La evaluación que empodera a la ciudadanía

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El Programa de Estudios del Trabajo, el Ambiente y la Sociedad de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ desarrolla proyectos en que la sociedad evalúa políticas públicas, no por el mero hecho de controlar, sino para contribuir a mejorar. En esta nota, un caso de San Juan. Hay intercambios de experiencias en América Latina.

 

Por Fabián Rojas

Saber cómo afecta una política pública, qué se piensa de ella, cómo se participa. Pero no sólo a través de funcionarios responsables de implementarlas, sino también conocer cómo funciona esa política mediante quienes la aplican en la realidad y la ciudadanía que hace uso de aquélla. Y, a partir de allí, obtener conocimientos para contribuir a mejorar esas políticas. Eso es lo que se propone en una de sus líneas de acción el Programa de Estudios del Trabajo, el Ambiente y la Sociedad (PETAS) de la UNSJ. Se trata de la evaluación participativa, en que la ciudadanía más que operar como un órgano contralor, da cuenta de cómo vive las acciones destinadas a ella. “La evaluación participativa de políticas públicas es algo que viene creciendo en la agenda mundial; lo más novedoso, y en lo que nosotros venimos trabajando, es incluir la mirada de quienes son usuarios de esas políticas”, describe Esteban Tapella, director del PETAS.

 

En campo

El Programa Nacional de Prevención de Cáncer Cervicouterino fue presentado oficialmente en San Juan  en 2010. Investigadoras de la UNSJ, dentro del programa PETAS, realizaron un estudio evaluativo de este programa en la provincia. El grupo de estudio, en este caso integrado por Mariana Audisio, María Alejandra Lucero, Vanesa Castro y Cecilia Luna, denominó al trabajo “La prevención del cáncer cervicouterino analizada desde la investigación evaluativa – Valoración multiactoral sobre el alcance de la política en el Gran San Juan”. Para el análisis dialogaron con mujeres con y sin diagnóstico oncológico; formularon entrevistas a una autoridad del Ministerio de Salud Pública de esta provincia, vinculada al diseño, adaptación y ejecución de la política, y a diferentes médicos y trabajadoras sociales. “En el ámbito de la salud, la evaluación de programas trata fundamentalmente de contrastar las actividades programadas versus las actividades cumplidas”, explican las investigadoras.

En entrevistas a mujeres destinatarias del programa, advirtieron temores a acudir a consulta con un ginecólogo hombre “porque a mi marido no le gusta”, dijeron, o también relacionaban el contagio del HPV (Virus del Papiloma Humano) con el haber sido descuidadas  en las relaciones sexuales, de modo que ellas asumían la responsabilidad del contagio e invisibilizaron el rol del hombre. Además, manifestaron que el hecho de no tener dinero para el pasaje (de colectivo) fue una de las razones por las que no retiraban el informe del Pap (Papanicolau). Y una frase que se repitió: “No tengo con quién dejar a mis hijos para venir (a realizarse los controles)”.REUNIÓN

Respecto de la no contemplación de los hombres en la concientización sobre su papel activo en la transmisión del VPH, la autoridad entrevistada dijo: “Yo supongo que es porque esta es una temática muy difícil, porque es la sexualidad. Estamos en una población con una visión muy sesgada y careta. Con una cuestión cultural muy fuerte, machista. Y una cuestión de modelo médico hegemónico muy arraigado”. Las investigadoras señalan que una referente del programa a nivel nacional “remarcó que no debe pensarse qué pasa con los hombres porque las que se mueren son las mujeres”. Y aclaran las investigadoras -porque hacerlo sigue siendo necesario-: “El papel activo de los hombres en la transmisión del VPH es clave, aún cuando esta patología afecte a las mujeres”.

El trabajo de las especialistas de la UNSJ menciona una reunión entre profesionales locales con referentes nacionales del programa. A ella asistieron médicos oncólogos, ginecólogas, anatomopatólogos, informáticos, trabajadoras sociales, investigadoras, farmacéutica. Esta última manifestó: “Nosotros trabajamos para brindar los tratamientos en tiempo y forma, lo hacemos con el mayor de los compromisos, pero desconocíamos que teníamos vinculación con este programa”.

La investigación reflejó también que el cáncer de cuello uterino es el segundo más frecuente en la población de San Juan, concentrando la mayor afección en los grupos más vulnerables. Por eso subraya que la población encuestada precisa mayor información sobre la enfermedad y cómo prevenirla; y destaca “el compromiso de los y las profesionales que atienden y asisten a las usuarias”. Pero dicen que el equipo profesional identificó “realidades al interior de las organizaciones, como la fragmentada comunicación entre los servicios y con la coordinación del programa, que obstaculiza el trabajo integrado y de equipo”.  El estudio observó que el diseño de esta política está configurado en torno a las mujeres y su derecho a la salud y al Estado como garante de ese derecho. “Sin embargo –dicen las investigadoras-, los relatos de las usuarias ponen de manifiesto la responsabilidad que se confiere a la mujer sobre el cuidado de la salud propia y ajena, evidenciado la influencia de la cultura patriarcal”.

