AÑO IV - Nº32 - DICIEMBRE 2007  

proyectos  

Mitigación sísmica

Promocionar una cultura
de seguridad sísmica

UN PROYECTO DE LA FACULTAD DE ARQUITECTURA, URBANISMO Y DISEÑO TRATA SOBRE EL RIESGO SÍSMICO CON EL QUE CONVIVE SAN JUAN Y EL GRADO DE VULNERABILIDAD DE LA COMUNIDAD POR FALTA DE CONCIENCIA Y CONOCIMIENTO EN EL TEMA. LOS INVESTIGADORES AFIRMAN QUE LA UNSJ ES LA INDICADA PARA ENSEÑAR A SUS ALUMNOS Y AL RESTO DE LOS CIUDADANOS CÓMO REDUCIR EL RIESGO PARA PREVENIR DESASTRES. EL EQUIPO TOMÓ COMO CASO DE ESTUDIO A LA FAUD, PERO EL OBJETIVO ES TRASLADARLO A TODA LA UNIVERSIDAD.

La universidad debe cumplir un rol protagónico en la promoción de una cultura de seguridad sísmica. En esta dirección, un grupo de investigadores de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño (FAUD), dirigidos por la arquitecta Virginia Rodríguez, trabaja en un proyecto de investigación denominado “Plan de Gestión de Mitigación Sísmica en la Universidad. Caso de estudio: Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño”. El plan consiste en realizar una identificación y evaluación de vulnerabilidades existentes (física, organizacional, académica y normativa) en todas las unidades académicas de la UNSJ, y en proponer un Plan de Gestión de Mitigación Sísmica, como experiencia piloto en la FAUD.
El proyecto acentúa un cariz cultural de prevención y respuestas ante una emergencia que incrementen la resistencia y resiliencia del Estado y la sociedad civil frente al peligro sísmico. Por eso, el propósito es que la UNSJ inicie un proceso para incorporar la gestión de riesgo sísmico como tema transversal en los planes de estudio de todas sus carreras de grado y posgrado; priorizar el tema en los proyectos de investigación y de extensión para que lleguen a la comunidad y reducir la vulnerabilidad existente en la infraestructura física, en los recursos humanos y en las normativas. Se busca, en definitiva, una política de gestión de riesgo en la universidad como institución formadora de ciudadanos.

La Arquitectura pide la palabra

Es posible disminuir la
vulnerabilidad a través de acciones preventivas del Estado y la sociedad civil.

El equipo de investigadores trabaja en arquitectura en zonas de alto riesgo sísmico desde hace varios años. En 1985 la arquitecta Rodríguez obtuvo una beca del CONICET y la desarrolló en el IDIA (Instituto de Investigaciones Antisísmicas) de la Facultad de Ingeniería, bajo la dirección del ingeniero Hugo Giuliani.
En aquella época el foco del diseño de edificios estaba centrado en el diseño estructural y en la ingeniería sísmica exclusivamente, pero la experiencia dejada por terremotos destructivos y los resultados de una serie de investigaciones fueron develando la responsabilidad de la arquitectura y del diseño arquitectónico en el comportamiento sísmico de los edificios. Hoy se reconoce que el diseño sísmico involucra no sólo al diseño estructural, sino también al diseño arquitectónico, es decir que es una responsabilidad compartida por la ingeniería y la arquitectura.
“Con nuestro trabajo pretendemos demostrar por qué la arquitectura tiene una gran responsabilidad socio – técnica en el control del riesgo sísmico en el hábitat, contribuyendo al logro de edificios con mayor capacidad sismorresistente, y de un entorno más seguro. Trabajamos en la evaluación de tipologías de viviendas, escuelas y hospitales para medir la vulnerabilidad sísmica y trasladarla a criterios de diseño arquitectónico. Planificamos dos cátedras electivas sobre esta temática para que la investigación contribuya a alimentar la docencia y poder así, en materia de extensión, aportar a la solución de los problemas del medio que nos rodea. También participamos, incluyendo el tema, en el dictado de un módulo de la Maestría Arquitectura en Zona Árido Sísmica y en talleres de capacitación dirigido a docentes de EGB y Polimodal para incorporar los contenidos a la currícula y participar en la elaboración de un plan de seguridad sísmica en la escuela”, explica la directora del proyecto.

El proyecto de investigación evalúa las vulnerabilidades existentes en todas las unidades académicas de la UNSJ, y propone un Plan de Gestión de Mitigación Sísmica a partir de una experiencia piloto en la FAUD.

Sistema Educativo S.O.S

Se entiende riesgo como
producto de la combinación de dos componentes:
la amenaza o peligro natural y la vulnerabilidad.

El rol del sistema educativo en materia de reducción de riesgos es vital. “El Riesgo de Desastre no es considerado un problema relevante por el Estado, ni la población, en parte, debido a la vigencia en el sistema educativo del paradigma de la causación natural de los desastres. Superar ese paradigma en el sistema educativo constituye un aspecto estratégico” opina Rodriguez.
El proyecto de investigación expresa que “la UNSJ es una institución que genera, trasmite conocimientos y se responsabiliza de la formación de profesionales que deben contribuir al desarrollo humano sostenible en las distintas regiones geográficas, aportando a la reducción ó control de vulnerabilidad en relación a los peligros naturales. Es imprescindible que la universidad aporte al necesario proceso social de reversión de la vulnerabilidad global, promoviendo una cultura de seguridad que oriente conductas y prácticas sociales, que permita lograr comunidades con mayor resistencia y resiliencia en relación a la manifestación de fenómenos peligrosos naturales para evitar los desastres”.
El sector de la educación superior está capacitado para efectuar un aporte significativo en caso de desastre, no sólo en cuanto a alojamiento provisorio de damnificados, sino también por la participación de su personal durante el período de crisis. Sin embargo, pocas unidades académicas han desarrollado planes institucionales para reducir su vulnerabilidad. Esto ha significado en los últimos desastres ocurridos un incremento en pérdidas directas y costos de respuesta a emergencia y reconstrucción.

