edición 52
AÑO VIII - Nº 52 | mayo de 2011
JOSÉ LINO BARAÑAO, EN LA UNSJ
Hacia una economía basada en el conocimiento:
tarea para el bienestar social
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Dr. José Lino Barañao, visitó la Universidad Nacional de San Juan. Aquí trazó un cuadro de situación del estado de la ciencia y la tecnología en el país y definió la política que lleva adelante la cartera a su cargo.

“El tema es lograr que la información que se obtiene a partir de la inversión pública, en institutos y universidades, se transforme en beneficios tangibles para la población; y un beneficio tangible muy necesario es la generación de trabajo de calidad”, dijo el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Dr. José Lino Barañao. Fue en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UNSJ, en momentos de la inauguración de la 15ª Reunión Plenaria del Consejo Universitario de Ciencias Exactas y Naturales. El funcionario comenzó aclarando que hablaba en su doble condición de ministro y de profesor de Ciencias Exactas y Naturales. Por ello, además de referirse a los cambios necesarios para un definitivo vuelco del país hacia un perfil tecno productivo, y a las acciones en esa dirección del ministerio a su cargo, dedicó un fragmento de su exposición a lo que se espera de la educación universitaria en los tiempos actuales (ver El rol de la universidad). Revista La Universidad reproduce algunos conceptos vertidos por el Dr. Barañao.

Subir el nivel de vida

“El objetivo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva es aumentar el grado de bienestar de la población. Esto puede parecer una propuesta inconmensurable, sin embargo, se puede medir el grado de bienestar a través de un parámetro denominado Índice de Satisfacción Personal (ISP). Se puede medir a nivel individual o poblacional. Pero hay otro parámetro que es igualmente definitorio, que es el Grado de Equidad en la distribución del Producto Bruto per Cápita (PBC). Uno se siente bien si todos somos igualmente pobres, pero si hay una fracción de la población que trabaja lo mismo que uno y recibe muchos más beneficios, uno ya no se siente tan satisfecho. Si se quiere mejorar el ISP de los ciudadanos, se debe aumentar el PBC y mejorar la distribución”.

Ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Dr. José Lino BarañaoLa riqueza del conocimiento

“Si se analiza lo que han hecho los países que tienen el PBC alto, mejor distribución y un ISP mayor, vemos que son países que no tienen grandes recursos naturales, que no han apostado a la minería extensiva, la agricultura y demás, sino que por el contario carecen de estos recursos y derivan la mayor parte de sus riquezas del conocimiento. Son países cuyas economías se denominan justamente Economías Basadas en el Conocimiento, donde el capital intelectual es el que define la rentabilidad de las empresas. Estas sociedades requieren además un alto nivel educativo y esto hace que sean más democráticas. Si se avanza hacia una economía basada en el conocimiento, automáticamente todos los parámetros se alinean y se puede tener certeza de que va a mejorar el grado de satisfacción de la población”.

La información más cotizada

“No es posible hacer ciencia y tecnología si no se asignan fondos para obtener información. Pero podría gastarse sumas ingentes de fondos en obtener cantidades grandes de información y esta información ser irrelevante. El tema es cómo en términos prácticos se logra que esa información que se obtiene a partir de inversión pública, en institutos y universidades, se transforme en beneficios tangibles para la población. Y un beneficio tangible muy necesario es la generación de trabajo de calidad. El principal problema que tenemos en la sociedad es todavía esta asimetría en la distribución del ingreso, porque de hecho existen sectores que aún están excluidos. Se debe pensar que la principal responsabilidad de un sistema científico es contribuir a incrementar la inclusión social. Esto nos lleva a repensar el rol del investigador, como aquel que ostenta esa información y como responsable del uso adecuado de esa información”.

Vasos comunicantes

“En sistemas políticos en que los científicos eran considerados como peligrosos o prescindibles, éstos pasaron a elaborar su propio sistema de validación, ya que si no era la sociedad la que los evaluaba, se evaluaban entre ellos. Así pasó a validarse la capacidad de producir conocimiento original, lo cual no estaba necesariamente asociado a mejorar la calidad de vida de la gente. Se pensaba que la generación de conocimiento básico fluiría y se derramaría en el sector productivo, convirtiéndose en innovación, y que eso mejoraría la actividad económica y la calidad de vida de la población. Este modelo lineal es válido cuando hay vasos comunicantes que canalizan el conocimiento hacia reservorios adecuados. Cuando no existen vasos comunicantes, el conocimiento se derrama y se desperdicia o, peor, es aprovechado por países que ya tienen desarrollo. Esta es la situación en la que está la mayor parte de América Latina”.

