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por Benjamín Kuchen
Rector U.N.S.J.
 

Editorial

Debemos profundizar las
fortalezas de la Universidad

Nuestra universidad ha participado recientemente de una reunión del Consejo Interuniversitario Nacional en Tucumán durante la que se concretó la Primera Jornada de Reflexión, en la cual se debatió centralmente si estas instituciones educativas están dando respuestas a la sociedad contemporánea.

En general, la opinión -bastante homogénea- es que la universidad argentina es una institución bien valorada. La sociedad recurre a ella, en función del prestigio que tiene, en muchas situaciones para conocer y fundarsu opinión respecto de distintos acontecimientos.

Frente a procesos de gobierno no democráticos de franca agresión al sistema universitario y frente a fuertes políticas neoliberales, la Universidad argentina ha sostenido consecuentemente la concepción de la educación como un bien social que debe ser garantizado por el Estado y es una de las pocas en el mundo que mantiene la gratuidad de la enseñanza como principio que logró defender a pesar de las crisis.

Tales ideas que orientan su vida institucional son, al mismo tiempo, su fortaleza principal. Sin embargo se requiere profundizar estos conceptos y resignificarlos ante la complejidad de las épocas actuales. El punto nodal del análisis es si la universidad pública está respondiendo a las necesidades de la sociedad argentina en este momento y especialmente qué camino seguir para acrecentar y cumplir el compromiso con la sociedad. Quedó claro en Tucumán que la exclusión social, el agravamiento de la pobreza, la necesidad de reconstruir la economía y los lazos sociales, constituyen un aspecto importante a tener en cuenta en la definición de políticas educativas, científicas y tecnológicas de la Universidad en los próximos años. Las Universidades se sustentan gracias al aporte de los ciudadanos que pagan sus impuestos y en consecuencia la ciudadanía se merece la contrapartida de los que trabajan en estas Casas de Altos Estudios.

En el mismo sentido, la Secretaría de Políticas Universitarias ha sugerido algunas líneas de acción ante las que el CIN ha solicitado tiempo para definir su posición a través de un documento más específico enmarcado seguramente en la declaración que se dio a conocer en Tucumán.

Por primera vez, el presupuesto no ha sido el tema de debate central, pero no se ha relegado. Por el contrario, el presupuesto es una herramienta insustituible en política educativa y es indiscutible que debe ser incrementado. La declaración de Tucumán reafirma que una adecuada inversión en educación, ciencia y tecnología constituye una condición necesaria para el desarrollo social, económico y cultural del país.

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