Riesgo y vulnerabilidad

En la década del ‘80 las investigaciones sobre desastres naturales en el mundo comenzaron a focalizarse en el riesgo, entendiéndolo como producto de una combinación particular de dos componentes: la amenaza o peligro natural y la vulnerabilidad. En el caso del riesgo sísmico, el primer componente tiene que ver con la naturaleza: se puede conocer pero no impedir que se manifieste el fenómeno sísmico. A la vulnerabilidad sí es posible disminuirla a través de acciones preventivas del Estado y la sociedad civil.
Prevenir los desastres, es una estrategia fundamental para el desarrollo sostenible, ya que los recursos invertidos en medidas destinadas a la reducción de la vulnerabilidad frente a amenazas naturales, evitan la necesidad de utilizar recursos destinados al desarrollo social, para atender emergencias. Aunque la mayoría de los peligros naturales son inevitables, sus efectos se pueden mitigar.
Cuando se conoce la exposición de una región a amenazas naturales, como es el caso de San Juan en relación a la amenaza sísmica, el no incluir en la planificación la reducción de la vulnerabilidad y el control de los niveles de riesgo, representa un mal manejo de los recursos.
Las vulnerabilidades se construyen históricamente en un proceso que expresa un desajuste del hombre, de sus formas de asentamiento, construcción, producción y convivencia con el medio natural.

Comprometerse con la gestión de riesgo sísmico

El proyecto pretende lograr una mayor capacidad de resistencia en la comunidad universitaria, sosteniendo que la universidad debe tener una baja vulnerabilidad física y humana. Se enfoca en el tema desde varios aspectos.
En el académico analiza cada una de las materias de los planes de estudio de las tres carreras de grado y las dos de posgrado para identificar los contenidos que actualmente se dictan vinculados con el riesgo sísmico en las distintas áreas curriculares. También analiza los proyectos de investigación, de extensión y becas de investigación relacionadas con el tema.
Otro aspecto es el físico, relacionado con la estructura, los elementos no estructurales (puertas, ventanas, cielos rasos, equipamiento, instalaciones), y lo funcional (circulaciones, salidas, etc.). La estructura puede no colapsar pero pueden fallar los elementos no estructurales y lastimar a las personas, como por ejemplo un vidrio que estalla o un cielo raso que se cae. Reducir la vulnerabilidad no estructural y funcional en la universidad es una tarea pendiente. Además, la investigación tiene en cuenta la ocupación del edificio para analizar, por día, por turno y por área funcional, la cantidad de personas que ocupa el edificio de la facultad y verificar así las posibilidades que brinda para evacuar en caso de una emergencia. Los investigadores están elaborando mapas preliminares de riesgo no estructural y funcional del edificio.
En los aspectos normativos y de la estructura organizativa, se analizó el grado de institucionalización y gestión en la UNSJ del tema riesgo sísmico, detectándose la necesidad introducir modificaciones orientadas a promover un cambio en las conductas y prácticas individuales y sociales hacia adentro y hacia afuera.

Por otro lado, el proyecto propone la planificación de conferencias, cursos y talleres para concientizar y capacitar al personal directivo, docente, de apoyo y alumnos para incentivar una conducta activa de gestión del riesgo sísmico en todos los estamentos.

Tiempos de acción

En el caso de una región con riesgo sísmico como san juan, no incluir en la planificación
la reducción de la
vulnerabilidad y el control de los niveles de riesgo, representa un mal manejo de los recursos.

En 2005 en Argentina se inició la primera etapa del Programa Nacional de Prevención y Reducción de Riesgo de Desastre y Desarrollo Territorial, encarado por la Subsecretaría de Planificación Territorial de la Inversión Pública, del Ministerio de Planificación Federal, Infraestructura y Servicios de la Nación.
La Provincia de San Juan ha sido elegida como sede de una experiencia piloto, que busca instalar a nivel provincial la necesidad de integrar la gestión de riesgo a la planificación del territorio y la evaluación de riesgos como parte de la implementación de proyectos de inversión pública. Por esta razón, los miembros del proyecto “Plan de Gestión de Mitigación Sísmica en la Universidad” consideran que hoy están dadas las condiciones para empezar a actuar y lograr un cambio en la universidad que se traslade a la comunidad.
El proyecto sugiere que la planificación y seguimiento de acciones de reducción de riesgo sísmico esté coordinada desde Rectorado, con una visión interdisciplinaria (aporte de todas las carreras de la UNSJ), interestamental (aporte de investigadores, docentes, personal de apoyo, alumnos, egresados) e interinstitucional (coordinado con otras instituciones provinciales).
Sobre esta línea de pensamiento, el equipo continuará trabajando en 2008 en otro proyecto de investigación que tomará como objeto a la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes.

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EQUIPO
Directora: Esp. Arquitecta Virginia Rodríguez
Integrantes: Arquitectos María Irene Yacante, Gloria Ariza, Sergio Reiloba, Sergio Heredia y Auxiliar alumno Mauro Fernández
Asesores: Ingenieros Hugo Guiuliani
y Eduardo Márquez y Arquitecto Joaquín Roso
Resolución: 046/ 06-CS
Período: 2006 - 2007


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PUBLICACIÓN DE LA SECRETARÍA
DE EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
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