Las artes que humanizan

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En el subsuelo del Edificio Central de la UNSJ, quizás como un signo no buscado de lo subterráneo frente a las pompas de salas oficiales, funciona un Taller de Dibujo y Pintura para todos, donde el diálogo atraviesa todo proceso creativo.

Por Fabián Rojas

Tema de tapa: La cultura desde las universidades

 Ingresar en el subsuelo del Edificio Central de la UNSJ es encontrar a un grupo de personas de edades dispares en sus sitios de trabajo y que, cada tanto, se hablan, se asoman a la obra de la otra persona o hacen rotar un mate. Gente que además de tener el dibujo y la pintura como objetivo común, tienen otra comunión. “Es el diálogo, del que nos alimentamos nosotros como profesores y también ellos”, dice Ozzy. Este Taller de Dibujo y Pintura se ofrece gratuitamente a quien desee concurrir desde hace ocho años, bajo la pedagogía de Alejandro “Ozzy” Carrizo, licenciado en Artes y Visuales, y de Adriana Guajardo, profesora en Artes Plásticas. “Humanizar la institución es una de sus finalidades”, resume Ozzi respecto de este espacio al que hoy asisten alrededor de 30 personas de distintos lugares del Gran San Juan. “Los viernes a la tarde vienen algunos niños, pero en esto somos muy rígidos: si vemos que sus padres están comprometidos con la educación de sus hijos, con su inclusión, que vienen y ven lo que sus hijos hacen, se quedan los chicos. De lo contario, no. Esto no es una guardería”, advierte Carrizo. Y respecto de los asistentes adultos, comenta: “Vienen personas con algún tratamiento médico o psicológico y las instamos a que cuenten a su profesional cómo se sienten aquí. Es una interacción entre esos profesionales y nosotros, y funciona muy bien”, señala el profesor. “Aquí, ante cualquier problema social, los asistentes al taller lo cuentan, lo escriben, lo pintan. Nosotros no preguntamos, es en el mismo trabajo que surgen solos los cuestionamientos. Este feedback nos hace estar mejor, que progresemos a nivel humanitario. Si acá la gente empieza a estar bien con todo esto, seguramente en su familia o en su barrio también estarán bien”, remarca “Ozzy Carrizo”.

Carlos Motión Taller de Arte de la UNSJ

Carlos Montión (70): “Pensé que venía sólo gente mayor”

Carlos es un nuevo integrante del taller. Es su segunda clase en este lugar al que llegó por enterarse de su existencia por un “boca en boca”, dice. Ahora tiene tiempo, porque ya se ha jubilado de su docencia en Ingeniería Electrónica de la UNSJ. “Acá hasta ahora lo que más me llamó la atención es que venga gente de todas las edades, yo pensé que venía sólo gente mayor. Y la relación que hay con mis compañeros me motiva”, admite. Carlos está ultimando detalles de una cafetera. “Para empezar estoy agregándole toques geométricos a este dibujo. Mi interés siempre fue dibujar en lápiz, no sé si más adelante me anime a la pintura o me guste realizarla”, desliza.

 

Nélida Montañez

Nélida Montañez (58): “Acá aprendí mucho a comunicarme”

“Ahora estoy jugando con los colores, mientras pinto con una técnica geométrica”, indica Nélida, ama de casa, frente a un caballete sostenedor de una pintura en la que hay figuras edilicias y aires de ciudad. “Yo hace tres años que vengo a este taller. Antes dibujaba y pintaba pero sin un profesor, sin quién me guiara. Ahora, cuando estoy en mi casa recuerdo lo que aprendo acá y pienso en qué le tendría que agregar entonces al dibujo”, comenta. A Nélida se le enciende el rostro cuando habla de sus compañeros: “Todos son muy camaradas”, dice. Y añade: “He sido muy tímida siempre, pero acá me he desenvuelto más. He aprendido mucho a comunicarme”.

 

Irma Zuanni Taller de Arte en la UNSJ

Irma Zuanni (70): “Mis nietos posan y yo los retrato”

Irma está tallando sobre una placa de MDF lo que, con cierto tecnicismo, denomina “un abstracto”. “Con herramientas simples le voy dando profundidad a lo que hago”, dice. Irma es jubilada del sector de la salud pública y hace dos años que asiste al Taller de Pintura de Rectorado. “Me enteré por una amiga de este taller”, cuenta, y se refiere a este espacio como algo lo que la ayudó mucho porque tuvo un accidente y hasta le permitió casi olvidarlo. “Tengo una creatividad que está intacta, siempre hice cosas creativas. Me gusta mucho lo geométrico, me gusta el retrato. En casa mis nietos posan y yo los retrato. Todo esto me lo enseñó el profesor de acá”, se entusiasma.

 

Johanna Trigo Taller de Arte en la UNSJ

Johanna Trigo (32): “Me permite enfocarme mejor en mi carrera”

Johanna es estudiante de Tercer año de la Licenciatura en Letras de la UNSJ, por ello procura fusionar la literatura con las artes plásticas. “Venir a este taller me permite enfocarme mejor en mi carrera, porque con las prácticas del taller ahora puedo conectarme mejor con estas dos actividades”, señala Johanna, quien asiste a este lugar del Edificio Central de la UNSJ desde julio pasado por recomendación de una amiga. Pero otra recomendación fue también de su psicóloga, por eso es que ella hoy no duda: “Esto me ayudó mucho en mi salud”. Y sobre sus compañeros, observa: “Las diferencias de edades me hacen percibir otros puntos de vista de las cosas”.