“La FAN se ubica dentro de esa última parte del nombre del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación. Innovación productiva es uno de los roles en que tiene que ver la Fundación, focalizando en la nanotecnología. No estamos en la nanociencia, en la que institutos y universidades están bien representados con sus investigadores. Nosotros tratamos de traccionar parte de ese conocimiento, que se vuelque a la sociedad a través de la innovación productiva”. Así define a la Fundación Argentina de Nanotecnología (FAN) su presidente, el ingeniero electrónico Daniel Lupi. La FAN, que había sido creada en 2005 por el Ministerio de Economía y luego fue trasladada a dependencias del ministerio citado, trata de apoyar, según su Presidente, algo así como “una insignia o una bandera de la innovación”, y lo hace a través de la nanotecnología. Sobre este campo habló Revista La Universidad con el Ing. Lupi.
-¿Cómo está la nanotecnología en el mundo?
-Toda nueva tecnología tiene primero un período de excesivo optimismo, en el cual se cree que va a solucionar todos los problemas del universo, pero después empiezan a verse limitaciones. En cuanto a la nanotecnología, este primer período ya ha transcurrido y la situación vinculada con la crisis de 2008 ha hecho que la transferencia a nivel mundial de desarrollos y avances se haya frenado un poco. Pero existe una gran cantidad de aplicaciones y en las universidades del mundo ya se realizan posgrados de nanotecnología.
-¿Y en Argentina?
-Creo que la crisis financiera internacional a los argentinos nos vino bien, porque eso nos da tiempo para “alcanzar el tren”, para nivelarnos más. Pero nuestro país no está atrasado y tiene un rol muy importante en lo que se llama nanociencia, con los investigadores locales.
-Los investigadores locales de las universidades…
-Sí, porque hay muchos. Nosotros incluso en la FAN hemos realizado una recopilación de investigaciones y hemos editado un libro titulado “Quién es quién en nanotecnología”. Por lo menos hay unos 60 investigadores de universidades argentinas. Están centrados en grupos de física, química y física-química. Hay también institutos como el INTA, el INTI y la Comisión de Energía Atómica, que realizan investigaciones.
-¿Y se realizan transferencias al medio?
-Sí, recién empieza el proceso de transferencia. Pero repito que no es que estemos tan atrasados. El medio no es un medio que pueda absorber estas tecnologías fácilmente. Pero a fin del año pasado el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva cerró una convocatoria de proyectos entre empresas e instituciones por un valor de 20 millones de dólares. O sea que hay varias universidades e instituciones que han entrado en proyectos vinculados con esto.
-¿Cómo define a la nanotecnología?
-Algunos investigadores dicen que el orden de los nanómetros es como un punto mágico, porque más abajo hay átomos, que los químicos y físicos conocen bien, y más arriba hay materiales, en los que por ejemplo la ingeniería trabaja con suficiente elasticidad. Los semiconductores o transistores que usan las computadoras ya están en el orden nanométrico. En ese punto ya aparecen propiedades físicas y químicas evidentes que permiten aplicaciones nuevas. Bien arriba, en los 200, 300, o 500 nanómetros estamos muy cerca de la propiedad del material, y más abajo ya estamos en el dominio donde se trabaja con átomos. Es decir que la definición es un tanto accidental. Algo no es nanométrico sólo porque mide 1 o 2 nanómetros, sino porque en esa instancia las propiedades físicas y químicas de los materiales comienzan a tener una ambivalencia interesante y aparecen propiedades que antes no se evidenciaban.
-¿Qué diría sobre sus aplicaciones?
-La nanotecnología como tal se vuelca básicamente en tres procesos de la cadena de valor agregado de un producto. Primero están los materiales o nanomateriales; luego los nanointermediarios, que son aquellos insumos que después van a generar productos; y por último, los nanoproductos, que no existen como tales sino que son productos mejorados gracias a la nanotecnología. Esto quiere decir que no vamos a encontrar un nanoproducto o un nanoaparato, sino que vamos a encontrar los productos de siempre con propiedades mejoradas, con un precio que sería aproximadamente el mismo. La nanotecnología está mucho más utilizada de lo que uno supone, pero no es un factor de venta, como se pensó al principio. Hay muchos productos en los que existen aspectos nanotecnológicos, que no son detectados, pero que pueden ser considerados como mejora de materiales.
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