AÑO IV - Nº30 - SEPTIEMBRE 2007  

Calidad universitaria

¿Cómo hacemos lo que hacemos?

LA FACULTAD DE CIENCIAS EXACTAS, FÍSICAS Y NATURALES DE LA UNSJ COMENZÓ EL
PROCESO DE AUTOEVALUACIÓN QUE EXIGE LA CONEAU COMO CONDICIÓN PREVIA PARA LA ACREDITACIÓN DE CARRERAS.
SE BUSCA UN DIAGNÓSTICO CIERTO PARA LUEGO INSTRUMENTAR ACCIONES EN FAVOR DE LA CALIDAD INSTITUCIONAL.

La Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (FCEFN) de la Universidad Nacional de San Juan (UNSJ) comenzó la instrumentación de un proceso de autoevaluación institucional. La medida, resuelta por las autoridades y acompañada por todo el personal, responde a la decisión de acercar la oferta educativa de la facultad a los niveles de calidad estándar que establece la Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria (CONEAU). Según la normativa que aplica este organismo, una de las condiciones previas para acreditar una carrera universitaria es la presentación de un informe, debidamente fundado, dando cuenta del estado de la institución.
La FCEFN se encuentra a la espera de la convocatoria de la CONEAU para avanzar en la gestión del proceso de acreditación de sus carreras. “El objetivo es ganar tiempo para que en un futuro, de ser necesario, este proceso sea convalidado como una evaluación externa. Además, queremos llegar a establecer las fortalezas y debilidades con las que cuenta la facultad, y en el caso que existan debilidades, buscar la manera de modificarlas y transformarlas en fortalezas”, explicó la vicedecana de la FCEFN, profesora Ana Emilia Mayorga.

¿Qué se evalúa?

La evaluación se realiza sobre todas las instancias que hacen a la facultad como institución. Abarca la parte académica, carreras de grado y posgrado; trabajos de extensión e investigación, incluyendo al personal que los lleva a cabo; cantidad y calidad de infraestructura edilicia; situación de los alumnos en sus respectivas carreras; además de la distribución y tareas de docentes y personal de apoyo universitario. La primera etapa del proceso consiste en la recopilación de toda la normativa vigente. Luego se hace una medición a través de encuestas y cuestionarios, del grado de cumplimiento de esta normativa. Finalmente, se obtiene una serie de datos que se convierte en recomendaciones. Éstas deberán luego articularse en un plan de mejoras señalando las prioridades y los mecanismos de financiamiento, entre otras cosas.

¿Quiénes evalúan?

Una vez que se tomó la decisión de someterse al proceso de autoevaluación, las autoridades de la facultad solicitaron a la Secretaría de Políticas Universitarias (SPU), dependiente del Ministerio de Educación de la Nación, un coordinador externo que asesora y supervisa el procedimiento. La persona designada fue el licenciado Gustavo Crisafulli, quien también coordina un proceso similar en la Universidad Nacional de Mar del Plata. Además de la tarea de asesoramiento, el coordinador articula las tareas de la comisión autoevaluadora, formada por los jefes de todos los departamentos, la secretaria académica, el secretario de investigación, la vicedecana y docentes de todos los departamentos, elegidos por su perfil y especialización en cada área.
Crisafulli viene a San Juan una vez por mes aproximadamente, dependiendo de las demandas de la comisión. En su última visita, habló con Revista La U y estimó que el proceso de autoevaluación de la FCEFN estará completo en un año.
“Estos procedimientos requieren de un trabajo sistemático de los responsables de las distintas áreas de la unidad académica, que a veces no llega a buen puerto porque la gente hace varias cosas a la vez y no logra comprometerse con la tarea. Sin embargo, desde que comenzamos la acción en esta facultad nos encontramos con un compromiso muy importante de los miembros de la comisión para realizar un trabajo en conjunto, rápido y exhaustivo, sobre todo en una de las etapas más áridas como es el relevamiento de información. Esto es importante porque los procesos de autoevaluación sólo cumplen con su cometido si se realizan en un tiempo medianamente razonable. Un proceso que se prolonga en el tiempo provoca que la propia inercia del funcionamiento universitario lo deje inconcluso”, explicó el licenciado Crisafulli.

Fortalezas y debilidades

La FCEFN muestra un crecimiento importante en materia de infraestructura. En los últimos años se construyeron aulas y un nuevo ámbito para el funcionamiento del decanato. También se instrumentó un proceso de reorganización en el dictado de las cátedras con el objetivo de lograr un mejor aprovechamiento del espacio. Estas acciones constituyen, a priori, medidas que ayudaron a generar condiciones que seguramente serán consideradas positivas por la comisión al finalizar el proceso de autoevaluación.
En otros aspectos, todavía queda mucho por hacer. Con respecto a la planta docente, por ejemplo, hay diferencias notorias entre los planteles de las carreras más antiguas y las que fueron creadas hace poco tiempo. Estas últimas cuentan con docentes que, en su mayoría, dictan clases por extensión, ya sea desde el museo u otros institutos dependientes de la facultad o son profesores visitantes. La falta de puntos para la designación de nuevos docentes es el principal inconveniente que presentan estas carreras. No obstante, las autoridades de la facultad confían en que la autoevaluación les ayudará a resolver también este problema.
“Muchas veces suponemos que no tenemos suficientes docentes o que no hay espacio, y, generalmente, advertimos que no es un problema de cantidades, sino de distribución o de organización. Precisamente, para sacarnos estas dudas y comenzar a resolver las suposiciones, es que la facultad se está sometiendo a este proceso”, expresó la profesora Mayorga.

El proceso de autoevaluación en la FCEFN está en marcha. La decisión de mejorar la calidad institucional está tomada. Ahora sólo resta seguir trabajando

Proceso de Autoevaluación

La autoevaluación es un proceso por el que deben atravesar todas las facultades que pretendan acreditar sus carreras. Se realiza durante un período que no debe superar el año, aunque eso depende de la dimensión de cada unidad académica, siguiendo pautas que establece la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria).
Consiste en tres instancias. En un primer período se trabaja en la recolección, producción y sistematización de la información y sensibilización de la comunidad académica (se busca fomentar la participación de directivos, docentes, alumnos, graduados y de todos aquellos actores que pudieran contribuir con el proceso).
El segundo período está orientado al análisis de las condiciones en que se desarrollan las carreras y los resultados que generan. Se distingue la sistematización de la información de la instancia analítica y de diagnóstico para procurar que, por un lado, todas las unidades académicas y las respectivas carreras remitan información equivalente, y por el otro, para que los juicios evaluativos sobre la calidad de la carreras no carezcan de fundamentación o se basen en impresiones, eventualmente parciales o incompletas, sino en datos sistematizados, provistos por instancias que dan fe de su confiabilidad. El producto de esta etapa es un informe de autoevaluación que incluye tanto información sistematizada y comparable, como un análisis pormenorizado de las condiciones en que se desarrollan las carreras y sus resultados.
Finalmente, en el tercer período se incluye, si fuere necesario, la formulación de planes de mejoramiento que permitan alcanzar a futuro el cumplimiento de los requisitos de calidad previstos en los estándares.

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