edición 47
AÑO VII - Nº 47 | Mayo 2010
acortando distancias
Proyecto de Integración Escolar
en la Escuela Industrial
La Escuela Industrial “Domingo F. Sarmiento” participa, junto a la Escuela de Educación Especial Aleluya, de un proyecto educativo integrador de características especialmente particulares. El proyecto propone una alternativa para que los alumnos con Síndrome de Down que finalizan sus estudios primarios en escuelas comunes puedan continuar el secundario. Se trata de casos especiales que no están contemplados en el sistema educativo, ya que son alumnos capacitados para asistir a escuelas comunes pero con modificaciones curriculares.
Los beneficiarios son diez alumnos, de entre 15 y 17 años, con Síndrome de Down, que comenzaron el ciclo lectivo 2010 compartiendo con el resto del alumnado sólo los actos institucionales y recreos. A mediados de abril empezó el proceso de integración en materias específicas como Música, Orientación y Tutoría y Educación Física. Ahora el objetivo es integrarlos por completo a las aulas comunes de 1º año, respetando algunas especificidades curriculares como el número de materias y la carga horaria.
Los alumnos están divididos en dos grupos de cinco para optimizar las clases y conseguir una educación más personalizada. Cada grupo tiene un profesor de la Escuela Aleluya a cargo, con planes individuales de trabajo. Las materias más teóricas están a cargo del profesor Pablo Atencio y las prácticas de Lengua y Matemáticas a cargo de la profesora Laura Oro.

La iniciativa del proyecto surgió de las autoridades de la Escuela Aleluya que cuenta con un programa de integración en red con otros establecimientos educativos primarios, pero para estos casos especiales era necesario un sistema que permita una relación más estrecha con otros adolescentes. “Es por ello que agradecemos cuando una institución como la Escuela Industrial se embarca en proyectos de este tipo, porque para los chicos es muy importante hacer su secundaria junto a otros chicos. Ellos anhelan asistir a la escuela, salir al recreo y participar de actos, actividades que con un sistema más acotado de dos o tres horas semanales de estudio no se logra. Sabemos que no todos los chicos con Síndrome de Down son iguales pero intentamos que la mayoría de ellos tenga las mismas oportunidades educativas, políticas y sociales que los demás jóvenes”, explica el profesor Pablo Atencio.

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