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Edición N° 58 - Año IX - Octubre de 2012    

RIESGO SÍSMICO EN SAN JUAN

El cambio estructural implica un cambio cultural

La investigación a nivel estructural en materia de terremotos destructivos ha crecido notablemente desde 1944. No obstante, no se han adaptado a los tiempos que corren las técnicas educativas destinadas a la población. Investigadores de diversos proyectos coinciden en que para educar hay que empezar de cero y desarraigar hábitos.

Julieta Galleguillo

Hace 60 años una casa de proporciones normales constaba, generalmente, de un comedor amplio, una cocina con buena iluminación, un patio o galería, un fondo y varias habitaciones, muebles de madera maciza, puertas altas de dos hojas y enormes ventanas. Hoy una casa tipo no es ni la cuarta parte de eso. "Si bien las construcciones actuales son más sismorresistentes, la reducción de los espacios, la construcción en serie y el predominio de departamentos, implican un cambio abismal en lo que se conocía como arquitectura tradicional. Ese cambio a nivel estructural debe ir acompañado de un cambio a nivel cultural, para poder equiparar los avances en investigación con las técnicas de instrucción para reducir la vulnerabilidad sísmica", explica Virginia Rodríguez, arquitecta, investigadora de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) de la UNSJ.

Aunque el terremoto de mayor magnitud en la historia argentina (8 en la escala de Richter) se produjo el 27 de octubre de 1894, con epicentro en el noroeste de San Juan, el terremoto del 15 de enero de 1944, que destruyó la ciudad sanjuanina y dejó un saldo de 10 mil muertos, marcó un hito sismológico en Argentina y en base a éste se implementaron políticas de investigación y acción. "Existe una realidad con la que tenemos que convivir. Por un lado habitamos una de las zonas más peligrosas del mundo en cuanto a riesgo sísmico (ver mapa). El sur de San Juan y el norte de Mendoza integran el punto de riesgo más alto de nuestro país y eso no va a cambiar. Por otro lado, los estudios de sismología no son predictivos. Contamos con los más avanzados sistemas de medición y se han hecho investigaciones de las más variadas, pero no alcanza para predecir con certeza y suficiente antelación la magnitud, lugar y momento en el que ocurrirá un terremoto destructivo", aclara el Ing. Alejandro Giuliano, director nacional del Instituto de Prevención Sísmica (INPRES).

  • Hábitos que perjudican una evacuación: bancos desalineados, sin espacio entre unos y otros, las mochilas en el piso del curso.
  • Hábitos que perjudican una evacuación: elementos pesados que cuelgan del techo, cables al alcance de todos y cajas en el piso.
  • Hábitos que perjudican una evacuación: mesas demasiado extensas en espacios reducidos, sin pasillos intermedios y elementos pesados sueltos en estanterías sin puertas ni precintos.
  • Hábitos que perjudican una evacuación: elementos en el piso, conexiones eléctricas precarias, cables sueltos y aparatos electrónicos en contacto con el suelo
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Esta realidad de la que habla Giuliano, sumada a que la historia de terremotos destructivos de San Juan cuenta con un período de recurrencia de unos 50 años, ha motivado investigaciones y desarrollos de alto nivel en lo que se refiere a ingeniería sismorresistente. He aquí los cambios estructurales de los que hablábamos inicialmente. Sin embargo, el avance en la educación de la población para asumir conductas adecuadas antes, durante y después de un sismo, no ha tenido un desarrollo paralelo. "Si hablamos de un nivel estructural, tanto la ingeniería como la arquitectura han trabajado firmemente en mejorar los tipos de construcciones para disminuir la vulnerabilidad sísmica. Una casa construida con materiales de mejor calidad, sin dudas es más segura, pero si los dueños de la casa ponen un espejo en un lugar de paso o ubican los muebles obstruyendo una salida, esa casa deja de ser segura. Siempre nos dijeron que teníamos que ponernos debajo del umbral de la puerta si tiembla, pero nunca nos dijeron que si la puerta tiene vidrio o fue modificada de alguna manera, es el peor lugar que podemos elegir para quedarnos. Las recetas son para el plano estructural, para el plano cultural tenemos que educar y ahí no hay instructivo que alcance porque hay que cambiar hábitos. No podemos prevenir el terremoto, pero sí la catástrofe", afirma la Arq. Alicia Malmod, investigadora del Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat (IRPHA) de la FAUD de la UNSJ.

