Los talleres que la Universidad Nacional de San Juan brinda para los internos del Servicio Penitenciario Provincial contemplan una parte de producción cultural y una de capacitación laboral. Esta casa de estudios, a través de la Secretaría de Extensión, y con financiamiento de la Secretaría de Políticas Universitarias de la Nación, ejecuta desde 2007 el Proyecto "Articulación Estado-UNSJ para la inclusión social y alternativas para fortalecer las acciones de extensión con el medio I: Educación en Contextos de Encierro". Este programa continuará en el corriente año, por lo que la UNSJ está definiendo qué talleres ofrecerá en la cárcel. En el marco de este proyecto, arquitectos de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD) dictaron los talleres de "Construcciones" y de "Electricidad e Instalaciones domiciliarias". Como los mismos docentes señalan, además de reforzar en los internos sus derechos de ciudadanos, estos cursos les brindan herramientas para que cuando recuperen su libertad puedan desempeñarse en algún oficio. La mayoría de los internos que asistieron a los talleres tiene entre 20 y 30 años de edad.

Construcciones

El arquitecto Joaquín Roso, profesor del Taller de Arquitectura IA de la FAUD, dictó en el Penal de Chimbas a lo largo de 12 clases el "Taller de Construcciones". "En realidad, más que de construcciones, las clases fueron una instrumentación de dibujo técnico, o de interpretación de documentación técnica", aclara Roso. "Dibujaron planos de viviendas sencillas y recibieron conceptos básicos de, por ejemplo, cómo se sostiene una estructura o cómo es dibujar a escala. La idea de esto era que ellos sean capaces, en un trabajo de construcción, de interpretar la documentación técnica de una obra", explica. Según cuenta Roso, "el personal penitenciario en principio pretendía que a los internos se les diera clases de construcción propiamente dicha, pero muchos de ellos ya manejan más o menos bien el tema de albañilería, por eso quise profundizar más en la parte técnica". Fueron 15 los alumnos que cursaron el taller, quienes como trabajo final tuvieron que presentar planos con la representación de una planta edilicia con un corte, y otro más técnico con columnas y vigas de cargas, de encadenado, muros portantes, etc. "La mayoría hizo un buen aprendizaje. Pero realmente lo que noté es que mostraban ansias de ir al taller, porque para ellos esas dos o tres horas de cursado son un cable a tierra, como evadirse de ese contexto de encierro", reflexiona el arquitecto Roso.

Electricidad e Instalaciones domiciliarias

"Quedamos muy satisfechos porque aprendieron todos, y algunos que estaban por recuperar su libertad nos preguntaban dónde nos podían ubicar por si tenían alguna duda acerca de lo aprendido. Le dijimos que podían venir por la Facultad", comenta la arquitecta Virginia Rodríguez, secretaria de Extensión de la FAUD. Ella, junto al arquitecto Sergio Mata, fueron los encargados en el Penal de Chimbas de brindar el "Taller de Electricidad e Instalaciones domiciliarias". Fueron 16 encuentros con 15 internos del Penal de Chimbas. "Fue un curso teórico práctico, pero fundamentalmente práctico. Brindamos conceptos teóricos iniciales y un glosario de términos técnicos, como por ejemplo qué es un átomo o qué es la corriente eléctrica, voltaje, amperaje, resistencia; además, explicamos la simbología de las instalaciones y cómo se construyen estas últimas. Todo iba acompañado de prácticas", señala la docente. El trabajo final fue una síntesis de todo lo visto. Realizaron una instalación eléctrica tridimensional y dibujaron un plano de instalación domiciliaria. "La asistencia y la atención fueron excepcionales y pudimos establecer relaciones humanas muy importantes. Ellos estaban muy agradecidos a la universidad y nos pidieron que siguiéramos con estos cursos", cuenta la arquitecta Rodríguez.