La revolución autonomista cuyana

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Antes de la creación del Virreinato del Río de la Plata en 1776, el Corregimiento de Cuyo formaba parte de la Capitanía de Chile. A partir de la nueva creación jurisdiccional, San Juan, Mendoza y San Luis pasaron a formar parte de la Intendencia de Córdoba del Tucumán, “cada cual como simple comandancia de armas, partido o delegación”. Así se producía en forma unitaria (decisión discrecional del poder central), el primer desmembramiento de Cuyo.

Por Elio Noé Salcedo

Gran sorpresa resultó para Cuyo la Ordenanza virreinal que así lo disponía, pues una ordenanza anterior, luego rectificada por la de 1783, había proyectado erigir a Cuyo en Intendencia, como correspondía a sus antecedentes históricos. Lo cierto es que, por disposición del Segundo Triunvirato y el aval de la Asamblea del año 1813, ese proyecto se hizo realidad el 29 de noviembre de aquel año, creándose la Intendencia de Cuyo, “con la denominación antigua de ‘Provincia de Cuyo’”, con capital en Mendoza, separándola definitivamente de su dependencia de la Intendencia de Córdoba del Tucumán creada en la época virreinal.

El problema era que, como en la época hispánica y como seguía siendo hasta ese momento, el gobernador intendente seguía siendo elegido por el poder central. Esa fue una de las razones principales del nacimiento del federalismo artiguista, cuyos diputados serían rechazados por la Asamblea del Año XIII. Para empezar, como dice el historiador nacional de Córdoba Roberto A. Ferrero, no se trataba de otra cosa que de “la negativa centralista a reconocer el derecho de cada provincia a elegir sus propias autoridades”.

En ese marco, encontrándose el general San Martín al frente de esta nueva Intendencia organizando el Ejército de los Andes desde la fecha de su nombramiento el 10 de agosto de 1814, al conocer el nuevo nombramiento como director supremo de Carlos de Alvear en reemplazo de Posadas, San Martín, que se había distanciado por profundas diferencias políticas y personales con Alvear, solicitó su retiro. El nuevo director supremo designó en lugar de San Martín al coronel Gregorio Perdriel.

El intento de renuncia por parte de San Martín y la decisión de su reemplazo por parte del Directorio produjeron una gran indignación en los pueblos de Cuyo que, de esta manera, como explica Ferrero, “veían anularse todos los planes de reconquistar Chile para el comercio local, peligrar su propia seguridad ante los realistas trasandinos y retrasarse la hora de la independencia de América”. Medio millar de ciudadanos y otro medio millar de milicianos se reunieron en la plaza el 16 de febrero de 1815 para rechazar la intentona porteñista. Asimismo, “la parte sana del vecindario” se congregó en Cabildo Abierto para expresar la voluntad municipal en ese mismo sentido. Ambas asambleas populares -frente a la presencia del propio San Martín, que compareció para pedir prudencia- resolvieron no aceptar otra autoridad que la del Libertador y comunicárselo al Directorio.

En ese interín llegó Perdriel a Mendoza para hacerse cargo de la gobernación intendencia, no pudiendo hacerlo por la oposición general que encontró en la ciudad de Mendoza, mientras en San Juan un Cabildo Abierto se pronunciaba también en su contra, haciéndoselo saber a Alvear mediante un petitorio avalado por numerosas firmas.

Ante el pronunciamiento soberano del pueblo de Cuyo -embrión del federalismo provinciano en gestación-, el Directorio dio marcha atrás con su decisión autocrática, y el general San Martín quedó ratificado como Gobernador Intendente de Cuyo por la voluntad del propio pueblo cuyano.

Fue ésta “la primera revolución autonomista triunfante” en el territorio de las Provincias Unidas del Río de la Plata -como la llama el historiador Ferrero-, adelantándose de hecho al alzamiento del Litoral y a los “fermentos artiguistas” de las demás provincias mediterráneas, aunque en su misma dirección política, pues, ¿de qué otra manera podría entenderse un movimiento cívico-militar que resistía un nombramiento de la autoridad central y elegía quedarse con el mandatario que tenía y que prefería para sí, renovándole el mandato?

La restaurada Provincia de Cuyo vivirá uno de sus momentos gloriosos al convertirse en la sede del no menos glorioso Ejército de los Andes que libertará Chile y el Perú y que asegurará de esta manera la emancipación de todas las Provincias Unidas de Sud América.

La gestión de San Martín como gobernador intendente de Cuyo y la de sus tenientes gobernadores –Ignacio de la Roza en San Juan, Toribio de Luzuriaga en Mendoza y Vicente Dupuy en San Luis-, sería la garantía de la declaración de la Independencia en Tucumán y de la exitosa gesta emancipadora en los campos de batalla chilenos y peruanos.

Imagen de portada: https://billiken.lat