edición 49
ÑO VII - Nº 49 | septiembre 2010
Pepe Vilanova
En mayo pasado José Vilanova cumplió 74 años y, aunque admite que en ciertas horas del día la soledad duele, asegura haber sido feliz en todas las etapas de su vida. Con una trayectoria de más de 40 años como docente en la Universidad Nacional de San Juan y 30 exposiciones individuales, Pepe, como lo conocen todos, es uno de los artistas plásticos más reconocidos de San Juan.
Por JULIETA GALLEGUILLO

En un taller de 4 por 12 metros, una suerte de museo que da asilo a obras creadas desde 1975 hasta la fecha, con estanterías que rozan el techo y que él mismo construyó, José “Pepe” Vilanova pasa sus días trabajando en cerámica, bronce, hierro, madera y algún otro material. “Este taller es mi lugar, aquí hago todo lo que me gusta hacer”, afirma, mientras une ladrillos aislantes para construir un horno de cerámica.
Pepe nació el 4 de mayo de 1936 y a los 17 años empezó a hacer trabajos en cerámica. Vivió en Santa Lucía hasta cumplir 29. A esa edad se casó y se fue a vivir con su esposa a un departamento ubicado en Capital. Durante un par de años trabajó en la construcción de su propia casa hasta que el terremoto de 1977 aceleró la mudanza. Producto de su matrimonio, José tuvo un hijo, pero ambos, su hijo y su esposa, fallecieron hace ya más de 18 años. “Nunca estoy del todo solo, tengo muchos amigos y cuando puedo viajo a visitar a otros amigos que tengo en Europa. Durante el día trabajo en el taller hasta caer la noche, y ahí tengo que admitir que al volver a casa el no estar acompañado duele bastante. Igual mi casa es la casa de muchos, aquí siempre hay alguien, compañeros, ex alumnos, tengo mucha gente que me quiere”, compensa, esbozando una sonrisa.

Su faceta docente
José Vilanova, junto a Federico Blanco, Luis Suárez Jofré y Justo Barboza, entre otros artistas, fundó, en 1965, el Instituto Superior de Artes (ISA). Este instituto fue una parte esencial de la Universidad Provincial Domingo Faustino Sarmiento y, posteriormente, en 1973, pasaría a integrar la Universidad Nacional de San Juan. Ante la pregunta de Revista La Universidad sobre sus sentimientos hacia la UNSJ, Pepe se pone serio, piensa y responde con la mirada perdida: “La Universidad fue una madraza para mí. Me enseñó y me apoyó pero también me castigó. Sufrí mucho con cuestiones de cargos y concursos, esos temas legales me hicieron perder mucho tiempo. Pero debo reconocer que cuando necesité de ella siempre estuvo, me apoyó en todos mis emprendimientos. Disfruté mucho de esos 40 años”.
“Como docente era excelente, nos enseñaba mucho más que Arte, nos enseñaba a solucionar problemas, a arreglar objetos. Pepe es un hombre muy divertido y muy interesante, me emociono al hablar de él porque es un grande como artista y como ser humano”, dice Silvina Martínez, profesora de Pintura y Grabado del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes, ex alumna, compañera de trabajo y amiga de Pepe.
Desde hace dos años Vilanova está jubilado, fue profesor de Cerámica del Departamento de Artes Visuales de la FFHA. Asegura que sus últimos años como profesor fueron difíciles debido a la crisis que se desató a fines de 2001 en la Argentina. “Lo que enseño no viene meramente de los libros, se ve en la práctica, se evidencia en el taller y en esa época tan dura para los argentinos los alumnos no podían comprarse los materiales y la Universidad tampoco podía proveerlos. Se hacía muy difícil enseñar, por eso cuando me jubilé descansé bastante”, cuenta José.

El taller
En un terreno en el que en principio construiría una casa grande adelante y un pequeño taller al fondo pero finalmente fue al revés, Vilanova vive rodeado de materiales crudos y obras de arte. La casa, que sólo usa para cenar, dormir y ahora también como depósito, es el lugar de reuniones con amigos algunas noches. El taller que lo ve entrar a primera hora de la mañana y no lo ve salir hasta la noche, dice mucho de él. No hay nada allí que no esté hecho por sus propias manos, desde el techo, las estanterías, la maquinaria, la mesa y las obras. “Pepe lo fabrica todo, las herramientas que usa para trabajar las hizo él mismo, es muy creativo e ingenioso, es un verdadero artesano”, afirma Silvina Martínez.
Acompañado por una radio, una estufa y un viejo álbum de fotos, Vilanova recorre en su mente toda su vida. Dueño de una memoria admirable, mira fotos y recuerda todos y cada uno de los lugares que visitó, las obras que creó y la gente que conoció.
“Constante”, como él mismo se define, Pepe cuenta que su musa inspiradora son los materiales; afirma que teniendo materiales en crudo no necesita nada más. Trabaja con el mismo entusiasmo la arcilla, el hierro o la madera. Obtiene materia prima de los lugares más impensados y siempre que necesita comprar algún material compra d más, para obligarse a crear algo después.
“Si tuviera que recomendarles algo a las nuevas generaciones de estudiantes de Arte les diría que trabajen. La escuela y el estudio son muy importantes para abrirnos una puerta, pero esa puerta no se mantiene abierta si no demostramos experiencia. Como en todas las profesiones, el artista también se hace trabajando, no leyendo. La trayectoria y el reconocimiento vienen de la mano del taller, las manos y los materiales”, concluye el artista.

Artista plástico José "Pepe" Vilanova

Una de sus últimas muestras

En mayo pasado José “Pepe” Vilanova presentó la muestra “La vida secreta de las formas” en el Centro Cultural José Amadeo Conte Grand.
En la oportunidad se expusieron 54 trabajos realizados desde 1980 hasta este año, obras confeccionadas, en su mayoría, en madera. La muestra se extendió durante más de un mes y fue un éxito.

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