Del jueves 16 al domingo 19 de agosto se realizó el Festival Regional de Teatro de Nuevo Cuyo en nuestra provincia. Estos cuatro días fueron organizados como una verdadera fiesta para los amantes del género. En primer lugar, se presentaron las tres primeras obras elegidas de cada provincia en su fiesta provincial del teatro más una obra invitada, Lágrimas y risas, del maestro mendocino Ernesto Suárez; por el otro lado, entre las actividades de cruce: talleres y mesas de debate, y como frutilla del postre, una intervención urbana en pleno micro centro sanjuanino.
La apertura del festival estuvo a cargo de una veintena de actores y actrices sanjuaninos/as que se reunieron para hacer un merecido recibimiento a sus colegas de la región. La misma tuvo como título Casorio y consistió en representar un casamiento, con cumbia, comida, bebida y todo lo que esto implica; la excusa perfecta para brindar por cada una de las provincias y por la unión de la región.
La afluencia de público fue notable en las trece obras que se presentaron (5.000 personas en total, según los medios locales). Representaron a San Juan, en orden de mérito, Fantasmáticas, de Ciertas mujeres de teatro de artes (Dir. Tania Leyes); Los traidores, de El círculo de tiza (Dir. Juan Carlos Carta); y Ab-zurdo, del Grupo de Teatro Universitario De la Nuca (Dir. Rosita Yunes). Desde San Luis, vinieron Té, ¿querés?, de La tía Tota (Dir. Mariela Domínguez); Bodas de sangre, del Grupo Teatro Universitario de San Luis (Dir. Marcelo Di Gennaro); y Galileo Galilei… La aventura de observar, de Piedra libre para todos (Dir. Cecilia Etchegaray). Mendoza estuvo representada por Biónica (Dir. Ariel Blasco); Febrero adentro, de Escarabajo Teatro (Dir. Vanina Corazza); y Ella, de Cajamarca (Dir. Guillermo Troncoso y Víctor Arrojo). Por su parte, La Rioja trajo: Como quien mata a un perro, del Teatro Estable Municipal (Dir. Ernesto Brizuela); Dos soles para un ocaso y Rosenbahnhof - La estación de las Rosas, ambas de la Compañía PosDanza (Dir. Mario Danna y Adriana Nazareno).
Respecto de las variedades temáticas y estéticas abordadas por el catálogo de obras del festival, encontramos que la obra invitada Lágrimas y risas, del maestro Ernesto "Flaco" Suárez, plantea desde su título una posible síntesis. La dicotomía planteada en el título de la obra permite una lectura transversal del festival, en el que no faltaron tanto lo cómico como lo trágico, el ceño fruncido como la sonrisa asomada, lo joven como lo experimentado.
En cuanto a las actividades de cruce, los talleres dictados fueron "Acercamiento al lenguaje corporal a través de la pantomima", a cargo de Guillermo Troncoso y Diego Quiroga como asistente, y "Práctica de entrenamiento físico e interpretativo para el actor", dictado por Maricel Álvarez, quien ha realizado una intensa carrera teatral en Buenos Aires y el exterior. El primero retomó uno de los géneros "madres" del teatro sanjuanino, vale recordar agentes relevantes del teatro local que empezaron con estas técnicas tales como Oscar Kummel o Juan Carlos Carta. En tanto, el segundo permitió a los asistentes tomar contacto con técnicas de improvisación e investigación en la atención, precisión y coordinación del movimiento.
En las mesas debate, "Profesionalización del trabajo teatral" (Moderador: Juan Claudio Becerra), "Estéticas teatrales de la Región Nuevo Cuyo" (Moderadora: Alicia Castañeda), y "Gestión y producción de espectáculos" (Moderador: Marcelo Ríos), se reflexionó sobre distintos aspectos del género y del oficio desde una visión regional; lo cual resulta innovador porque generalmente estos temas se estudian con la perspectiva de la capital nacional. Estos espacios de debate sobre el teatro regional resultaron un ámbito propicio para conocer realidades diversas en cada una de las provincias y compartir preocupaciones actuales y perspectivas de análisis de las producciones teatrales regionales.

En síntesis, la vivencia de este festival dejó formulados, entre organizadores, productores y público, ciertos interrogantes en torno al hacer teatral de la región. Algunas de las problematizaciones latentes atañen a la cuestión de los planteos estéticos actuales; a las formas que adquiere el hacer teatral, inexorablemente atravesado por lo institucional, lo económico y lo social; o al creciente lugar que ocupa el público en las preocupaciones de los hacedores regionales. Consideramos que todos estos planteos denotan un camino recorrido, nuevas y más exigentes aspiraciones y la búsqueda de posibilidades, todo lo cual puede leerse, en clave optimista, como un estado en germen de maduración de la actividad teatral en la región.