edición 57
AÑO Ix - Nº 57 | mayo de 2012
INGENIERO JUAN CARLOS CÁMPORA
El Rector desaparecido
La Universidad Nacional de San Juan rindió un homenaje póstumo al ingeniero Juan Carlos Cámpora, primer rector de la Universidad Provincial Domingo Faustino Sarmiento, una de las instituciones bases de la actual UNSJ. Cámpora fue desaparecido por la última dictadura cívico militar. En esta nota, algunos reflejos de su accionar, guiado por la defensa de la libertad, la justicia y la reivindicación del conocimiento para la evolución de la sociedad: ideas incompatibles con el terrorismo de Estado.
Por Fabián Rojas

En la presentación del Programa de Derechos Humanos de la Universidad Nacional de San Juan y homenaje al ingeniero Cámpora, el rector de esta casa de estudios, Dr. Benjamín Kuchen, dijo ante el público: "Me alegra profundamente poder rendir un merecido y justo homenaje al ingeniero Juan Carlos Cámpora, desaparecido en 1977 por causa del terrorismo de Estado. Coincido con la apreciación que en algún momingeniero Cámporaento hizo su hija, cuando dijo que su padre es un doble desaparecido, porque nuestra sociedad no lo ha reconocido como debía hacerse". La necesidad de reconocimiento al ingeniero geógrafo Cámpora tomaba cada vez una dimensión más importante, porque su figura y pensamientos, inquietantes y molestos para la última dictadura cívico militar, fueron trascendentales para la comunidad sanjuanina.
Juan Carlos Cámpora fue el primer Rector, entre 1964 y 1966, de la Universidad Provincial Domingo Faustino Sarmiento (UPDFS), base y antecesora de la Universidad Nacional de San Juan. De hecho, antes de quedar incorporada definitivamente a la UNSJ el 10 de octubre de 1973, aquella casa de estudios había sido la sede principal en donde se realizaron los estudios de factibilidad para la creación de esta Universidad nacional. "Llegan para participar de estos cursos hombres y mujeres de distintos lugares del país y algunos de otros países, con distintas ideas, con diferentes creencias, con concepciones diversas del mundo moderno. A ninguno de ellos le hemos preguntado sobre lo que piensan ni en lo que creen (…) No nos hemos interesado en averiguar cuáles son sus pensamientos porque creemos que el pensamiento humano es y debe ser libre, y que en esa libertad radican esencialmente sus posibilidades de superación", había expresado Cámpora al dejar inaugurada la Universidad Provincial. Poco tiempo después fue creado, en 1965, el Colegio Central Universitario, como institución dependiente de esa Universidad.

Rompiendo moldes

Durante su ejercicio al frente de la UPDFS, Cámpora fundó el Museo Arqueológico, antecedente del actual Instituto de Investigaciones Arqueológicas y Museo "Prof. Mariano Gambier" de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ. Fue creado en abril de 1965 "con el objeto de resguardar el valioso testimonio arqueológico que representaba el cuerpo congelado de época incaica hallado en 1964 en forma casual en la cumbre del Cerro El Toro, e impulsar la investigación en arqueología", explican desde aquel Instituto de la FFHA.
Precisamente el tema de la arqueología aviva uno entre varios recuerdos que "Maritina" tiene de su padre, el ingeniero Cámpora, desde cuando era niña. "Cierta vez que nos íbamos a una expedición arqueológica, un profesor preguntó a mi padre '¿por qué la vas a llevar si es una niña?', y, con ese desdén que la gente dice que tenía cuando él quería, le contestó '¿y qué?', con lo cual me daba mi lugar como mujer y como persona que podía ir y escalar un cerro", recuerda "Maritina", o María Cristina Cámpora, médica especialista en Psiquiatría, con residencia actual en Buenos Aires. Otro recuerdo que siempre evoca es cuando el ingeniero "hizo cerrar con alambrados el Parque de Ischigualasto para que los 'yanquis' no se robaran esqueletos petrificados del lugar".
Eran tiempos distintos, de conservadurismo aún más sólido que hoy en la sociedad sanjuanina, por eso "Maritina" resalta esas actitudes de su padre. Comentan sus familiares que era un hombre de pensamientos y acciones que se escindían de lo común. "Recuerdo que una vez fueron a casa unos chicos que mi padre entrenaba en tiro, porque él fue campeón argentino de tiro, y los recibió con una torta de chocolate hecha por él mismo. Ellos no podían entender cómo ese hombre tan corpulento y robusto los recibiera con una torta. Y otro recuerdo hermoso que tengo es que mi torta de 15 años me la hizo él. Lo tengo en mi memoria con un delantal de mi madre; él, con su metro noventa de altura, decorándome la torta", dice "Maritina", quien vivió en San Juan hasta sus 17 años, cuando emigró a Capital Federal para continuar sus estudios.


