-“Quiero decirle al amigo Julián Alcayaga que las empresas mineras que vinieron al país lo hicieron porque eran fundamentalmente empresas juniors. Empresas a las que les era muy costoso trabajar en Chile y cuyos comodities no eran el cobre. Por eso buscaron otros horizontes que Argentina se los permitía”.
-“El negocio minero es una inversión de alto riesgo. En un país cíclico como el nuestro, hay que pensar que la exploración tarda entre 7, 10 y 15 años. Entre poner en marcha un proyecto minero puede tardar de 7 a 10 años; y en construirlo y producir, entre 5 y 15 años. Mi pregunta es ¿qué proyecto nacional está dispuesto a hacer una inversión continua en Argentina, cuando no soporta ni siquiera 18 meses cualquier tipo de inversión dada la inflación y el manejo histórico que ha tenido este país?”.
-“Para nosotros es una bendición que podamos tener por fin recursos genuinos para podernos atender y no depender de la pampa húmeda, que en más de 200 años de país nunca nos dio un mísero peso, salvo a través de subsidios, dádivas y fondos de coparticipación”.
-“Todas las empresas pagan el impuesto a los créditos y débitos bancarios, 1,2 por ciento; a los bienes personales o patrimonio, 0,5 por ciento; al valor agregado sobre insumos, 21 por ciento o 27 por ciento en servicios. No estamos exentos de IVA: podemos desgravar mientras dura la exploración, podemos desgravar una parte de ello como gasto en la construcción. La AFIP nos persigue si no lo pagamos. Pagamos impuesto de 40 por ciento sobre precio neto en combustible. Necesitamos un gasoil llamado minero, pero no es porque esté exento, sino porque requiere de un proceso para poder actuar arriba de 4 mil metros de altura para que no se congele. Por las cantidades que usamos, las petroleras nos exigen que compremos gasoil de importación, entonces lo pagamos a precio internacional: 4,60; 4,20; o 5,50 pesos”.
-“No estamos exento de ningún tipo de retención a la exportación. La minería de oro en Argentina paga el 5 por ciento de todo embarque que sale de este país, y cualquier concentrado, sea de cobre, níquel, plomo, zinc, paga el 10 por ciento”.
-“La regalía no es un impuesto. Sirve para que, cuando se acaben los recursos finitos, se pueda reconvertir la zona. La regalía define un tope máximo del 3 por ciento sobre el valor boca de mina en Argentina. Este es un valor que varía entre el 2 y 2,7 por ciento de las exportaciones reales. El pago de las regalías no constituye ningún tipo de excepción de pago de impuestos o tasas. El valor de 3 por ciento que cobra Argentina está por encima y en algunos casos por debajo de lo que cobran otros países mineros. De 65 naciones en el mundo de producción minera, sólo entre 12 y 14 países aplican regalías”.
-“En los últimos cuatro años Veladero aportó entre Impuestos a las Ganancias e Ingresos Brutos casi 600 millones de pesos. A San Juan le quedó el 1,5 por ciento de ese monto, porque eso es lo que le corresponde por coparticipación federal. Entonces, ¿dónde está el saqueo?, ¿es de los capitales que vienen a invertir o está dado en este país mismo?”.
-“El proyecto Gualcamayo deja por mes 2 millones de pesos en salarios que le paga a sus empelados, que son en un 80 por ciento de Jáchal. El gobierno le envía a la intendencia por coparticipación 800 mil pesos. ¿Es o no es un factor dinamizador la minería?”.
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