FACULTAD DE INGENIERÍA

Biotecnología inauguró nuevos laboratorios

Vista de parte de uno de los laboratorios recientemente inaugurados en la Facultad de Ingeniería.
Luego de muchos años de espera, finalmente el Instituto de Biotecnología (IBT) de la Facultad de Ingeniería estrenó nuevas instalaciones. Se trata de dos laboratorios, uno de Procesos Biotecnológicos y otro de Microbiología, además de oficinas y dependencias administrativas, que reemplazan a las precarias instalaciones ubicadas en la parte más antigua de la Facultad y que venía ocupando hasta ahora.
Durante el acto inaugural, que contó con la presencia del Rector de la UNSJ, doctor ingeniero Benjamín Kuchen y de autoridades de la FI, encabezadas por su decano, magíster ingeniero Roberto Gómez Guirado, el director del IBT, ingeniero Francisco Benavente hizo una breve reseña de la historia del instituto. Al respecto, señaló que sus inicios como director del IBT se remontan a 1989. "En 1992 -continuó diciendo- sobre la base del Instituto de Bioingeniería, se traslada aquí personal de Ingeniería Química, que estaba en el área de Alimentos y Biología. Por lo tanto, refuerza al personal que había anteriormente, puesto que al hacerme cargo había solamente cinco investigadores, un becario y un secretario".

Benavente refirió luego que la normalización del IBT, con la elección de un consejo y un subdirector, se alcanzó en 1993, cargo que recayó en el ingeniero Pía. "Posteriormente, el claustro definió tres programas de acción, que son: Procesos biotecnológicos y de tecnología de alimentos, Control de procesos biotecnológicos y de calidad de alimentos y Procesos y Control de Medio Ambiente", dijo Benavente, para caracterizar lo que fue el inicio de la etapa de desarrollo. Según expresó, esto fue posible porque "se abrieron las puertas a todos los miembros del Nucleamiento de Ingeniería Química para participar en los destinos del Instituto”.
Las tareas concretas que se encararon involucraron la firma de importantes convenios. Entre los que mencionó el ingeniero Benavente, se encuentran los documentos suscriptos con la firma Graffigna, para la activación de levaduras para fermentar vinos de base de champagne; con la OEA y la Sociedad Biológica de Chile, para la lucha biológica contra los mosquitos; con la empresa Fragua; en forma conjunta con el Instituto de Investigaciones Hidráulicas y con la municipalidad de la Capital, para hacer la planta de tratamiento de efluentes del Matadero Municipal, obra que se concluyó totalmente; con la firma Valle Orgánico; con Agroverde y Agronatural, para el estudio de impacto ambiental. Entre los trabajos realizados con otras universidades, Benavente señaló los convenios firmados con la Universidad de Talca, la Universidad de Cuyo y la de San Luis.
Respecto de los servicios que brinda el IBT, su director dijo que "se han realizado servicios a empresas públicas y privadas, como análisis y asesoramiento. Los proyectos que se fueron generando dieron como resultado muchas comunicaciones en revistas nacionales e internacionales, incluso con referato".
En la actualidad, el IBT cuenta con una planta de 27 investigadores: 16 con cargo en el instituto y 11 extendidos transitoriamente a proyectos que allí se ejecutan, además de tres agentes de apoyo universitario.

 

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