Editorial
AÑO VII - Nº 48 | JULIO 2010
ESCRIBE: Benjamín Kuchen
Rector de la Universidad Nacional de San Juan
El espacio que nos corresponde
Durante los últimos meses, la Universidad Nacional de San Juan ha abierto sus puertas para la discusión de temas controvertidos y de gran resonancia en la sociedad. La visita a nuestra institución de miembros de la Asociación Abuelas de la Plaza de Mayo motivó a la comunidad universitaria a profundizar en un tema sensible al pueblo argentino: el de los Derechos Humanos.
 
Los derechos humanos son libertades, facultades y reivindicaciones que se extienden a toda persona por su condición humana para garantía de una vida digna. Se considera que tienen su raíz en la cultura occidental moderna y son los valores de libertad, igualdad y fraternidad proclamados en la Revolución Francesa de 1789, los que marcan un proceso de generaciones en la evolución de los derechos humanos.
 
La primera generación se centra en los derechos civiles y políticos de los individuos, vinculados al principio de libertad. La segunda generación la constituyen los derechos sociales y culturales, derivados del principio de igualdad. Los derechos humanos de tercera generación aparecen en los años ‘80 y se relacionan con la solidaridad, en el sentido fraterno. El criterio que reúne a este tercer grupo es la incidencia que tienen en la vida de todos a escala universal. 
 
Precisamente, una importante contribución en el campo jurídico y político, en lo relativo a derechos humanos, es obra de las Abuelas de Plaza de Mayo. Su lucha, en el proceso de búsqueda de sus nietos, no sólo muestra capacidad de enfrentar a un orden de gobierno ilegítimo sino que también significó conquistar nuevas herramientas jurídicas de incidencia internacional como garantía de los derechos humanos, lo que les permitió recuperar a sus nietos. 
 
Considero que frente a problemas o situaciones como la opresión, la exclusión, el despojo, la separación de la familia, el exilio interno o externo, no se puede asumir la fácil posición de espectador. La Universidad no puede ser exterior a lo que está en juego y debe cumplir con su función de generar condiciones para esclarecer a la comunidad, aportando información técnica y generando conocimiento cuando sea necesario. Es preciso mantener una mirada crítica, amplia y plural sobre toda actividad con impacto social.
 
Desde esta concepción se ha creado un espacio abierto y pluralista de reflexión permanente sobre la defensa de los Derechos Humanos en San Juan. Como primera acción en esta dirección se resuelve adherir a la nominación de la Asociación de Abuelas de Plaza de Mayo al Premio Nobel de la Paz, presentada por el senador Nacional Daniel Filmus ante el Comité noruego (Resolución 568/10).
 
En este espacio de reflexión la memoria se convierte en una herramienta para ejercer la resistencia, resistencia activa necesaria para impedir que se repita lo que no debió suceder. Reconforta ver que la comunidad universitaria participa en los espacios de discusión. Esto felizmente significa que no cedemos las libertades y las decisiones que nos corresponden como institución, comunidad e individuo para no terminar normalizando estados de injusticia.
Copyright © 2004 - 2010 Revista La Universidad | Universidad Nacional de San Juan - Argentina | Todos los derechos reservados | revista@unsj.edu.ar