PROYECTO DE EXTENSIÓN EN CAUCETE

Cuando la música integra y ayuda a crecer

Renato Ligutti es un docente de la cátedra de Flauta Traversa de la FFHyA que junto a miembros de la Fundación “Solo Dios Basta” desarrolla un proyecto de extensión destinado a enseñar música a chicos de Villa Independencia, como una manera de facilitar la integración social y la búsqueda de nuevos horizontes. Educar para la vida por medio de la música es la premisa que luego de dos meses de trabajo se cumple con resultados muy positivos, involucrando a toda la comunidad.

 

Había una vez un flautista y muchos niños. Y por supuesto, la música era el lenguaje en el cual se comunicaban. A través de ese lenguaje en común, el flautista y los niños aprendieron que se pueden crear lazos y crecer hacia adentro y hacia afuera, y que la música puede servir para la vida.
Es la historia de un profesor de flauta que decidió llevar su música a ámbitos menos académicos que una sala de conciertos, con resultados tan sorprendentes como alentadores.

Oficialmente, se trata de la ejecución del proyecto de extensión denominado “La música: vehículo de integración y desarrollo socio-cultural”, que dirige el profesor Renato Ligutti y cuyo equipo está integrado por los miembros de la cátedra Flauta Traversa del Departamento de Música y Centro de Creación Artística Orquestal de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, como así también por integrantes de la Fundación Solo Dios Basta.
El proyecto, que ya lleva dos meses de trabajo, se está realizando en Villa Independencia, una localidad del departamento Caucete, a unos 30 km. de la capital de San Juan. La mayoría de la población es de escasos recursos económicos, subsistiendo gracias a trabajos esporádicos y agrarios. Alrededor de 200 familias con un promedio de 6 hijos cada una conforman la población de Villa Independencia, un lugar donde las carencias no son sólo económicas: hay una escuela donde sólo se imparte E.G.B., lo que hace que los adolescentes que quieren seguir estudiando tengan que hacerlo en otra localidad.

La comunidad, preocupada por el alto índice de alcoholismo y drogadicción, siempre ha querido encontrar expresiones que sirvan como lazos de integración y motivación para los adolescentes. Por ello, cuando Renato Ligutti comenzó a trabajar junto a los integrantes de la Fundación Solo Dios Basta, realizando conciertos didácticos, los habitantes de Villa Independencia recibieron estas visitas como un auténtico regalo. A partir de allí, se diseñó el proyecto que hoy cuenta con un subsidio del Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, a través de la Dirección Nacional de Coordinación Institucional, Evaluación y Programación Presupuestaria.

Como propuesta, este proyecto excede los límites puramente del aprendizaje musical y se enmarca en un planteo profundo de aprendizaje de vida, ya que es el encuentro con la música y el proceso de hacer música el recurso facilitador para transferir aprendizajes musicales a aprendizajes de vida: en su disciplina de estudio, en su acercamiento a la belleza como valor trascendente, en la búsqueda de soluciones inteligentes y creativas para conflictos de la vida diaria, en el valor comunitario de la expresión celebrativa de un pueblo, en el sentido de pertenencia y participación.

Como parte del proyecto, se están impartiendo clases de flauta dulce, percusión y guitarra. Cerca de 50 niños y 30 adolescentes y jóvenes de Villa Independencia asisten a las clases, actividad que no sólo ha resultado muy positiva para ellos sino también para sus familias, que ya se han movilizado para proponer la formación de un coro. El trabajo interno del equipo es enriquecedora y constante, logrando llegar a acuerdos y consensos sin inconvenientes. Se enriqueció el instrumental, apoyado por donaciones de instrumentos a la Fundación de particulares que observan el desempeño y crecimiento musical de los niños. Junto a Renato Ligutti, trabajan en este proyecto la profesora Irma Romero y el músico Fernando Loré.
“Ligutti, te quiero y gracias por todo”. El mensaje, escrito en el asiento de un colectivo de larga distancia que cubre el recorrido entre San Juan y Caucete, y descubierto por casualidad por quien escribe esta nota, resume lo que este proyecto ha conseguido: demostrar que la música puede ser el lenguaje común entre aquellos que todavía tienen “en mente cambiar algo”.

 

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