Acoplar ciencia y producción

“A lo largo del tiempo hemos financiado proyectos asociativos en el sector académico y el productivo, a través de los PAE (Programa de Áreas Estratégicas) o de los PITEC (Proyectos Integrados de Aglomerados Productivos), con resultados positivos. El año pasado empezamos a abrir convocatorias para fondos sectoriales. Para elegir en qué áreas, vemos qué hay a nivel mundial y en Argentina, y hay tres tecnologías que están revolucionando el universo de lo conocido: la biotecnología, las tecnologías de la información y comunicación y la nanotecnología. Decidimos financiar estas tres plataformas, pero las tres son muy amplias en sus aplicaciones. Por eso definimos campos de aplicaciones y establecimos 5 áreas, que son salud, energía (con énfasis en la renovable), agroindustria, medio ambiente y desarrollo social. De las intersecciones surgen posibilidades como aplicar la nanotecnología a la producción de fármacos, que si se producen localmente con esa tecnología no sólo permitirá acceder a fármacos de bajo costo sino exportarlos e ingresar divisas. En todos los casos existe esa doble función: solucionar un problema, social o económico, y generar una actividad productiva que se traduzca en puestos de trabajo e ingreso de divisas al país. Sobre esta base hemos lanzado la primera convocatoria, con fondos del Banco Mundial, para las tres disciplinas por 54 millones de dólares con subsidios de hasta 7 millones de dólares por consorcio. En todos los casos un consorcio representa a más de una universidad y a más de una empresa”.

Federalizar las tecnologías

“Otro vínculo que hay que establecer es el de la ciencia metropolitana con la de las provincias. En Argentina tenemos una seria asimetría en términos de adopción de tecnologías. Hay gente que vive en el Siglo XXI y gente que vive en la época de las colonias, con esquemas productivos antiquísimos. Este vínculo lo generamos a través del Consejo Federal de Ciencia y Tecnología, y estos proyectos son los que tal vez nos han dado más satisfacciones en términos de impacto social. Cuando se apunta a llegar a estos sectores relegados, se habla de innovación inclusiva, de cómo la tecnología mejora la calidad de vida de aquellos que estuvieron históricamente postergados”.

El rol de la universidad
“En Canadá se realizó una encuesta en la que se preguntaba a la población qué esperaba de la universidad pública. Una respuesta recurrente fue: ‘Quisiera que quienes egresan con una carrera financiada mediante el pago de mis impuestos, generen trabajo de calidad para mi hijo, que no fue a la universidad’. La universidad debe involucrarse en esta nueva actividad que es la innovación. Esto implica un cambio cultural importante, porque ‘privado’ y ‘empresa’ son palabras que tienen connotaciones negativas: se asimila transferencia a mercantilización del conocimiento. Esto también demanda un cambio en los parámetros de evaluación. El principal factor que determina la permanencia en el sistema científico es el reconocimiento de los pares. Si ellos no están convencidos de que la transferencia es algo lícito, nunca vamos a tener una actividad significativa en ese sentido. Alguien que nunca hizo transferencia, que nunca se involucró con algo relacionado con el mundo real, no va a premiar a aquel que hace algo distinto. Por eso este año pensamos realizar una serie de actividades relacionadas con cómo evaluamos las distintas actividades y cómo premiamos. Lo que no debería ocurrir es que información potencialmente valiosa, generada con impuestos pagados por la sociedad, se malvenda, se regale o se disperse sin aplicación. Si el investigador sabe que va a ser juzgado por los trabajos que publica, va a adaptar su productividad a eso. Pero nada de esto va a tener sentido si en unos años nos quedamos sin alumnos en las facultades de ciencias exactas y naturales. El tema de las vocaciones es todo un problema. Hay que promocionar las carreras de ciencia. Hay que hacer campañas de publicidad para venderlas. Por eso vamos a lanzar el primer canal de ciencias, paralelo a los canales Encuentro y Paka Paka”. (ministro Lino Barañao)
15ª Reunión del CUCEN, en la UNSJ
El 7 y 8 de abril pasado se realizó en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFN) de la UNSJ la 15ª Reunión Plenaria del Consejo Universitario de Ciencias Exactas y Naturales (CUCEN). En ella, además de autoridades de la Universidad Nacional de San Juan, participaron el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, Dr. José Lino Barañao, y el presidente de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, Dr. Armando Bertranou. La reunión fue organizada por la FCEFN y la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de esta casa de estudios. El CUCEN es un organismo que reúne a decanos y científicos de unidades académicas de Ciencias Exactas y Naturales de todas las Universidades Nacionales.

En la reunión, el decano presidente del CUCEN, Dr. Armando Guillermet, entregó al ministro Barañao un documento elaborado por el Consejo que contiene un Plan Integral de Desarrollo de las Ciencias Exactas y Naturales en Argentina. En tanto, el decano de la FCEFN, Ing. Rodolfo Bloch, destacó la política del Estado nacional en materia de ciencia y tecnología. Entre otros temas, Bloch ponderó el incremento del presupuesto universitario en esas áreas como así también las líneas de financiamiento que el Estado implementó para las carreras de base científica-tecnológica, desde 2003 a la fecha.

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