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| aÑO VII - Nº 49 | septiembre 2010 |
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| Elogio |
Por Magister Vanina Rodríguez Bauer
Prof. Visitante del Dpto. de Artes Visuales
Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes - UNSJ |
Este escrito quisiera ser un elogio. Elogio a lo que tenemos y elogio a lo que somos. En el año 2002 la Fundación de la Universidad Nacional de San Juan me otorgó la “Beca a la Excelencia Académica” para realizar un estudio de postgrado en Alemania. Esta fue una posibilidad que, sin duda, me ha permitido ver y entender ciertas cosas desde otra perspectiva. Fue una experiencia muy enriquecedora y aconsejable para cualquiera que quiera emprender una aventura de esta envergadura. A partir de esta experiencia y contando con la posibilidad de comparar dos ámbitos universitarios distintos (San Juan y Nuremberg, en mi caso) quisiera resaltar que nuestro espacio de estudio (la Universidad Nacional de San Juan) cuenta con profesores valiosísimos que posicionan nuestros conocimientos en un muy alto nivel. Acá mismo me permito decir que el Departamento de Artes de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes se ubica como un ámbito abierto al aprendizaje productivo, a la discusión y al diálogo fructífero. Cuenta ya con dos becarias a la mencionada beca, dato no menor si se tiene en cuenta el alto nivel de exigencia que requiere dicha distinción.
Quisiera repensar el lugar que nosotros mismos le damos a nuestra institución universitaria, y celebrar sus cualidades. Fue para mí un orgullo poder decir en Alemania que mi Universidad -y dentro de ella el Departamento de Artes-, se encargaba de proveer de las herramientas necesarias para una sólida base intelectual y de promover sus posibilidades más allá de determinadas fronteras espaciales.
Esto también tiene que ver con nuestra historia como comunidad. Se hace necesario reflexionar desde un punto de vista fructífero. San Juan cuenta con una rica historia, quizás velada u olvidada. Busco rincones en donde los relatos viven en letargo a la espera de ser descubiertos. Quizás estén debajo de las calles y adentro de las casas, o en los asentamientos cordilleranos que alguna vez habitaron otras personas de una cultura muy diferente a la conocida. O en cierto aire en el aire. O en una posible aura que haya podido permanecer de eso que una vez estuvo y fue. Eso que una vez también (parafraseando a Benjamin) tuvo aquí y ahora.
Este elogio con agradecimiento va entonces para nosotros. Para, a partir de aquí, seguir trabajando. |
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