Enrique Dussel y la transformación educativa
Enrique Dussel –argentino-mexicano emérito de la UNAM- es reconocido internacionalmente por su trabajo en el campo de la Filosofía Política y en particular por ser uno de los fundadores de la Filosofía de la liberación, corriente de pensamiento de la que es arquitecto y uno de los principales exponentes en conjunto con Rodolfo Kusch, Arturo Roig y Leopoldo Zea. Ha mantenido diálogo con filósofos como Karl-Otto Apel, Gianni Vattimo, Jürgen Habermas, Richard Rorty, Emmanuel Lévinas y Adela Cortina. Su vasto conocimiento en Filosofía, Política, Historia y Religión ha sido plasmado en más de 50 libros, muchos de ellos traducidos en más de seis idiomas. Cuestiona la periodización europea de la historia y la modernidad, apelando a su superación por la transmodernidad. Es crítico del eurocentrismo y del occidentalismo y plantea un desafío directo a los discursos de la filosofía europea y angloamericana bajo el rótulo de «giro descolonizador» o «descolonialidad epistemológica», dando inicio a una nueva filosofía latinoamericana y paso a una nueva etapa en la filosofía mundial.
Por Elio Noé Salcedo*
En una conferencia en el Palacio San Lázaro, sede del Congreso de México, Enique Dussel desarrolla su postura sobre la nueva Reforma Educativa que se debate en todo el continente latinoamericano. Con el título de “la transformación de la educación, hacia la descolonización de la pedagogía”, desde un comienzo, el Dr. Dussel cuestiona que “la reforma educativa” esté planteada “en términos puramente formales” –se habla de procedimientos y tecnologías-, pero “no se habla de contenidos nunca”.
“No se debate –sostiene Dussel- lo que habría que enseñar en el país, y esto es gravísimo”, porque los niños y jóvenes no están siendo educados en las necesidades conceptuales de Nuestra América. De allí que el creador de la “filosofía de la liberación” y propulsor de la “descolonialidad epistemológica” plantee un verdadero cambio de paradigma –una nueva ciencia y una nueva conciencia-, que incluso cambie en su totalidad los textos de enseñanza en todos los niveles educativos, incluida la Universidad, en razón de que la educación, la historia, la filosofía, la literatura y la ciencia en general es y sigue siendo eurocéntrica, además de repetitiva e individualista.
Según argumenta Dussel, la burguesía europea –que sigue gobernando Europa desde el comienzo de la Modernidad, y tras cuyos parámetros está alineada nuestra educación, sin que ello nos haya hecho más sabios- “necesitaba educar en un nuevo tipo de sujeto, no medieval ni anterior a la modernidad, pero era teórica, memorativa e individualista. El niño (o el joven) tenía que repetir, tenía que memorizar, pero no crear”. Así, deduce Dussel, resulta todo un método: “No obtenemos creadores sino repetidores, “sucursaleros”, que no crean cosas (nuevos pensamientos, pensamientos propios) sino que ponen una sucursal” del pensamiento europeo, norteamericano o de otras latitudes y que no sirve básicamente a las necesidades e intereses de nuestra propia comunidad.
No obstante, sostiene el filósofo mendocino radicado en México, “a un inventor –a un creador- hay que formarlo, y para formar a un inventor –no a un repetidor, comentador o “sucursalero”- hay que darle capacidad” y conciencia de esa capacidad. En ese sentido, señala el filósofo de la UNAM y pensador internacional, “hay que tener dignidad de lo propio, pero para eso hay que saber lo que es de sí mismo”, la propia historia.
Por ello, Dussel interroga a sus oyentes sobre lo que ellos vislumbran que “significa hacer una historia nuestra”. “No estoy hablando de cómo se enseña la historia –aclara-, estoy hablando de lo que se enseña –el contenido-, y es eso lo que hay que empezar a discutir: la reforma del contenido de la enseñanza”.
De allí que el filósofo ahora de fama mundial sostenga que “un gobierno que quiere transformar el país –y aunque lo dice por México, podría decirlo por cualquier país latinoamericano y del Caribe-, debe transformar la interpretación del mundo. En seis años (lo que dura un ciclo educativo) se puede cambiar la interpretación. Pero el asunto es de qué se trata”.
Si bien, como calcula el pensador latinoamericano, “en un sexenio –utilizando todos los medios modernos, por supuesto- podríamos cambiar la mentalidad de la totalidad de nuestros jóvenes”, pues “eso se puede hacer todo”, no obstante, “no se ha hecho”. Lo malo es que no se ha hecho en México ni en ningún otro país de América Latina. “En Bolivia se enseña la misma historia eurocéntrica. Los indígenas están en el poder (2018) pero ni siquiera estudian su propia historia. El mismo Chávez no hizo la Reforma Educativa”, por lo que queda a nosotros hacerla en el próximo futuro.
Para eso –propone el impulsor del giro descolonizador– “tendríamos que empezar a pensar en una reforma anticolonial: dejar de ser colonia” y “descolonizar la educación”, “no ser más coloniales”. Eso es, “empezar a pensar con nuestra propia cabeza y no con la cabeza extranjera”; “educar para ser libres y no para repetir simplemente lo que otros dicen”; “habría que descolonizar la currícula de todas las materias desde el primer año” (primer grado); “habría que enseñarle a nuestros niños y a nuestros jóvenes otra historia”: “una real transformación educativa debería comenzar por enseñar otra historia”, y para eso “hay que empezar también a dar vuelta la historia”, haciendo nuevos textos “para que los alumnos sepan de qué se trata”.
Y si de comenzar desde el principio se refiere, deberíamos empezar por saber que pueblos y ciudades de nuestro continente son más antiguos que los de Europa, y que las civilizaciones en meso (México) y sur de América (Perú), por ejemplo –aunque la historia eurocéntrica las coloca fuera de la Antigüedad-, resultan las culturas más antiguas del mundo después de las de Egipto, la Mesopotamia, China y la India, y existían mucho antes de que Europa entrara a formar parte de la historia universal.
* Diplomado en Historia Argentina y Latinoamericana.
Imagen: Revista Anfibia http://revistaanfibia.com/ensayo/dussel-el-filosofo-transmoderno/
