edición 45
AÑO Vi Nº 45 | octubre 2009
NOTA DE TAPA
¿Cuáles serán los desafíos que enfrentarán las regiones atravesadas por el Corredor Bioceánico Central? La extensa vía de comunicación directa entre Brasil, Argentina y Chile será realidad con la construcción del túnel de Agua Negra. Arquitectos y urbanistas de América latina se reunieron en San Juan para analizar el impacto de una obra que significa más que curvas y pavimento.
TEXTO fabián rojas
ilustración Jorge rodríguez

En 1998 se realizó en Santa Fe una reunión de gobernadores de tres provincias de la pampa húmeda argentina: Santa Fe, Entre Ríos y Córdoba; y de una provincia de la geografía árida: San Juan. La sinergia de estas regiones estaba dada por el interés común en una conectividad física eficaz entre Brasil, Argentina y Chile. De allí surgió el término Corredor Bioceánico Central. Luego se sumaría a las conversaciones una parte internacional: la IV Región del país trasandino. Así, las agendas gubernamentales y mediáticas comenzaron a instalar el tema de un necesario pasadizo internacional, que significara para los mercados argentinos y brasileños una salida hacia el Océano Pacífico alternativa al Paso Cristo Redentor de Mendoza. El nuevo paso no podría ser una realidad sin la construcción del túnel de Agua Negra, en San Juan, para el cual los estudios de factibilidad están muy avanzados y ya se realizan en el norte de la provincia grandes obras de infraestructura vial que desembocarán en él. De esta manera, las dos puntas del circuito serán Porto Alegre, de Brasil, y el puerto de Coquimbo, en Chile.
El Paso de Agua Negra operará como un complemento del Paso Cristo Redentor, aunque, según fuentes consultadas, ofrece ventajas sobre éste. Por un lado, vincula más directamente los puertos de Porto Alegre y Coquimbo; por otro, podrá estar abierto todo el año, contra una interrupción promedio de 40 días al año que tiene el paso mendocino.

Zonas de oportunidades

Con el auspicio de la Universidad Nacional San Juan, el Colegio de Arquitectos de la provincia organizó el Primer Congreso Internacional de Ciudades de Frontera – Corredor Bioceánico Central. Allí expusieron sus visiones arquitectos del país y de América latina. En la apertura, Edgardo Güerci, director de Vialidad Provincial, preguntó: “¿Cuáles serán los desafíos que enfrentarán las regiones con el Corredor Bioceánico? Ninguna se podrá desarrollar si trata de ser individualista y no comparte la posibilidad de hacer alianzas estratégicas”, se respondió el funcionario. La pregunta generó miradas sobre la implicancia de una exponencial obra sobre ciudades, pueblos y comunidades: todo lo que existe al lado del camino.
El flujo constante de ciudadanos por diversos asentamientos generaría una plataforma para articular obras en pos del desarrollo de pueblos y localidades. “La construcción de un territorio integrado implica insertar los departamentos de frontera en el contexto provincial, nacional y del Bloque Mercosur; desarrollar encadenamientos productivos relacionados con la agricultura, la minería y el turismo, que generen desarrollo local; construir un sistema de asentamientos dotado de servicios que mejore la calidad de vida de la población”, destaca la Mag. Arq. Alicia Malmod, docente e investigadora de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNSJ, y expositora del congreso. La profesional agrega que para canalizar los beneficios de esta obra es fundamental contar con un Plan de Ordenamiento Territorial. Y en ese sentido la UNSJ, a través de un equipo de la Facultad de Arquitectura, presentó el año pasado el Proyecto Identificación de Estrategias para la Formulación de Planes de Ordenamiento Territorial para los Departamentos de Jáchal, Iglesia y Calingasta. Ahora está pendiente para una segunda etapa el ordenamiento territorial a escala de cada nodo, lo cual en este escenario es prioritario.
Uno de los arquitectos que conoce de cerca la significancia de un corredor es Gerardo Montarulli, presidente del Colegio de Arquitectos de Mendoza. En diálogo con esta revista sostiene que el corredor va a impactar en pueblos alejados como Jáchal e Iglesia porque se tendrán que dotar de infraestructura y de servicios. “Por Mendoza pasan 2500 camiones por día –dice-. Pero si esto se logra descentralizar y generar distintos pasos que lleven a un equilibrio en el territorio de Cuyo, va a hacer que estos pueblos logren una preponderancia como la tuvieron en su momento los pueblos que estaban conectados por el ferrocarril”. A su turno, el arquitecto colombiano Germán Suárez Betancourt confirma que un corredor bioceánico ayuda a mitigar las desigualdades sociales, porque “son obras que van a generar una transformación muy fuerte en la región. Lo primordial es la voluntad política, y el sector productivo, el sector educativo y los profesionales de la arquitectura deben estar detrás de esto”.

