edición 36
AÑO V Nº 36 | agosto 2008
UNSJ | TRABAJANDO POR LA INCLUSIÓN SOCIAL
Tratamiento de aguas contaminadas con arsénico
Agua sana: un derecho de todos
Investigadores de la Facultad de Ingeniería desarrollaron un sistema para potabilizar a baja escala agua para consumo humano contaminada con arsénico. El sistema se puso a prueba en una escuela de El Encón, y ahora mediante un convenio con el Ministerio
de Salud de la Nación, beneficiará a la comunidad Huarpe de Laguna del Rosario.

Todo ser humano que consume en forma continua agua contaminada con arsénico está expuesto a padecer serios trastornos de salud. En Argentina todavía son muchas las poblaciones rurales dispersas que no tienen acceso al agua potable y deben asumir, sin más alternativas, los riesgos que ello conlleva. Conciente de esta realidad, un equipo de investigadores del Instituto de Ingeniería Química de la Facultad de Ingeniería, dirigidos por el doctor ingeniero Roberto Cáceres, decidió a fines de 2004 probar en una escuela de la localidad rural de El Encón, en el departamento 25 de Mayo, una experiencia de desarrollo tecnológico que proponía resolver esta problemática, y que ya había sorteado con éxito todas las pruebas de laboratorio: una planta para el tratamiento continuo de aguas para consumo humano contaminadas con arsénico.
El resultado de aquella experiencia confirmó los logros alcanzados en los ensayos de laboratorio: el porcentaje de arsénico eliminado fue superior al 90%, a pesar de haber sido operado el sistema por personas sin conocimientos técnicos. Con igual consecuencia, los investigadores montaron un segundo prototipo en el albergue de la misma escuela. En ese caso la planta tuvo una capacidad de purificación de 60 litros por hora (la primera purificaba 6 litros por hora). Los resultados fueron tan satisfactorios que el proyecto fue seleccionado para la Exposición INNOVAR 2006 en el marco del 2° Concurso Nacional de Innovaciones, organizado por la entonces Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, conjuntamente con el Ministerio de Economía y el Instituto Nacional de Educación Tecnológica.
Durante el último año, los investigadores pusieron una vez más a prueba el comportamiento del procedimiento, pero esta vez con aguas de otros orígenes. Las prácticas se llevaron a cabo en los laboratorios del Instituto de Ingeniería Química con una planta que operó un caudal de 6 litros por hora. Los resultados volvieron a ser los esperados: en todos los casos se redujeron los valores de arsénico, dejando el agua apta para el consumo humano (ver: Pruebas experimentales).

En la actualidad, habiendo superado la etapa de validación experimental y decididos a poner su trabajo al servicio de la gente que más lo necesita, los investigadores ultiman los detalles de un convenio con el Ministerio de Salud de la Nación, que permitirá la instalación de cuatro plantas potabilizadoras en el departamento Lavalle, provincia de Mendoza, con una capacidad de producción de 50 a 60 litros por hora cada una. Dos plantas estarán emplazadas en la localidad San José y las restantes en Laguna del Rosario, un territorio habitado por laguneros de la comunidad Huarpe de San Juan y Mendoza, que viven en condiciones de extrema vulnerabilidad social.

Las plantas de tratamiento

Las plantas para el tratamiento continuo de aguas para consumo humano contaminadas con arsénico desarrolladas en la UNSJ funcionan a base de hipoclorito (lavandina) y hierro. El mecanismo de purificación es muy sencillo: el agua es clorada inicialmente, lo que provoca la oxidación del arsénico presente, luego pasa por un conducto que contiene viruta de hierro, donde se genera el agente de separación del arsénico, pasando finalmente por un filtro de tela o de arena para la clarificación definitiva. El arsénico queda retenido bajo la forma de grumo o “barro liviano”. Cada cuatro meses el filtro debe ser limpiado. El procedimiento logra reducir además los niveles de sulfatos y otros elementos pesados del agua que dañan al organismo (plomo, cadmio, níquel, cromo).
El procedimiento para el abatimiento de arsénico se desarrolló siguiendo una metodología estricta que incluyó estudios termodinámicos, cinéticos y desarrollo de modelos matemáticos. En todo momento los investigadores debieron tener presente que el prototipo debía tener bajo costo, no emplear energía eléctrica, ser operable por personas no técnicas, que utilizara insumos fáciles de obtener y que no generara residuos que pudieran representar un problema medioambiental en el futuro.

