La novela epistolar “Amor a la Carta”, de Gastón Martin Sisterna, nodocente de la UNSJ, fusiona romance, suspenso y ocultismo. La obra narra la lucha por el amor a través de cartas que trazan un camino lleno de secretos, emociones y enigmas en el tiempo. Se presenta este viernes 29 de noviembre a las 19.30.

Fotos: Cortesía de Gastón Sisterna
Por Daniela Albarez
El escritor Gastón Martin Sisterna es personal Nodocente de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes (FFHA) de la UNSJ. Comenzó a sus 16 años escribiendo poemas por encargo en la secundaria del Colegio Santo Domingo. Estuvo influenciado por su abuelo paterno, Hugo, quien lo incentivó a introducirse en la ficción. Tiene publicaciones como “Castellano Salvaje” (2012), libro que contiene tres géneros literarios; “Las aventuras de Mécermith, mi perro robot” (2014), su primer libro infantil; “El Ficcionario” (2016), compilación de cuentos cortos. Además, el autor tiene un podcast en la plataforma SPOTIFY denominado “Frecuencias Literarias”, que contiene cuentos cortos y efectos sonoros.
Ahora es el tiempo de “Amor a la Carta”, novela epistolar que fusiona romance, suspenso y ocultismo. La presentará este viernes 29 de noviembre a las 19.30 en la Sala de Audio y Video (primer piso) de la FFHA. En esta entrevista, el autor revela cómo un sueño le dio vida a esta historia, cuenta acerca del proceso creativo y de la recepción por parte de lectores y lectoras de esta nueva obra.
-¿Qué te inspiró a escribir este libro? ¿Cómo surgió la idea principal de la obra?
-La idea principal de la obra surge por medio de un sueño que tuve una noche. Me encontraba dentro de un tren en movimiento, observé en ese vagón que una mujer se bajaba rápidamente en una parada y, en ese instante, un hombre al subir la choca sin querer con uno de sus hombros, ocasionando la pérdida de un paquete de postales. Este simple evento onírico marca el inicio de la obra. La inspiración nace, de esta manera, por medio de un sueño. Al despertar comencé a escribir la primera carta de manera instantánea para no perder el hilo de la idea.
-¿Cómo describirías el mensaje o tema central del libro?
-El mensaje principal del libro es la lucha por amor a través del tiempo.
-¿Qué género literario crees que mejor define tu libro?
-Considero mi obra una novela epistolar de género policial. La ficción que marca el libro sufre una metamorfosis entre el romanticismo, el ocultismo y el constante suspenso que genera la recepción de cada carta.

-¿Cuánto tiempo te tomó escribirlo y cuál fue el proceso creativo detrás de él?
-El proceso creativo duro cuatro meses. Fue muy instantáneo. Al escribir las primeras cartas tuve que profundizar sobre hechos históricos de la época de los 60, saber más sobre la flora, fauna, tradiciones y leyendas de la Patagonia.
-¿Qué tipo de emociones esperas despertar en el público al leer tu libro?
-¡Que vuelvan a las cartas! Que cuando haya algo que expresar con tanto sentimiento, ¡qué vuelvan a las cartas! Que perciban el olor a la tinta, el gusto de leer la caligrafía del interesado/a. Porque, a decir verdad, poder tocar una carta y leerla es lo más cercano a abrazar a una persona. Por más que existan pantallas digitales en la actualidad, romper con esa inmediatez también es algo bueno. La velocidad de una respuesta a veces hace ocasionar que los sentimientos no se encuentren apreciados. “Amor a la Carta”, es justamente esto, que el lector se encuentre en un estado de espera permanente.
-¿Qué ha sido lo más difícil de escribir esta obra?
-Lo más difícil de la obra fue escribir las cartas mediante la psicología que aporta cada personaje; justamente el libro carece de un contexto detallado, no hay un narrador omnisciente que explique la razón de todos los hechos, debido a que son solo postales y en esas líneas tan ajustadas no se puede saber mucho sobre lo que rodea a los protagonistas de esta historia. Todo se encuentra resumido en lo que envían. Escribir de esta manera, genera un efecto de incertidumbre en el lector. Sin duda fue lo más difícil.
-¿El libro pasó por varias versiones o siempre tuviste claro cómo querías que fuera?
-Comenzó con una primera carta fechada el 4 de marzo de 1962. Y de ahí se mantuvo en una historia de época moderna y argentina. Siempre tuve claro que esto se transformaría en un libro de cartas, una novela epistolar de “88 cartas y una mesa servida para dos”.

-¿Qué tipo de público podría disfrutarlo más?
-Está dirigido al público general, específicamente mayores de 17 años. El tipo de lector que podría disfrutar la obra es quien nunca ha enviado o recibido una carta o aquel lector que añora aquellos momentos donde era tradicional el envío de postales.
-¿Qué esperas que se lleven al terminar de leer tu libro?
-Una sorpresa. Una última espera.
-¿Hay alguna lección o reflexión que te gustaría que sacaran de tu obra?
-Sí, hay una reflexión, considero que, si hay algo que decir, lo digan, lo escriban, lo pronuncien. La vida pasa rápido y los momentos donde debemos decidir son únicos. ¡No hay otro instante que este! Que no esperen tanto para transmitir lo que se piensa a alguien. Si no hay otra forma de llegar a las personas. ¡Volver a las cartas!
-¿Cómo fue tu experiencia con la publicación? ¿Tuviste algún desafío particular?
-La experiencia fue increíble porque nunca pensé que luego de publicarla tuviese repercusión. La temática llamó la atención.
-¿Qué proyectos literarios tienes en mente para el futuro?
-Mis próximos proyectos están vinculados con el drama. Tengo un proyecto denominado “Teatro Furioso”, un conjunto de obras teatrales que nunca publiqué, como lo es en cierto modo “Atrapasueños”, basado en los posibles sueños en el inconsciente de Gustavo Cerati, a modo de homenaje post mortem.