 

Aprender

Lo descripto arriba se trata sólo de segmentos del estudio realizado, escogidos sólo para ejemplificar el alcance de una evaluación. Las investigadoras Audisio, Lucero, Castro y Luna explican que las evaluaciones “deben ser vistas como oportunidades para aprender y mejorar nuestras intervenciones más que como un proceso punitivo o de control de gestión”. Los resultados obtenidos por las investigadoras llegan a destino para procurar mejorar la política pública en su aplicación. En 2020, posiblemente trabajarán en un nuevo proyecto dentro de este programa. “Sería con las agentes sanitarios. En el programa a nivel nacional se llaman ‘Navegadoras’, pero aquí no existen como tal, sino que son agentes sanitarios quienes buscan a las mujeres y les hacen seguimientos para control; también seguiríamos en contacto con las destinatarias del programa en los operativos barriales”, dice Mariana Audisio, directora del proyecto. “Esto no solamente es controlar las políticas públicas, sino aprender y al mismo tempo aprender qué mirar de las políticas públicas, porque los funcionarios miran unas cosas; los evaluadores, otras; pero la gente, desde la percepción del usuario, ve otra realidad. Entonces, la idea es conocer esas percepciones de para qué le sirve un programa o un proyecto a la gente, en qué le cambia la vida y en qué no”, grafica Esteban Tapella.

Este programa de la Facultad de Ciencias Sociales (FACSO) de la UNSJ también realizó una evaluación de un programa de desarrollo forestal con pequeños productores que se ejecutaba en Argentina. Lo hicieron tomando siete provincias como casos testigos y con contactos permanentes con productores. “De 99 proyectos que evaluamos, sólo el ocho por ciento era exitoso; o sea que tenían un impacto positivo en la producción forestal, en el manejo de la tecnología por parte de los productores y en la comercialización de productos”, cuenta Tapella. Ahora, entre otras iniciativas, el PETAS también trabaja en un proyecto para capacitar en temas referentes al mundo laboral a mujeres y hombres que salen en libertad condicional del Penal de Chimbas. Se trata de un convenio con la Universidad Católica y la ONG Centro Genesaret, obra del movimiento católico Camino de Emaús.

 

Un manual con base internacional

El PETAS (creado en 1994) es un Programa que ha generado gran interés en la comunidad académica, de investigación y extensión a nivel nacional e internacional. Tiene su base en el Instituto de Investigaciones Socioeconómicas (IISE) y el Gabinete de Estudios e Investigaciones en Trabajo Social (GEITS), ambos de la FACSO – UNSJ. El programa fue sumando investigadores y proyectos durante los últimos años. En 2019 lanzó dos nuevos proyectos con financiamiento del Instituto Alemán de Evaluación de la Cooperación para el Desarrollo (DEval). También, recientemente lanzó un proyecto cofinanciado con el Grupo Faro – Ideas y Acción Colectiva de Ecuador. El PETAS generó el proyecto EvalParticipativa, un espacio para aprender y compartir experiencias de evaluaciones participativas de América Latina. “Eval Participativa va a generar un manual interactivo sobre cómo hacer evaluaciones con participación social; estará disponible a fines de 2020 en tres idiomas, con herramientas, guías y videos de casos. Será digital e impreso, destinado a funcionarios o a cualquier actor social que quiera hacer una evaluación de su proyecto”, adelanta Tapella.

Entre el 18 y 22 de noviembre, con el equipo del PETAS como organizador, se desarrolló en Ecuador el Primer Encuentro de Experiencias de Evaluación Participativa en América Latina y el Caribe. Participaron universidades y organizaciones de la sociedad civil de 17 países de Latinoamérica; además, concurrieron miembros de  UNICEF, de la ONU, del Programa TECHO Internacional (de acciones contra la pobreza). De Argentina fue la Universidad Nacional de Lanús, UNICEF y un proyecto argentino uruguayo de educación de adultos. “Fue una de las actividades de un programa que estamos realizando con financiamiento del Instituto Alemán de Evaluación de la Cooperación para el Desarrollo, que tiene la intención de crear una comunidad de práctica y aprendizaje de evaluación participativa para la región latinoamericana. Ese financiamiento nos ha permitido expandir nuestro trabajo hacia el exterior”, cuenta Tapella,

Quienes fueron al encuentro son especialistas que trabajan en evaluaciones participativas en América Latina. “Nosotros habíamos hecho una selección de los mejores 15 casos de experiencias de evaluaciones. Esos casos fueron al encuentro”, indica Tapella. De esos casos seleccionados nace la materia prima para el manual interactivo. El director del PETAS argumenta que entre los parámetros para considerar “mejores” aquellos casos de evaluación, se encuentra “el grado de participación de la sociedad en el proceso de evaluación y que los resultados de la evaluación se usen para mejorar el programa”. Algo muy conectado con la democracia, con la actuación real de las bases del cuerpo social, con el empoderamiento de la ciudadanía.

 

Programa PETAS
Dr. Esteban Tapella, director del PETAS;
Dr. Pablo Rodríguez Bilella, codirector del PETAS
Proyecto evaluación del Programa de prevención de cáncer
Lic. Mariana Audisio, directora; Mg. Alejandra Lucero, codirectora; Licenciadas Vanesa Castro, Cecilia Luna y Gemma López, Y la participación de estudiantes de Trabajo Social de la FACSO – UNSJ