Zonas de protección

Las localidades por las que pasará el Corredor Bioceánico, en el caso de San Juan, Ischigualasto, Jáchal e Iglesia, son lugares poseedores de valiosos patrimonios culturales, históricos y geológicos. De aquí que surja la pregunta sobre cómo impactaría un corredor vial en esas regiones. La visión de la arquitecta Malmod es que el desarrollo debe preservar el medio ambiente en sus dimensiones natural y social. “Esta integración, asociada al fortalecimiento de su identidad, significa recuperar posiciones históricas como centro regional, considerar el patrimonio cultural como recurso para el desarrollo con sustentabilidad ambiental y preservar los valores culturales”, afirma. En tanto, el arquitecto Enrique Vio Marín, de Chile, sostiene que los patrimonios deben cuidarse mediante distintas escalas de conectividad: “Hay una vía estructurante que va a ser el corredor, muy potente, pero hay vías secundarias que pueden ir mitigando los grandes flujos que implicará ese corredor”.

 
El corredor y el paso
El Corredor Bioceánico Central es una franja que recorre el centro del país. Toma el Paso de Agua Negra, en San Juan, y en Mendoza los pasos Cristo Redentor y Pehuenche, al sur de esa provincia. Se estima que la obra del Túnel de Agua Negra, que tendrá dos pasadizos de 12 metros de diámetro cada uno, podría estar concluida hacia el año 2014.
 

De todas maneras, esa misma conectividad podría potenciar el desarrollo turístico de aquellas zonas. La arquitecta Malmod analiza que esas regiones presentan recursos turísticos de valor histórico, paleontológico y geológico, pero con servicios y equipamientos de apoyo limitados y una insuficiente conectividad. “Esta oportunidad de desarrollo asociada a la concreción del Corredor Bioceánico y a la habilitación del Paso de Agua Negra –señala- implica la posibilidad de recuperación y revalorización del patrimonio natural y cultural, tangible e intangible”.
Ante esta revista, el arquitecto Joao Suplicy Neto, de Brasil, manifiesta que ante todo se debe respetar las regionalidades y las culturas locales: “Tiene que haber una lectura del espacio, cada espacio tiene una peculiaridad, entonces no hay un modelo solo para distintas regiones. Por supuesto que una región en vías de desarrollo tiene con esto un impacto muy grande, por eso tiene que estar preparada”.

Zonas de cambios

El Corredor tendrá una extensión de 2472 kilómetros e ingresará en la provincia por la Ruta Nacional Nº 150, por Patquía, provincia de La Rioja. De ahí va a Ischigualasto, pasa por el norte de San Juan y llega a Agua Negra, cuyo paso a Chile estará constituido por un túnel de ida y otro de vuelta.
Las oportunidades de cambio en la dinámica económica y social, y de integración de regiones es ilustrada también por el Arquitecto Montarulli: “Se podría crear una región interandina de conexión tanto del oeste argentino como de la zona central de Chile, y configurarse como una región casi sin fronteras, que tenga una elaboración endógena de productos propios, de aporte científico y técnico, que logre insertarse en el mercado”. A su vez, la arquitecta Alicia Malmod centra su visión sobre cambios hacia el interior de la provincia: “Considero fundamental la posibilidad de alterar el proceso histórico de hiperconcentración en el Valle de Tulum, Ullum y Zonda, que ha caracterizado al desarrollo provincial. El Corredor Bioceánico generará transformaciones en la estructuración física y funcional de las áreas involucradas, lo que posibilitará un desarrollo más equilibrado y justo del territorio provincial. Lo amenazante podría ser la ausencia de políticas claras, que conviertan a las poblaciones locales en simples espectadores de estos procesos de transformación”.

 
De túneles y puentes
Ya hay trabajos en el norte de la provincia de San Juan, en los caminos que conducen hacia el Paso de Agua Negra. Desde Ischigualasto hasta la zona de Caballo de Anca, en la Ruta Nº 150, actualmente se están ejecutando obras viales que incluyen siete túneles y tres puentes.
 
