La artista plástica y docente de la UNSJ, Alicia Garcés, reseña la muestra “Carlos Alonso y los círculos dantescos”, uno de los mayores maestros argentinos del arte contemporáneo, que se expuso en el Museo Provincial de Bellas Artes “Franklin Rawson”.
La muestra de Alonso en el Museo Franklin Rawson es una pesadilla milagrosa. “Carlos Alonso en el infierno” y nosotros en el paraíso por la maravilla que implica ver estas obras, por el placer de mirar cada una de ellas con el entusiasmo que suscitan la inagotable inventiva plástica y la densidad metafórica de Alonso. Un “figurativo” extraordinario. Esta característica, la de figurativo, aparece como pecado en los mares de condenados junto a otros apelativos tales como “feo”, “traidor” o “avaro”. Y es que desde una cierta mirada, “figurativo” es un pecado artístico, lo cual es una insensatez por supuesto. Hay conceptualismos vacíos y abstracciones que no van más allá de lo decorativo. Hay figuraciones poderosas y espléndidas como la de Carlos Alonso y hay figuraciones hipócritas o ilustrativas o elementales.
Dante-Alonso nos conduce por la Divina Comedia (humana tragedia) como Virgilio al mismo Dante, y nos lleva por infiernos cercanos y también por paraísos perdidos (El jardín de las delicias). Nos sacude la modorra y la pereza (pecados) para acercarnos al deleite y al dolor, al desgarro y al asombro (lo que equivaldría a virtudes).
Un artista enorme cuya trayectoria lo muestra siempre indagando filosamente e interrogando la condición humana pero desde adentro, en el infierno, en el desgaste y la precariedad. Un Sísifo que acarrea esta tragicomedia del hombre desde fechas muy tempranas, como la piedra que, una y otra vez ha de ser cargada para desabarrancarse indefinidamente.
Quienes pudimos ver esta muestra extraordinaria, no volveremos a pensar en el infierno sin que se interponga Alonso con su lúcida y dantesca mirada. Quienes no pudieron verla, se han perdido un paraíso paradójico que transcurre en el infierno.

Escribe:
Alicia Garcés
Magister AG. Docente e investigadora de la UNSJ