El plano cultural

Actualmente, a nivel mundial, se está trabajando en el factor "concientización" para combatir la vulnerabilidad sísmica. Como bien coinciden los investigadores, las leyes o reglas de prevención sísmica no son aplicables a todos los casos. El contexto, la ingeniería, la época del año, las edades, la decoración de interior, la hora del día, son factores que influyen de una u otra manera en el grado de catástrofe que se puede alcanzar durante un terremoto.

En este plano, desde la década del 90 investigadores de la UNSJ vienen trabajando diversos proyectos como "Alerta Sismo!", que consiste en un compendio de estrategias para construir nexos entre la población en riesgo y el corpus teórico desarrollado en materia de prevención sísmica durante años de investigación. Es un incentivo para tratar el tema "riesgo sísmico" en determinados contextos. En soporte digital, el trabajo multimedia es una serie de tres componentes: Prevención Sísmica en las Escuelas, Plan de Emergencia Familiar y Prevención Sísmica en Escuelas Secundarias, a cargo de las arquitectas Alicia Malmod y María Balmaceda, que el INPRES distribuye como material didáctico para las escuelas. Por otro lado, el "Plan de Gestión de Mitigación Sísmica en la Universidad. Caso de estudio: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño", a cargo de la Arq. Virgina Rodríguez, consiste en realizar una identificación y evaluación de vulnerabilidades existentes (física, organizacional, académica y normativa) en todas las unidades académicas de la UNSJ, y en proponer un Plan de Gestión de Mitigación Sísmica, como experiencia piloto en la FAUD. Son muchos los trabajos que se hacen en este sentido pero, según los especialistas, no son suficientes. Hay un cambio cultural profundo y consciente que es necesario hacer desde las instituciones básicas, como la familia, la escuela, los lugares públicos, los gobiernos, etc. "La superación en el aspecto cultural parece sencilla si la hablamos libremente. Todos entendemos si decimos que en un aula de escuela primaria los chicos no pueden dejar las mochilas en el piso porque en caso de sismo, sus compañeros no podrían pasar por los pasillos obstruidos. Suena lógico y todos estamos de acuerdo, pero no se cumple. Y sólo la maestra bien instruida o el alumno bien enseñado desde su casa puede darse cuenta de esto y tomar las precauciones necesarias. Este es el cambio de hábito al que nos referimos, el cambio cultural que debemos afrontar. Y la única manera de lograrlo es por medio del diálogo en todos los contextos posibles", explica la Arq. Malmod.

Los gobiernos en todo el mundo se han comprometido a tomar medidas para reducir el riesgo de desastres y han adoptado lineamientos generales que giran en torno a la educación. "La reducción del riesgo de desastres debe formar parte de la toma de decisiones cotidianas: desde la forma en que la gente educa a sus hijos e hijas hasta cómo planifican sus ciudades. Cada decisión puede hacernos más vulnerables o, por el contrario, más resistentes", dice un fragmento de una de las tantas declaraciones que se han hecho a nivel mundial sobre riesgo y vulnerabilidad sísmica. "El mundo entero está trabajando para reducir la vulnerabilidad sísmica y nosotros debemos hacernos eco. Tenemos los especialistas y habitamos una de las zonas más críticas, no podemos perder tiempo. El trabajo debe ser multidisciplinario. No podemos seguir trabajando por separado ingenieros, arquitectos, diseñadores, psicólogos, docentes, hay que aunar esfuerzos. Los espacios, las estructuras, los tiempos, las costumbres han cambiado, debemos adaptarnos. Si cambia nuestro hábitat, debemos cambiar nosotros", concluye la Arq. Rodríguez.

Fotos: fuente Internet.

 

Zonificación sísmica

Mapa interactivo de las zonas con actividad sísmica.

Ver el mapa interactivo

FICHA TÉCNICA

Arq. Virginia Rodríguez, investigadora de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) de la Universidad Nacional de San Juan. Especialista en Planificación, Prevención y Manejo Integrado en Áreas Propensas a Desastres. Docente encargada de las cátedras Diseño Arquitectónico en Zona Sísmica II y Arquitectura y Gestión del Riesgo Sísmico II, para las carreras Diseño Grafico y Diseño Industrial de la FAUD.

Arq. Alicia Malmod, docente, investigadora del Instituto Regional de Planeamiento y Hábitat (IRPHA) de la FAUD de la UNSJ. Directora de la serie de proyectos "Alerta Sismo!" y Directora de la Maestría en Arquitectura de Zonas Áridas y Sísmicas de la FAUD.