Revista La U

Los nadies que no hacen arte, sino artesanía

Fotografía: Paula Farías

Por Belén Ferrer

Este 19 de marzo es el Día del Artesano/a y se celebra en memoria de San José, padre de Jesús, carpintero de oficio. Por esto, la fecha busca reconocer la labor de las personas que trabajan con sus manos, que continúan con la tradición de su territorio y cultura.

Pensando en los conceptos de arte que plantea Walter Benjamin, podemos inferir que lo que hace especial a cada pieza que fabrica un artesano es que el aura de su creación no se pierde, conserva la experiencia de lo irrepetible y su singularidad. Algo que otros objetos industrializados y fabricados en serie pierden por su reproductibilidad técnica y masividad.

En otro sentido, existe una discusión entre arte y artesanía, que por un lado plantea a ambas con distintos niveles de importancia y valor social y, por otro, expone una mirada más integradora y dialoguista.

La Lic. en Artes Visuales, Paula Fuentes Avendaño, en su texto “Diálogos entre arte y artesanía”, explica que, en el siglo XVIII, el arte se pondera considerándolo un quehacer superior y espiritual, consumido por la burguesía, mientras que la artesanía es castigada por su utilidad y relegada por su sentido práctico o simplemente decorativo, desvalorizando por completo y desconociendo sus orígenes rituales, que es la génesis también del arte.

A su vez, Fuentes Avendaño explica que, llegado el colonialismo europeo, también sumó otra imposición: la separación de lo útil y lo hermoso. En América Latina la cultura y el arte no eran cuestiones separadas. Si lo pensamos, los museos están llenos de objetos que mostraban que la hermosura no era suficiente; la belleza estaba fusionada con la utilidad; lo profano y lo sagrado compartían materialidad, por ejemplo, en una vasija.

No se olviden de lo artesanal

A partir del siglo XX, muchas corrientes artísticas volvieron a valorizar esta unión y en la actualidad los objetos artesanales tienen un mayor coste por su trabajo y singularidad frente a un mundo bombardeado por productos en masa.

Artesanía o arte indígena

La Dra. Olga Sulca, mujer universitaria kolla y gran colaboradora con el Programa Universitario de Asuntos Indígenas (PUAI) de la UNSJ, expresa que para ella no existen grandes diferencias: “En todo caso hay más puntos de encuentro entre ambas y eso lleva a pensar que sus fronteras son difusas”.

En su reflexión, Sulca se refiere al arte como una forma de expresión creativa pensada para provocar emociones, pensamientos, preguntas, o bien, críticas hacia una realidad: “A menudo se piensa que las obras de arte son piezas únicas, irrepetibles y originales en las que el artista busca transmitir y comunicar una visión personal y sentimientos. Por su parte, la artesanía se vincula a la creación de objetos utilitarios o decorativos, como una cerámica, un tapiz, o un collar. Y todos ellos pueden ser objetos únicos u originales, es decir, producto de la creatividad. Además, el artesano al igual que el artista trabajan con similares materias primas”.

En definitiva, la mujer kolla resalta que la artesanía pone el acento en un saber hacer, en las técnicas para lograr el producto: “Pero sobre todo lo que distingue a la artesanía es que la producción tiene una carga simbólica heredada de una tradición y transmitida de generación en generación. Esa tradición lógicamente va unida a la identidad cultural del artesano, quien recogió saberes ancestrales de su comunidad/pueblo o grupo étnico”.

Los orígenes sagrados

Olga Sulca explica que el arte y la artesanía portaron en un principio un carácter sacro. El arte parietal del paleolítico superior (30.000 AP), seguramente fue escenario de rituales, además de lugares sagrados donde las comunidades se encontraban e intercambiaban objetos como estatuillas o bastones a manera de cerrar acuerdos. Ambos estuvieron presentes desde el principio de la humanidad.

Dentro de las sociedades indígenas se siguió manteniendo el carácter sagrado de ciertos objetos (vasijas y tejidos especialmente utilizados para rituales, urnas funerarias, entre otras). De allí, la diferencia con el mundo occidental, que fue apartándose de ese carácter para imbuirle un carácter más estético.

Por otro lado, la formación académica influenciada por una postura colonial ayuda a intensificar la diferencia entre ambas: “Aunque sabemos que muchas de las técnicas utilizadas por los artistas/artesanos fueron promovidas desde los talleres y no solamente desde la academia”, indica Sulca.

Más injusticia

La desvalorización histórica viene acompañada también de discriminación por género y por origen étnico.

La entrevistada considera que, cuando hablamos del artista, lo relacionamos con lo masculino, mientras que lo femenino se vincula con la artesanía: “Sin duda, la intencionalidad es analizarlas desde categorías subalternas”.

También García Canclini, antropólogo argentino, plantea que la desvalorización de la artesanía se produce sobre todo porque son productos de indios y campesinos. Y el escritor, Eduardo Galeano, supo caracterizar a los nadies que no hacen arte, sino artesanía.

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