Candidatos 3.0

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El mensaje político actual y un paralelismo con la especificidad y respuesta puntual de la Web 3.0.

Por Fabián Rojas

Es esperable una eventual satisfacción de un usuario de Internet al ver respuestas exactas a lo que pretendía encontrar ante la búsqueda en la pantalla de su computadora. Pero respuestas exactas de verdad, una interactividad en la que un buscador Web arroje una respuesta puntual a una inquietud, sin variantes de contextos, en un ida y vuelta con fuertes tintes de personalización. Es esa una experiencia Web 3.0. Una Web que, entre sus características más destacadas, incluye rasgos por los cuales se habla de ella como de una Web semántica, y hay un ejemplo clásico para la descripción de ello. Es aquel del hombre que formula una consulta del tipo “busco un lugar para pasar las vacaciones con mi esposa y dos hijos de 5 y 2 años, que sea cálido y con un presupuesto máximo de tantos dólares o pesos”. El sistema devuelve un paquete de vacaciones preciso y hasta personalizado, a medida, como los que vende una agencia de viajes, pero sin la necesidad de que el interesado pase horas y horas localizando ofertas en Internet. Es esperable la satisfacción.
En campañas políticas, lo esperable hoy es el candidato a medida de “la gente”. El objetivo trazado es dirigirse al sitio exacto de la necesidad puntual del próximo votante a cautivar. Para ello, el candidato debe aparecer, cual si fuera el resultado de un motor de búsqueda inteligente, como la opción hecha a medida de las inquietudes de ese ciudadano común. “El candidato del hombre común no es visto como un político clásico: escucha antes de proponer, rehúye los discursos largos”, expone el periodista José Natanson en Le Monde diplomatique. Pero también existe, casi en extinción, la otra veta. Dijo María Elena Qués, analista del discurso, sobre Jorge Altamira, de la izquierda, en el Diario La Nación: “Usa un léxico y un tipo de argumentación que lo diferencia radicalmente del resto de los dirigentes que competirán por la sucesión de la jefa del Estado. Es el profeta del fin de la conciliación y el advenimiento de una clase obrera en lucha. Presenta en futuro tópicos que los grandes partidos y sus derivados tienden a considerar parte del pasado”.
Rosa Núñez, docente e investigadora de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSJ, remarcó, en una nota del octubre/73, de esta Universidad, el uso de las redes sociales por parte de los hombres de la política. “Lo bueno es que ahí no hay intermediarios, el ciudadano tiene mayor comunicación con un candidato sin filtros mediáticos”, dijo. Llevado al mundo Internet, eso habla de la Web 2.0 y la interacción humana que hizo posible. Pero el tema más actual es el contenido de especificidad y de respuesta puntual a la necesidad del usuario de la Web 3.0. Y a esto parece apuntar hoy el mensaje político: “Nos interesan tus problemas reales, de todos los días, la iluminación de tu calle, tu seguridad. Lo nuestro no tiene que ver con ideologías”, se escucha decir a los candidatos. Es el discurso de la fragmentación y lo individual en desmedro de los grandes relatos. Algo que aparece en connivencia con aquella idea de El fin de la historia, de Fukuyama, allá por los albores de los años noventa. Era cuando la política se licuaba.

 

La imagen que ilustra esta nota pertenece a la muestra “Mundos posibles”, de la artista, creadora y docente de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, Malena Peralta. La muestra se expuso en el Museo Tornambé, en septiembre de 2014. Ver más en Revista La Universidad