. Podría resultar llamativo que María Fernández sea sanjuanina y que en esta provincia haya bebido un buen tiempo de la fuente de ritmos cuyanos junto a Susana Castro, Claudia Pirán y otros. Pero no, porque esta artista de sólo 23 años tenía en su acervo musical mucho más que ritmos folklóricos. Tenía, además de otros géneros, demasiado talento, interminables horas de estudio y perfeccionamiento, varios escenarios y pruebas de fuego ante públicos exigentes y músicos experimentados.

Buscando horizontes

En San Juan, María Fernández estudió junto a Renato Ligutti, actual coordinador de Cultura de la UNSJ y músico de la Orquesta Sinfónica de esta casa de estudios; obtuvo en su trayectoria numerosos reconocimientos y formó su propio grupo: Guayaupa. Ya había ganado un Pre Cosquín y grabado un par de discos como música invitada. Un día emigró a Buenos Aires, donde reside desde hace casi dos años. Allí empezó a ganarse la vida tocando la flauta en un banco en donde cobran jubilados. Luego empezaría a desempeñarse como primera flauta en la Orquesta Académica del Teatro Colón. Hasta que llegó el llamado a concurso para cubrir una vacante en el puesto de flautista en la Orquesta de tango porteña. En realidad, se trataba de una oportunidad no sólo de crecer más, sino de pelear por un cargo estable que posibilitara cierta tranquilidad económica para seguir estudiando, y así persistir en los carriles de la música.

Talento y trabajo

Al momento de concursar para el cargo en la Orquesta de Tango, María Fernández no tenía antecedentes en esa agrupación musical, sólo exhibía talento y mucho tiempo de dedicación en serio. "Los antecedentes contaban y yo no tenía. Eso me jugaba en contra", comentó María. En el concurso participaron músicos de distintas edades, incluso un hombre de 68 años que sí tenía antecedentes en la Orquesta. En cuanto a las obras que los aspirantes debían interpretar, tres eran de rigor: una de Bach y dos tangos de Astor Piazzolla, y había que tocarlas con una lectura a primera vista. También debía ejecutarse una obra a elección. María eligió el Concierto Ibert. Días más tarde, sobre finales de septiembre, la sanjuanina se encontró con que ella figuraba con el puntaje más alto de la lista. "No lo podía creer, hice muchísimos llamados para confirmar que era yo la que había ganado", recordó. De todos modos, para ella todo es un peldaño más en su carrera realmente ascendente. No cree que exista un techo para la música y hay algo que tiene muy claro: "Quiero seguir creciendo", afirmó.

 

Copyright © 2004 Revista la U | Universidad Nacional de San Juan | Todos los derechos reservados | revista@unsj.ed.ar