Universidad Nacional de San Juan - Argentina - Abril 2007 - Año IV - Nº 27

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Qué es lo que te hace tan distinta

cuatro arquitectos y docentes de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNSJ exponen sus puntos de vista acerca de la esencia e identidad de esta ciudad que, después de fundada, se rehizo dos veces.


Ilustración: "Orgullos sanjuaninos" (pintura sobre cartón en acrílico y tintas) fue realizada para Manolo Alcalde, quien la reprodujo en serigrafía (técnica de cuatricromía) para su colección "Obras y artistas sanjuaninos".

En pocos días más la ciudad de San Juan cumplirá 445 años desde su fundación, consumada en la segunda mitad del siglo XVI por la corriente colonizadora de la Capitanía General de Chile. Desde su génesis, el soporte natural de esta ciudad-oasis presentó dos condicionantes fundamentales para su desarrollo y devenir: la aridez y el sismo. Estos dos factores operaron a lo largo del tiempo como coordenadas que, de una u otra manera, le imprimieron un sello a la ciudad. Por ello, si de identidad de la urbe quiere hablarse, los textos bibliográficos recurren a esos determinantes naturales. Y los arquitectos, amén de algunas diferencias menores, tampoco dudan en atribuir a la aridez y al sismo las características de la ciudad. La capital provincial es resultado de un proceso que reconoce dos ciudades anteriores, ambas diseñadas en un contexto de transculturación española: la que se trazó en una margen del Río San Juan en 1562, y la que se trasladó veinticinco cuadras hacia el sur en 1593, después de ser arrasada por ese cauce. La actual ciudad, reconstruida después del terremoto de 1944, se diferencia de la mayoría de las sudamericanas -que aún guardan vestigios del modelo de Indias, de los siglos de la colonización- por su modernidad edilicia. He aquí un fuerte rasgo de identidad en un mundo cada vez más globalizado, cuyas ciudades, en uno de los modos de acatar su unívoco mensaje, erigen profusamente los denominados “no lugares”. Según arquitectos consultados, aquéllos son los shoppings, hipermercados, complejos hoteleros, estaciones de servicio. Estructuras tipo comodines, iguales en cualquier lugar del mundo y que muestran una imagen identitaria sólo hacia adentro, respecto a la empresa, pero no guardan relación alguna con la esencia de las ciudades. Son los nuevos tiempos, y la adaptación planificada y racional parece ser la clave de acomodación para que la ciudad preserve su espíritu. Ése que viene de tiempos remotos, que emergió de entre los escombros del gran terremoto y se enredó para siempre en las estructuras sismorresistentes. A continuación, cuatro arquitectos dicen lo suyo.

Fuente: “San Juan. La ciudad y el oasis” (Dora Roitman)


“La identidad es la suma de procesos históricos”

Mg. Arquitecta María Rosa Plana
Investigadora y docente - FAUD -UNSJ

“Si hablamos de una identidad de San Juan, debemos ver cómo somos desde el punto de vista geográfico. Y somos áridos, sísmicos. Por otra parte, somos un crisol de razas, descendientes de los Huarpes, de los Capayanes. Si asumimos que nuestra identidad es la sumatoria de procesos históricos, es más fácil decir que ésta es nuestra identidad. Desde la arquitectura, San Juan tiene una identidad que responde al momento moderno, porque lo hace a una cuestión sísmica. La identidad también tiene que ver con lo social. Antes y después del terremoto de 1944 la gente sacaba las sillas para tomar mate en las veredas. Ahora hay otro modo de vida, no otra identidad, porque si ésta es la suma de procesos, la esencia sigue siendo la misma. La nueva arquitectura nos cambió el modo de vida, ya no tenemos galería, entonces tenemos que tomar mate en la cocina, tal vez con una ventana al sur”.

Antes del temblor: “Adentro de la ciudad tenemos algunos edificios públicos como el Hospital Rawson, que es un edificio ecléctico, de estilo francés, con mansarda, típica de los franceses, aunque en planta tiene una tipología alemana. Entre los años ‘20 y ‘40 se produjo un gran progreso de San Juan, donde se miraba Europa como centro de interés. Estaban las casas de patio, que todavía quedan en Trinidad, con sus grandes galerías. Aún existen algunas, y esa tipología nos permite ver cómo construíamos, cómo vivíamos antes. Por eso es tan importante preservarlas, porque si tiramos algo de eso nos quedamos como sin un pedacito de historia”.

La ciudad nueva: “A partir del terremoto se valorizaron los materiales nuestros, como el travertino o el granito. Edificios y viviendas del centro tienen en su fachada el uso de rocas ornamentales. Cuando se construyó esta arquitectura que nos impusieron, hubo que repensar las cosas. Hoy ya lo hemos asumido, nosotros somos eso y este nuevo modo de vida nos hace que definamos esta identidad. Pero hay barrios privados que si se sacan de contexto pueden estar en cualquier lado”.

Cómo preservar la identidad: “Hay que adaptarse a las nuevas necesidades con la tecnología que corresponde, para que pueda convivir lo nuevo y lo viejo en ese diálogo permanente que es la ciudad. Se trata de conservar la esencia para que la memoria colectiva se pueda construir. Porque si faltan ejemplos, no cierra y se crea una laguna en la historia. Entonces no se puede deducir, relacionar. El patrimonio no está reñido con el progreso ni con la tecnología, pero sí le tiene miedo a las especulaciones inmobiliarias, porque contra eso no puede hacer nada”.

