Con la muerte de Daniel Clavijo (24/12/53 - 13/09/11) desparece una forma particularísima de interpretación entre los actores de San Juan. Un ciclo parece cerrarse para el teatro sanjuanino.
Actor y músico con más de treinta años de trabajo teatral desde que llegó a la provincia, desde su ciudad natal La Plata (1974). Clavijo comenzó su formación actoral con la directora de teatro Carmen Renard. Desde sus primeros trabajos dirigidos por Renard, construyó sus personajes desde un horizonte que explicitaba lo corporal. No fue un actor anclado en la representación realista y a partir de ese particular "método" acentuaba lo gestual al momento de apropiarse y representar el texto, plasmando de una manera renovada las acciones y los momentos del humor.
Luego pasó a ser uno de los actores esenciales del director Oscar Kümmel, para quien Clavijo elaboró las actuaciones centrales de diversas puestas en la década del ochenta, siempre destacándose por su singular manera de elaborar los personajes. Kümmel tanto como Clavijo trabajaron activamente sobre la desrealización en la escena, recargando los sentidos dados a la corporalidad del actor, que aparecía como un referente principal netamente kinésico y lúdico.
En 1996 Clavijo fue uno de los cuatro fundadores del grupo Círculo de Tiza. Desde aquel año Clavijo se convirtió en uno de los actores insignia del grupo dirigido por Juan Carlos Carta y de su particular poética. Durante este periodo los ritmos orgánicos de los personajes de Clavijo, que con Kümmel se volcaban a la sátira o el humor, fueron desplazados, acelerados, haciendo intervenir lo violento como una transferencia de la acción a lo significante, apareciendo otro modo de actuación que no conocía registro en el teatro sanjuanino. Participar de este trabajo le valió a Clavijo el premio Actor de trayectoria en la Teatrina de 1996 y otros galardones a nivel nacional posteriormente.

Rasgos de su actuación

En su corporalización, Clavijo abordaba el personaje desde una construcción que se ufanaba de usar su propio soporte humano. Era el cuerpo constituido en significado. El actor poseía un desarrollado antipragmatismo, tenía múltiples formas de abordar los personajes, intuitivismo, exploración inconsciente como poiesis. Además, veía la actuación como proceso: la relación actor-sociedad incidiendo fuertemente en la relación personaje ­ sociedad; de esa interacción extrajo signos para la construcción de sus "mimesis". Así sus personajes se transformaban en seres ficcionales que eran acomodados a su soporte humano. Mediante observación y prueba, vinculaba las condiciones de significancia social que debían atravesar el personaje. Clavijo también hizo gala de una claveexpresionista: adquirió elementos del expresionismo alemán, por autoformación, por cercanía epistémica y afinidad artística con "lo alemán". Desde lecturas ideológicas, de la historia del arte, desde lo teórico de Brecht y de la literatura dramática alemana. Pero es sobre todo del cine alemán donde abrevó. También puede decirse que profesó un realismo antiilusionista: los ritmos naturalistas de los personajes son polarizados, acelerándolos, haciendo intervenir lo violento, anulando cualquier formato ilusionista aún cuando permanezca la organicidad en la actuación. Uso del fragmento, repetición de escenas desde otras miradas. En el trabajo con Carta el cuerpo del actor corresponde a una corporalidad de la narración teatral del director.

Poética de actuación

Con Clavijo se puede hablar del ingreso de la modernidad a la actuación en el teatro sanjuanino.
Este es el rol epocal de Clavijo: iniciar el quiebre que traería aparejado el surgimiento de nuevas formas de actuación. Este proceso iniciado por Kümmel a mediados de los años setenta, llega a su etapa de apogeo sobre los ochenta con Clavijo. Este actor modificó desproporcionadamente los códigos de las representaciones como producto de la corporalización de las nociones de absurdo o de expresionismo: paralelamente ocurrió el cambio en el tratamiento artístico en la escena con la fealdad, lo grotesco y la disonancia. Desde sus actuaciones puso en práctica en la escena la noción kümmeliana de grotesco. Así lo kitsch o lo feo se instalaron como rasgos propios de un modo de actuación moderno para el teatro de la provincia.
Clavijo trajo contemporaneidad a las prácticas actorales del campo local, representando una modernidad diferente con respecto a las técnicas de actuación en el campo local. La actuación bella y armoniosa de las estéticas teatrales de mitad del siglo XX recibieron un cimbronazo con esta otra modernización que admitía lo no apolíneo en los personajes.
Daniel Clavijo, como actor, fue sin lugar a dudas el agente complementario de Kümmel en el sentido de un colaborador efectivo en la propuesta de introducir y afianzar una estética moderna en el teatro sanjuanino.