edición 57
AÑO Ix - Nº 57 | mayo de 2012
PROYECTO DEL QUE PARTICIPA LA UNSJ
El calentamiento global
extinguirá saurios en todo el mundo
Un proyecto de repercusión mundial predice la extinción de especies de saurios como consecuencia del calentamiento global. La Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales participa con investigadores del Departamento de Biología, quienes centran sus estudios en géneros y especies locales. La pérdida de diversidad de lagartijas tendrá secuelas para toda la cadena alimentaria.

Un proyecto de investigación, liderado por Barry Sinervo, de la Universidad de California, demuestra que el calentamiento global está llevando a la extinción a poblaciones locales y especies de saurios a nivel mundial. El estudio de Sinervo detectó, en colaboración con Benoit Heulin, Jean Clobert (CNRS, Francia) y Donald Miles (Ohio University, USA), que ciertas poblaciones de la lagartija de turbera (Zootoca vivipara) originaria de Francia había desaparecido.
En diciembre de 2011, investigadores y estudiantes avanzados de la Licenciatura en Biología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales participaron de esta investigación, cuya metodología es compartida por estudios desarrollados en Universidades e Institutos de todo el mundo. Ellos son los licenciados Graciela Blanco, Juan Carlos Acosta y Alejandro Laspiur; y los estudiantes avanzados y becarios alumnos Lía Piaggio Kokot, Rodrigo Nieva, Ana Victorica, Susana Castro, Matías Olmedo y Gustavo Fava (ver aparte).

Mal pronóstico

Al analizar 48 especies de lagartijas mexicanas del género Sceloporus, la investigación descubrió que muchas especies se habían extinguido local o completamente, pese a que su hábitat permanecía intacto. Entre 2006 y 2009 comprobaron que en 200 localidades estudiadas en México, entre 1975 y 1995, el 12 por ciento de las poblaciones locales de Sceloporus se habían extinguido y, en algunas zonas, este valor llegaba al 80 por ciento.
La conclusión fue la alarmante predicción de que, si no se disminuye la actual tasa de emisiones de CO2 para el año 2080, se habrá extinguido el 20 por ciento de las especies de lagartijas del planeta, lo que representa cerca de 1.300 especies, sin tener en cuenta las que aún no han sido formalmente descriptas o nombradas.

Sin alimentos por el calor

A partir de estos estudios los investigadores desarrollaron un modelo artificial de lagarto con microchips para medir la temperatura operativa en diferentes condiciones, tanto en localidades donde las poblaciones habían sobrevivido como donde se habían extinguido. Allí obtuvieron resultados concluyentes: en los lugares donde se habían producido extinciones, los lagartos no habrían tenido tiempo de alimentarse ni reproducirse adecuadamente, dado que las altas temperaturas los obligarían a pasar la mayor parte del tiempo en sus refugios.
El siguiente paso fue desarrollar un modelo matemático de riesgo de extinción en el que intervenían, por un lado, variables climáticas y, por otro, variables fisiológicas relacionadas con la regulación térmica de los reptiles.
Los resultados fueron extensamente validados con trabajo de campo posterior en Francia y México, viéndose que el modelo predecía perfectamente lo que ya era posible comprobar empíricamente. En algunos casos, la extinción era más rápida de lo esperado porque una especie capaz de adaptarse eliminaba por competencia a la que no lo era. Por último, quedaba recopilar datos de temperaturas y de fisiología térmica de saurios abarcando el mayor número posible de sitios y de especies, para hacer predicciones globales. Se utilizaron mapas detallados de distribución de las especies y de temperaturas máximas del aire presentes y pasadas, así como proyecciones futuras basadas en modelos climáticos, asumiendo que la tasa actual de emisiones de CO2 debida a actividades humanas continuará.

El futuro llegó

Las predicciones fueron validadas con observaciones de extinción local de poblaciones en cuatro continentes, con datos para 1.216 poblaciones de 587 especies repartidas en 34 familias de saurios. Se prevé que las especies que ya están experimentado pérdida de poblaciones locales son las más proclives a extinguirse. Muchas de las extinciones que el modelo predice para 2080 -una gran parte en las regiones montañosas tropicales- podrían ser evitadas si se tuviera éxito en reducir la emisiones globales de CO2, pero el escenario para 2050 es seguramente inevitable.
Sinervo y sus colaboradores son testigos de extinciones locales cada año. Así, el mensaje de este estudio es grave e incómodo: las extinciones debidas al cambio climático no son cosa del futuro, están ocurriendo ya.
La pérdida de diversidad de lagartijas tendrá secuelas en cascada para toda la cadena alimentaria, dado que estos reptiles son presa frecuente de un gran número de depredadores (mamíferos, aves, otros reptiles), y a su vez ellos depredan activamente sobre invertebrados y pequeños vertebrados.

Proyecto con 12 naciones

Encabezado por Barry Sinervo, de la Universidad de California, este proyecto cuenta con la participación de 26 científicos de doce naciones (Estados Unidos, México, Colombia, Brasil, Perú, Chile, Argentina, Finlandia, Francia, España, Sudáfrica y Australia) y se desarrolla a partir del trabajo publicado en la prestigiosa revista Science, titulado "Erosion of lizard diversity by climate change and altered thermal niches"; Sinervo et al., Science 328, 894 (2010); traducción: "Erosión de la diversidad de lagartijas por el cambio climático y nichos térmicos alterados".

Aplicación de la metodología en San Juan

El modelo matemático de riesgo de extinción se utiliza para indagar sobre las especies sudamericanas. Hubo estudios de poblaciones de lagartos de la Patagonia y luego en ambientes andinos del centro del país. Los géneros locales de lagartos estudiados son: Liolaemus, Cnemidophorus, Phymaturus, Pristidactylus y Homonota.
En San Juan se reunieron los investigadores referentes del proyecto y de los estudios de anfibios y reptiles de la UNSJ, pertenecientes al Departamento de Biología de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Los investigadores trabajaron en zonas de los Médanos Grandes, en Caucete y en la zona cordillerana de Calingasta e Iglesia con lagartos de clima templado y frío. De igual forma, en el laboratorio midieron capacidad locomotriz en función de temperatura, temperaturas preferidas, plasticidad fenotípica, etcétera, parámetros relacionados con el calentamiento global y sus implicancias en la extinción de especies.
Actualmente los especialistas analizan los datos obtenidos en nuestra provincia para que, junto a los hallados en la Patagonia, conformen la base para publicar los resultados en revistas científicas como Science o Nature, aportando así más evidencia de la extinción de saurios, en este caso en Sudamérica y específicamente de San Juan.

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