María Cristina, hija de Juan Carlos Cámpora, durante el homenaje que se realizó en el Edificio Central de la UNSJ.
La defensa

Juan Carlos Cámpora fue secretario General de la Gobernación de San Juan en el gobierno de Eloy Camus. Durante sus funciones fue nombrado Director de Fabricaciones Universitarias, por parte del Gobierno provincial. Del lado de la UNSJ, los directores fueron los ingenieros Graffigna y Leonetti. Fabricaciones Universitarias ponía en práctica los conocimientos de la ingeniería y funcionaba en el subsuelo de Electromecánica de la Facultad de Ingeniería de esta Universidad en los años '70. El proyecto quedó en la nada cuando Videla, Massera y Agosti asaltaron las instituciones de la República Argentina en 1976. "Mi padre ahí fabricó una ametralladora antiaérea, que llevó a un campamento de La Rinconada, en Pocito, para que la gente pueda defenderse", narra "Maritina". Esa gente era un grupo de militantes de Montoneros, al que Cámpora entrenaba en el uso de armas.
Según cuentan sus familiares, Cámpora también era un excelente andinista, un gran atleta y tenía muchas nociones de supervivencia. Esas aptitudes le sirvieron para resistir al feroz régimen iniciado en marzo de aquel año. "De mi abuelo me impresiona que habiendo pertenecido a una familia conservadora, se haya sacado el peso cultural familiar y haya defendido a mucha gente de un sistema al que había que oponerse. Esto me llena de orgullo", expresa su nieto Pedro Sonderéguer, hijo de "Maritina". "Mi padre descubrió que muchos de los alumnos que tenían los mejores promedios de su Universidad eran socialistas. Entonces él dijo 'esto es por algo, y lo voy a defender', y lo hizo", rememoró "Maritina" en el homenaje que la UNSJ realizó a su padre.

El militante

Al ingeniero Cámpora, que había nacido en 1919 en Lomas de Zamora, Buenos Aires, le tocó vivir bajo las distintas dictaduras que se iniciaron en este país en 1930. Por contrapartida, fue reforzando sus ideales de una sociedad justa y libre, e hizo de la militancia política en favor de los derechos humanos un sello que distinguía su accionar en cada momento. En la década del '50 se enfiló en el Partido Bloquista, desde donde articuló con el Peronismo, el Socialismo y la Democracia Cristiana. Así, en las elecciones de 1963, con la victoria de Leopoldo Bravo, Cámpora fue designado como Secretario General de la Gobernación. Luego, en los '70, se separó del bloquismo y comenzó a comulgar con el proyecto peronista, "por parecerle la opción nacional más humana y progresista, que a nivel nacional llevaba como candidato un primo lejano suyo, el Dr. Héctor J. Cámpora", dice Eloy Camus en su libro "Historia de víctimas del terrorismo de Estado San Juan – Argentina"
"Maritina" cuenta a esta revista que su padre era muy amigo de la escritora, política y también desaparecida Alicia Eguren, esposa de William Cooke, el conocido militante de la izquierda peronista. "Ella le mandaba gente para que mi padre la entrenara. Mi papá terminó adhiriendo a Montoneros, pero no fue parte de la conducción ni fue orgánico; simplemente adhirió", señala la hija de Cámpora.

