edición 38
AÑO V Nº 38 | OCTUBRE 2008
FAcultad de ingeniería
entrevista: Pablo Wiernes | INGENIERO en electrónica
Pablo Wiernes, ingeniero
"Nada es imposible"
La historia de un joven ingeniero que, respondiendo a su vocación y poniendo todo lo que había que poner, se convirtió en un ejemplo para los que buscan hacer realidad sus sueños.
Hace seis años llegó a San Juan con un bolso repleto de ilusiones y dispuesto a cumplir el sueño que alimentó desde su más tierna infancia: ser ingeniero.
Hoy, este joven oriundo de Puerto Madryn, Chubut, ya cursa el primer año del Doctorado en Ingeriría Eléctrica de la UNSJ y es el orgullo de toda su familia. Se llama Pablo Wiernes, tiene 23 años, terminó la carrera de Ingeniería Electrónica seis meses antes de lo que dice el plan de estudio, es becario del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas), y hace unas semanas, en el mismo acto en el que recibió su título de ingeniero, fue distinguido por la UNSJ con Medalla de Oro y Diploma de Honor por obtener el mejor promedio de la promoción 2007 – 2008 de la Facultad de Ingeniería.
Pero eso no es todo, Pablo también fue distinguido por ser el mejor ingeniero egresado de todo el país, un galardón anual que otorga la Academia Nacional de Ingeniería entre los jóvenes ingenieros que cumplen con una serie de atributos, además del promedio.
Por sus logros, y sobre todo por su historia de esfuerzos y entrega, Pablo es en un ejemplo a seguir.

-¿Cómo fue que llegaste a estudiar a San Juan?
-Yo estudié en la única escuela técnica que hay en Puerto Madrin; salí del secundario con el título de Técnico Electrónico. Y cuando estaba cursando el último año me mandaron a hacer una pasantía a la empresa de aluminio Albar. Allí un ingeniero sanjuanino, que sabía que yo quería estudiar ingeniería, me habló de la Universidad Nacional de San Juan; me dijo que tenía una de las mejores facultades de ingeniería del país. Después de eso investigué un poco por Internet, hablé con mis padres, ellos decidieron apoyarme, y así fue como me vine para acá.

-¿Cómo fue cambiar de ciudad y de vida?
-Primero fue difícil, el hecho de no vivir con mis padres, de tener que arreglármelas solo, no fue fácil. También me costó adaptarme al clima, a los cambios de temperatura.
-Me imagino que aquí encontraste gente que te ayudó...
-Por supuesto, hice muchos amigos que me ayudaron; ellos fueron mi familia aquí. Hacer deportes en la universidad también me sirvió.

-¿Y en lo económico?
-Recibí ayuda de una fundación que se llama Retama. Un día un compañero me dijo que leyó un afiche donde convocaban a jóvenes estudiantes con problemas económicos a inscribirse para becas. Entré a Internet, bajé las bases, me inscribí y al tiempo me dijeron que me darían la beca. Eso fue de gran ayuda, porque la beca tenía condiciones muy exigentes. Por ejemplo, para seguir con el beneficio no podía empezar el ciclo lectivo siguiente sin tener rendidas las materias del año anterior. Es decir que tenía que estar al día, además me pedían que hiciera algún trabajo solidario.

-¿Y qué trabajo solidario hiciste?
-Di clases de apoyo escolar durante tres años a los chicos del comedor infantil “Rinconcito de luz”, de la Villa La Puñalada, la que está al lado del cementerio de la Capital. A los de primaria los ayudaba con la tarea y con los más grande hacía un trabajo de reflexión y contención para ayudarlos a cambiar su mentalidad, su forma de ver las cosas. Ellos tienen una realidad muy distinta a la nuestra.

-Y hoy que ya sos un profesional ¿vas a seguir ayudando a la gente que más lo necesita?
-Ese trabajo fue parte de una etapa de mi vida que ya terminó. Ahora estoy haciendo un doctorado en Energía Eléctrica, y en el futuro quiero dedicarme a todo lo que tiene que ver con el desarrollo de energías alternativas. Siento que mi aporte a la sociedad deberá ser en ese campo, y desde ese lugar.

-¿Que sugerencia podés hacerle a un chico que está evaluando qué estudiar en la universidad?
-Que piense que nada es imposible, y que todo lo que se proponga lo podrá conseguir si pone todo lo que hay que poner. Yo soy de los que piensan que todo depende del esfuerzo que uno ponga.

 

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