edición 53
AÑO VIII - Nº 53 | agosto de 2011
Columna de Cine
Homenaje a Beatriz Della Motta,
primera crítica de cine en San Juan
Por Cristina Pósleman
Instituto de Expresión Visual - FFHA - UNSJ
Aunque alejadas por las circunstancias de la vida, ya que Beatriz Della Motta está jubilada desde hace poco, ella y yo siempre soñamos con publicar un segundo libro (el primero se llama "Mirar a quién", y se lo puede encontrar en las librerías sanjuaninas). En este caso, consistiría en una larga y reposada entrevista en la que yo le haría preguntas, todas relacionadas con el cine y el fútbol. Es que, convengamos, ambos tienen mucho en común. Veamos.
Como para empezar, el "plató" -que viene del francés plateau, como "orsay" viene del vocablo inglés outside-, el plató, decía, mucho tiene del campo de juego. Las luces, que anuncian que todo comienza. A veces la natural, que tiñe el cuadro de sombras bien marcadas. Otras, la artificial, que convierte el escenario en una fiesta nocturna. La lluvia, que oportunamente aparece para hacer resbalar todo cuerpo vivo, al igual que a las emociones.
Al momento aparecen los personajes. Actores y jugadores, que comparten la posesión de una "ocupación inútil", se desviven por protagonizar el instante justo y hacer estallar la suerte. Su gracia, nada tiene que se le parezca. (Ni uno de los pasajes virtuosos de un pianista ejecutando las piezas de Liszt). Saben, y eso es lo que hace que su corazón lata, que en ellos está puesta la mirada de la multitud. Y esperan e insisten, y dedican toda su vida a crear un personaje nuevo, original, que doblegue la inercia e invente un nuevo hombre. Y un pueblo nuevo que lo aliente. A veces se logra, otras no.
Y pasa lo que pasa, y de repente, la sucesión de minutos se interrumpe y el acontecimiento se nos presenta en crudo. Tiempo cristalizado en el que nos elevamos por sobre la escena… y somos parte de un destino divino. Pero aunque la consistencia del juego vibre luego del final, el tiempo de acá abajo indefectiblemente se acaba. En su estela, las sensaciones restan sin poder aflojar al "volver a la realidad". Algunos personajes vagan por el campo desolado, ya sin los actores ni las cámaras, sin las cancioncillas de las tribunas, sin el calor del juego. Son algunos de esos que han elegido vivir en la finísima e irregular línea que separa la realidad de la fantasía. Incapaces de salir del plató, aunque su anatomía brilla por su ausencia, es su alma la que resuena como un mágico armónico, cada gol, cada gol.
El cine y el fútbol, sus dos pasiones. Por eso, va un homenaje a Beatriz Della Motta, hincha de Boca, primera crítica de cine en San Juan, que nos ha dejado, al menos en el plató que con ella compartimos durante más de diez años, vagando taciturnos sin saber cómo volver a respirar. Esperamos, asiento por ella, concretar este ansiado libro.
Copyright © 2004 - 2011 Revista La Universidad | Universidad Nacional de San Juan - Argentina | Todos los derechos reservados | revista@unsj.edu.ar