Una carta

Cuando la última dictadura cívico militar ya hacía estragos en Argentina, "Maritina" se encontraba en Buenos Aires. Fue allí donde recibió una carta de su padre, en la que le encomendaba que esa misiva fuera a su vez remitida a otros destinatarios. El libro de Eloy Camus reproduce ese escrito en que Cámpora le dice a su hija: "Sacá varias copias de esta carta y entregá por los medios que consideres más adecuados: una copia al Alto Comisionado de las Naciones Unidas en Buenos Aires, una copia a la agencia de noticias UPI, una copia a la agencia noticiosa France Press". "Maritina" le dice a Revista La Universidad: "En esa carta contaba lo que estaba viviendo en San Juan, y yo la envié, tal como él me pidió".
La carta, enviada el 4 de diciembre de 1976, también decía: "Como recordarás, compré una casa en la calle Amadeo Sabatini N° 170, Rawson, San Juan (…) La alquilé a un matrimonio de apellido García (…) Fuerzas militares allanaron la casa y la clausuraron con fajas firmadas (…) Una patrulla civil (…) me interrogó y me hizo saber que los García eran montoneros y que además no se llamaban García sino Poblete (…) Presenté una nota al RIM 22 solicitándole la devolución de la casa clausurada". En la misma carta, el Ing. Cámpora le contaba a su hija que, según sus vecinos, luego de la nota al RIM 22 fueron tres veces a buscarlo hombres extraños en momentos en que él no estaba. Por eso le agrega a su hija: "Estas misteriosas visitas pueden deberse a las siguientes causas: Nueva indagatoria; la respuesta a mi nota solicitando la devolución de mi casa clausurada; o un secuestro".

Un final anunciado

"Como mi abuelo era una persona pública, no es que lo secuestraron un día y lo desaparecieron. La policía militar le había ido dando señales. Lo convocaron a la jefatura, le hicieron preguntas y lo alertaron", explica su nieto Pedro.
La hija y el nieto de Juan Carlos Cámpora y el libro de Eloy Camus coinciden en el relato: era entre las 8.30 y 9 de la mañana del 25 de febrero de 1977 cuando el ingeniero salió de su casa del Barrio Juan XXIII para ir en su Citroën 3CV a su médico, de apellido Schabelman, y nunca más se supo de él. "Maritina", antes de exiliarse en México junto a su esposo –que había estado secuestrado por largo tiempo-, presentó siete Hábeas Corpus por su padre, obviamente sin respuesta alguna. "Ellos (los militares genocidas) son elementos degenerados de la especie, y si estos elementos perseveraran, la especie se extinguiría. Nosotros avanzamos por nuestras ideas, por lo más alto de nuestro pensamiento, por eso avanzamos. Esto mi padre lo tenía absolutamente claro", exteriorizó con ojos húmedos "Maritina" en el homenaje que la UNSJ rindió a su padre, al ingeniero, al atleta, al repostero, al militante, al luchador, al creador, al estudioso; a todos esos hombres que condensó en su ser Juan Carlos Cámpora. O, también, el Rector desaparecido.

Placa homenaje

En el homenaje y reconocimiento al Ing. Juan Carlos Cámpora, desarrollado en el Edificio Central de la UNSJ, el Rector de esta casa de estudios, Dr. Benjamín Kuchen, la hija de Cámpora, María Cristina, y nietos del ingeniero desaparecido, descubrieron una placa en memoria del ex Rector de la Universidad Provincial "Domingo F. Sarmiento". La placa lleva el siguiente texto, citado el 21 de junio de 1966 por el propio Ing. Cámpora: "Creemos que el pensamiento humano es y debe ser libre, estamos convencidos que únicamente en plena libertad puede volar el espíritu, alcanzando las más altas alturas que le está permitido al ser humano".

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