OPINIONES
ARQ. GERMÁN SUÁREZ BETANCOURT (COLOMBIA)
"Un corredor sin efectos pragmáticos”
“En nuestras ciudades de América se ha generado una división social y económica muy marcada. Hay inequidades sociales que generan fronteras y barreras en las ciudades. Un corredor bioceánico no debería ser un corredor con efectos pragmáticos de comercio e intercambio de mercancías, sino que genere una situación de relación cultural que incorpore una serie de ciudades que muestran esas diferencias, esas segregaciones sociales, que llegan a ser hasta el 50 por ciento en las ciudades”.
ARQ. JOAO SUPLICY NETO (BRASIL)
“Las fronteras son dificultad y potencialidad”
“Los corredores son espacios que llamamos de no lugares, como un shopping, en el que no se permanece por mucho tiempo. Necesitamos que sean lugares. Necesitamos verlos desde la arquitectura, desde su relación con su entorno. Cuando hablamos de frontera hablamos de límites, y cuando hablamos de límites hablamos de dificultad y potencialidad, y estamos dando potencialidad a partir de las dificultades. Creo que esta es la contribución que podemos dar como profesionales de la arquitectura y del urbanismo”. ARQ. JOAO SUPLICY NETO
ARQ. HUGO FERREIRA QUIRÓS (URUGUAY)
“Las condiciones de seguridad son la clave”
ARQ. HUGO FERREIRA QUIRÓS “Las ciudades de frontera tienen fortalezas, pero también amenazas. Está bien lo de las conexiones viales, los corredores bioceánicos y demás, pero también tengamos en cuenta que van a cambiar las condiciones para este siglo XXI. Las condiciones de seguridad son la clave, porque además la paz mundial está bastante frágil. Hay una paz mundial que se tensa, y esto también va a influir en el desarrollo de las ciudades fronterizas. El transporte de mercancías también es un transporte de enfermedades: pensemos en la aftosa, en el dengue. Esto va a implicar muchos controles”.
ARQ. ALICIA MALMOD (UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN JUAN)
“Los beneficios deben recaer en zonas locales”
“Es esperable que un proyecto como el Corredor Bioceánico estimule el crecimiento de las zonas de Jáchal e Iglesia, propicie la conectividad interna y externa con redes viales, mejore el acceso a bienes y servicios por parte de la población local, como así también los servicios al comercio y turismo internacional. Para ello considero esencial la decisión política de orientar las inversiones en este sentido, y establecer como criterio prioritario que los beneficios de estas transformaciones e inversiones redunden en primer término en las poblaciones locales, en Pymes y otros sectores”. ARQ. ALICIA MALMOD
ARQ. GERARDO MONTARULLI (MENDOZA)
“Podría crearse una región interandina”
“Podría crearse una región interandina de conexión tanto del oeste argentino como de la zona central de Chile, y configurarse como una región casi sin fronteras, que tenga una elaboración endógena de productos propios, de aporte científico y técnico, que logre insertarse en el mercado”.
ARQ. ENRIQUE VIO MARÍN (COL. DE ARQ. DE COQUIMBO -CHILE)
“Hay que hacer obras con tiempo, no esperar que el corredor llegue”
Vio MarinEl arquitecto chileno Enrique Vio Marín expuso en el Congreso de Ciudades de Frontera y luego dialogó con esta revista. Se refirió a los trabajos necesarios en su país ante el establecimiento del Corredor Bioceánico Central.

-¿Cómo cree que impactará en el lado chileno el establecimiento del Corredor Bioceánico?
-Recién se está viendo las repercusiones que podría tener sobre los asentamientos de la Cuenca del Elqui. Fundamentalmente, en la presión sobre usos de suelo, congestión vial y acceso a los puertos. El Puerto de Coquimbo tiene un emplazamiento en la ciudad que va a generar probablemente conflictos una vez en marcha el corredor. Se estima un flujo de 1000 o 1200 camiones diarios sólo provenientes de Argentina. Hay una temática que aún no ha sido resuelta. Son conflictos de tipo vial fundamentalmente.

-Además tienen que considerar otro tipos de obras, como de servicios…
-Hay que considerarlas para conformar una suerte de plataforma de servicios. No olvidemos que Coquimbo y La Serena van a ser la entrada hacia el Océano Pacífico, y lo más probable es que se conviertan en centros logísticos de importancia para el Mercosur, por lo tanto va a ser necesario desarrollar puertos secos, centros financieros, servicios, equipamientos. Aquí habrá un impacto muy fuerte, pero se puede manejar. El tema es que hay que hacerlo con tiempo y no una vez que el corredor llegue.

-¿Todas las ciudades o poblaciones tendrán un mismo rol?
-Hay ciudades que pueden actuar como nodos articuladores, como el caso de La Serena y Coquimbo. Pero hay otras ciudades menores que pueden tener otros roles. Por otra parte, hay localidades que están más apartadas del desarrollo. Existen grandes concentraciones de población en determinadas ciudades, pero hay mucha dispersión de pueblos menores en las distintas cuencas de la región, que con algunas inversiones menores podrían incorporarse al desarrollo.

-¿Ven al Corredor como un proyector de oportunidades contra la inequidad social?
-Sí, en las ciudades de paso se crea una integración económica que presiona por el desarrollo de tipo comercial, inmobiliario, de servicios. Se le puede sacar partido al corredor con el tema de la equidad, de la igualdad de oportunidades, del acceso a la calidad de vida. Todo esto conlleva este gran proyecto.


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