(Re) Habilitar con una pelota inteligente

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Ya es parte de la salud pública un dispositivo que potencia procesos terapéuticos en pacientes con dificultades de movimientos por enfermedades neuromotoras. Se llama Lopta y fue diseñado por un investigador de la Universidad Nacional de San Juan.

 

Por Fabián Rojas

“Lopta” es Pelota en croata. El investigador eligió ese idioma por una cuestión de fonética que no le sonó mal. Si bien el uso de pelotas es común en procesos terapéuticos, Lopta es distinto, es superador. El prototipo diseñado por Federico Mercado, estudiante avanzado de Bioingeniería de la Universidad Nacional de San Juan, fue concebido para cuantificar el valor de fuerza en la aprehensión (tomar contacto con un objeto, apretarlo) que puede ejecutar la mano de una persona con una patología neuromotora. Para ello, el/la paciente usan una pelota dotada de sensores que opera junto a hardware y software específicos. Se trata de una asistencia de suma importancia para el médico o kinesiólogo porque los habilita a saber cómo marcha la recuperación de un o una paciente. Y la persona con sensibilidad dañada puede saber, claro, cuánta fuerza ejecuta en su rehabilitación.

 

Medir fuerzas

El prototipo Lopta fue pensado y desarrollado para las dificultades motrices en miembros superiores que quedan en personas que sufrieron un Accidente Cerebro Vascular (ACV) o padecen las consecuencias de una Esclerosis Múltiple. El mecanismo de rehabilitación mediante el dispositivo Lopta se realiza con una pelota adecuada para ese fin. “Para aprehensión gruesa, el objeto utilizado es una pelota de goma para rehabilitación, a la que le colocamos dentro un sensor; y para aprehensión fina (menor fuerza), la pelota va dotada de un sensor más pequeño. Ese sensor menor también se lo puede colocar en utensilios y objetos como una lapicera o una cuchara para cuantificar la aprehensión fina que el paciente ejerce entre los dedos de su mano”, explica Federico Mercado. El dispositivo está constituido por un hardware, que es el aparato propiamente dicho, capacitado para cuantificar y adquirir el valor de la fuerza de la persona en rehabilitación y transmitirla a una computadora (notebook o tablet) con un programa (software) amigable con el que el terapista puede interactuar.

 

Certezas

“En esa interfaz se cargan los datos del paciente y el programa grafica en tiempo real el valor de la fuerza que el paciente ejerce. Una vez concluida esta actividad, el profesional dispone de los datos. Al almacenar esos datos, puede evaluar por cierto tiempo si el paciente evoluciona o no. Y acá es donde residía el problema, porque debido a la poca tecnología con que los profesionales cuentan para estos casos, no podían establecer la evolución del paciente”, señala Mercado. Por ello, Lopta le permite al profesional continuar con la terapia o cambiarla una vez comprobado el grado de evolución del paciente. “Además, el hardware cuenta con tres luces led que se encienden o se apagan de acuerdo a los parámetros de fuerza que aplica la persona. Esto se llama neuroplasticidad: en el caso, por ejemplo, de un ACV, el paciente no tiene sensibilidad o noción de la fuerza que ejerce, entonces con las luces ahora sabe si aprieta o no”, apunta el bioingeniero Mercado (24 años), riojano de nacimiento pero que desde hace siete años reside en San Juan, donde cursó la carrera de Bioingeniería en la UNSJ.

 

En la comunidad

Federico Mercado, junto a médicos y kinesiólogos del Hospital público “Guillermo Rawson” de San Juan, ya constató con pacientes la buena performance de Lopta. “Vimos que es una necesidad y que hay que adoptar este dispositivo. De todas maneras, dejamos un dispositivo en el sector de Neurorrehabilitación del Hospital Rawson”, refiere Mercado, quien agrega que junto a bioingenieros del Gabinete de Tecnología Médica (GATEME) de la Facultad de Ingeniería de la UNSJ, brindaron una capacitación al personal del nosocomio para el uso del dispositivo.

El 10 de octubre pasado la Cámara de Diputados de la Provincia de San Juan aprobó una ley que creó la Fundación de Investigaciones Médicas (FUDIM), que funcionará en poco tiempo en el Centro Español para el Manejo de Enfermedades Crónicas (CEMEC), en el ex Hospital Español de esta provincia. Entre los tratamientos de diversas patologías, este centro de avanzada en medicina e investigación que pondrá a la medicina de San Juan en un lugar relevante, según ponderaron especialistas al momento de aprobarse el proyecto, tendrá un ámbito de rehabilitación post enfermedades neurológicas. El GATEME, donde se desempeña Federico Mercado, será parte de ese ámbito a partir de 2020 con sus tecnologías para neurorrehabilitación. Entre esas tecnologías ya probadas se encuentra Lopta.