El proyecto desarrollado es ideal para aplicar en pequeña escala; resulta de gran utilidad para una sola vivienda o pequeños grupos de viviendas con pocos cientos de personas.

Pruebas experimentales
Comparación de los valores de arsénico en miligramos por litro de agua, antes y después de ser tratada, en distintas localidades rurales del país.
Argentinos arsenicales
Según un estudio realizado por la Asociación Toxicológica Argentina en 2006, alrededor de 2.500.000 argentinos viven en zonas con aguas contaminadas con arsénico, es decir, casi el 7% de la población del país. Las áreas arsenicales identificadas suman alrededor de 435.000 Km2 de superficie. El estudio revela que los pobres son los más afectados por el arsénico. Existen distritos en el país donde la población cubierta por la red de agua potable no supera el 1%, por ejemplo Fray Justo Santa María de Oro, en Santa Fe; el 43% de los departamentos afectados en el país tienen más del 30% de su población con necesidades básicas insatisfechas, y el 45% de los departamentos con concentraciones de arsénico tienen un porcentaje de población analfabeta mayor al 5%.
La situación es más grave aún si se considera que en 2007 el Código Alimentario Argentino redujo el valor máximo de arsénico aceptado por litro de agua de 0,050 mg a 0,010 mg.
 
Pablo Términi | Director de Ambiente de Lavalle - Mendoza
"Nos resolverá un problema enorme”

“El sistema ideado por la UNSJ nos resuelve un problema enorme de costos; lo más importante es que toda la gente podrá tomar agua en buenas condiciones”, aseguró a Revista La Universidad el profesor Pablo Términi, director de Ambiente del municipio mendocino de Lavalle. El funcionario, quien admitió que en los poblados de Laguna del Rosario y San José hay gente con problemas de salud por consumir agua con arsénico, anunció que si la experiencia marcha de acuerdo a lo esperado “hay muchas posibilidades” de extender el sistema a otros asentamientos situados campo adentro, en la reserva natural Telteca. El proyecto genera muchas expectativas en las autoridades; es que según Términi, el municipio gasta más de 10 mil pesos mensuales en llevar agua potable a las escuelas y puestos de cabras de esa zona, próxima al límite con San Juan. El líquido vital es transportado en camiones cisternas que deben recorrer cientos de kilómetros para llegar a destino, situación que cambiará cuando se instalen y empiecen a prestar servicios las plantas potabilizadoras diseñadas por el Instituto de Ingeniería Química.
Términi recordó que decidieron considerar el sistema de potabilización diseñado en la UNSJ después de una reunión de la Mesa del Agua, un espacio multisectorial conformado por instituciones relacionadas con la temática. “Nos pusimos en contacto con el doctor Cáceres, quien muy gentilmente accedió a realizar pruebas en el distrito San José; después el EPA (Ente Provincial del Agua) de Mendoza hizo los controles correspondientes y nos informó que los resultados eran positivos, lo que nos provocó una alegría enorme”, concluyó el funcionario.

El peor de los venenos
- El arsénico es un contaminante que se encuentra presente en aguas subterráneas y superficiales de diferentes localidades del mundo. La presencia del mismo puede deberse a causas naturales o antrópicas. En San Juan las zonas más afectadas son El Encón, algunos distritos de Sarmiento y Jáchal. Ello se debe a que sus aguas provienen de zonas de origen volcánico o atraviesan sectores con un elevado contenido arsénico.
- La Organización Mundial de la Salud recomienda como valor máximo de arsénico en agua para consumo humano 0,010 miligramo por litro. En mayo de 2007 la República Argentina adoptó ese valor para el agua de bebida humana.
- La dolencia más común por consumo continuo de agua contaminada con arsénico se llama HACRE (Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico), una enfermedad que produce lesiones en la piel y alteraciones sistémicas, en algunos casos cancerosas.
 

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