Disidencias convocaron para este sábado a una marcha nacional en repudio al discurso del presidente Milei en el Foro de Davos. Estas alocuciones de odio sin duda alientan la violencia aprovechando la creciente tensión social. Estandartes coloridos serán parte de un paisaje pacífico de rechazos a todas las manifestaciones que atrasan a las sociedades.
Por Belén Ferrer

Imagen extraída del centroararat.org
Luego de las constantes provocaciones del presidente Javier Milei a las comunidades LGTB+, mujeres y trabajadores/as, este sábado estas personas convocan a marchar en contra de los discursos de odio y las amenazas sobre los derechos adquiridos.
Si bien las aguas estaban divididas hace rato, ahora mismo, del lado del poder estatal están todos armados, arrojando insultos y tirando balas de goma, esperando que alguna se cobre otra vida. La historia ha demostrado, en más de una ocasión que la destrucción comienza con los discursos de odio.
Deshumanizar al otro es la clave
En el quinto capítulo “Hombres contra el fuego” de la tercera temporada de Black Mirror, el genocidio se vuelve totalmente justificado mediante biotecnología. A través de un implante neuronal, los soldados literalmente ven al enemigo como mutantes. Mediante la distorsión de sus sentidos, y de su moral, la guerra es contra cucarachas.
La deshumanización del otro es la clave para que el exterminio esté permitido y no sea analizado en profundidad. Y aunque parezca digno de una serie apocalíptica, pasó en nuestra historia y quiere repetirse.
Lo delirante es que en esta realidad nunca se necesitó de un implante. Las mentes son aún más fáciles de persuadir en el mundo real y la tecnología solo se ha encargado de masificarla con mayor velocidad.
Pensábamos que había debates saldados, luchas que se ganaron y contratos sociales que no se iban a romper más. Ilusos e ilusas creímos que Argentina tendría un par de años más de conquistas sociales, pero ahora sabemos que el cantar de las nuevas generaciones es aún más fuerte que el nuestro, para bien y para mal.
Una mayoría eligió el camino a la derecha, otros no sabían a donde ir y se los llevó la corriente. Mientras, los que quedan, se organizan para este sábado volver a las calles, resistir los ataques y gritar el derecho a existir.
El color del resistir
Sergio González, investigador, licenciado en Trabajo Social de la UNSJ y diplomado en Educación Sexual Integral por esta Universidad, comentó cómo se empezó a preparar la acción: “Nos reunimos el 28 de enero en La Glorieta del Parque de Mayo, un lugar muy significativo si pensamos en el colectivo de las disidencias y las diversidades, ya que fue el escenario de lucha, donde se empezó a visibilizar el movimiento”. La asamblea buscaba expresar el repudio a los dichos del presidente Javier Milei en el Foro de Davos que, como se ha dado a conocer hasta el hartazgo, fue un claro ataque y ensañamiento hacia los sectores feministas y de la diversidad sexual.

Rojo, naranja, amarillo, verde, azul, violeta, blanco, rosado, celeste, marrón y negro son los colores que representan al arcoíris, a las personas racializadas y a la bandera trans. Son los colores del signo de resistencia para este sábado.
Como indica González, resulta un poco cansador que en este momento de la humanidad que el activismo disidente y feminista tenga que volver a construir una visión positiva acerca de sus existencias: “Esto de asociar la diversidad sexual con la pedofilia o la existencia de las identidades trans con cuestiones criminales, incluso ya el tema de plantarse frente a lo que ellos llaman ‘ideología de género’ no es algo nuevo, ya desde hace bastante tiempo se debate contra eso”.
En la reunión se hizo énfasis en lo peligroso de estos discursos, en cómo pueden ser recibidos por parte de la sociedad y que eso desencadene acciones concretas de violencia: “Estamos hablando de graves situaciones que pueden suceder en la vida pública, en nuestros trabajos, con nuestras familias”, aclaró el investigador.
La manera en que Milei distribuye de manera pública discursos que incitan al odio y la indignación pueden traer aparejados ataques, amedrentamientos que ponen en alerta por la posibilidad de que se repita una oscura parte de nuestra historia: “Nos reunimos para definir acciones concretas para resistir de manera colectiva, para disputar sentidos y plantarnos frente a este gobierno que ya desde la campaña expresó muy claramente que venía contra nosotros”.
González además recalcó que esto no es un problema solo de nuestra región, el retroceso es mundial: “Además hay muchos frentes por los que nos están atacando y hay que hacer mucho para resistir”. Y no solo contra las disidencias, sino contra los derechos humanos básicos, por eso también se ha denominado a esta marcha como antifascista, antirracista y anticapacitista.
La convocatoria es para el sábado 1 de febrero a las 18h en la Plaza 25 de Mayo.