Qué conspira contra la identidad: “La falta de conciencia popular o la falta de valoración de lo propio y mirar sólo hacia fuera. La falta de conocimiento conspira. Un ejemplo es el shopping Del Bono, donde se tiró un edificio que nos identificaba, la bodega El Globo, la más antigua de San Juan”.

¿La Facultad de Arquitectura crea conciencia?: “Hay materias como Patrimonio, Turismo y Ambiente en las que tenemos todo un diálogo con los alumnos sobre qué es para ellos la identidad y a partir de eso llegamos a conclusiones. Los alumnos estudian la teoría y la historia, pero siempre aplicada acá”.

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“Como matriz de identidad, una ciudad impuesta”

Arquitecto Héctor Muñoz Daract
Ex docente - FAUD - UNSJ

“Sí, existe identidad, lo que ocurre, a mi parecer, es que existen muchos sanjuaninos, entre los que nos encontramos mayoritariamente los arquitectos, que muchas veces no nos sentimos identificados con lo que se hizo con ella. Toda ciudad tiene su propia identidad, mala o buena, linda o fea, clara o caótica. La San Juan post terremoto tuvo como matriz de identidad la de una ciudad impuesta, autoritaria, urgente, sin reflexión… con menos metáfora. El nacimiento de una nueva ciudad conviviendo con la virtualidad espacial de la San Juan arrasada, la contradictoria existencia de referencias viejas sobre materializaciones nuevas. La memoria colectiva aferrada a lo trascendente y luchando por preservar algo de nuestra historia… ¡Vaya si tiene identidad!”.

Antes del temblor: “Antes de 1944 existió otra San Juan, con otra identidad, una muy bella ciudad, con la marca del tiempo en su piel... Y en su alma, como las cosas que crecen y envejecen naturalmente”.

La ciudad nueva: “Hoy San Juan es una ciudad extremadamente vulnerable desde lo sísmico: Edificios seguros en un contexto urbano inseguro, plagado de barreras arquitectónicas, con un espacio público irrespetuosamente usurpado tanto por acciones oficiales como por las de muchos privados que no entienden el pensar la ciudad con una proyección a 50 años. Creo que deberemos incorporar urgente el concepto de construir ciudad desde los marcos de la planificación básica. El actualizar los códigos cada vez más desarticulados con la realidad de una ciudad que crece día a día”.

Cómo preservar la identidad: “Más que preservarla hay que construirla. Ponernos el sayo de que con cada acierto o desacierto estamos fortaleciendo o debilitando la identidad de nuestra ciudad. En definitiva, ser creativos en esa búsqueda, reinterpretar una y mil veces que somos habitantes de un oasis envuelto por inmensidades desérticas, que con devorarnos mil imágenes de ejemplos de arquitectura de vanguardia no alcanza, saber por ejemplo que Recuerdos de Provincia es un excelente manual de donde aprender cosas que deberíamos saber”.

Qué conspira contra la identidad: “La mediocridad”.

¿La Facultad de Arquitectura crea conciencia?: Absolutamente sí, aún cuando queda mucho por hacer”.

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“La ciudad debe demostrar el paso del tiempo”

Arquitecto Luis Orellano
Investigador y docente - FAUD - UNSJ

“Hay una identidad que está dada por una respuesta a un clima muy árido. Nuestros árboles en las calles le dan una identidad a la ciudad. Pero su construcción también responde, después del terremoto, a un movimiento moderno que nos diferencia del resto del país. Esto da un rasgo que debemos potenciar ahora que estamos planteándonos el tema turístico. Debemos rescatar y poner en valor esta identidad. No estoy diciendo que las nuevas construcciones tengan que ajustarse a esto, sino tomar aquellos elementos que identifican y reformularlos. Porque además la ciudad es un organismo vivo que debe demostrar el paso del tiempo, y debemos conservar ciertos sectores con esta identidad. Lo otro se deberá ir aggiornando y actualizando, porque la vida nos lleva a eso”.

Antes del temblor: “Hay edificios que identifican, aquellos de antes del terremoto y que también respondieron al festejo del centenario de la Argentina. Son el Hospital Rawson, escuelas, viviendas, construidos a partir de 1910”.

La ciudad nueva: “Un hecho nacional importante es reflejado en el 44, en la campaña que genera Evita. Su encuentro con Juan Domingo Perón se produjo a partir del terremoto. Esto marca la historia de la Argentina, seamos peronistas o no. Es un hecho que identifica. Me pasó que en otro país colocaron la Ópera Evita en el vehículo que nos transportaba y un extranjero la reconoció. A partir de ese elemento estaba registrando a la Argentina, y yo le pude contar esta historia de San Juan. Entonces también es algo que sirve para atraer gente a la ciudad”.

Cómo preservar la identidad: “Cuando viene alguien de afuera y mira nuestra ciudad ve cosas que nosotros no vemos. Debemos crearnos ese mecanismo de reconocer esas cosas, lo que somos, para poder darles respuestas. La gente a veces se deslumbra con imágenes que son de revistas o de viajes que realizó y que no se ajustan a nuestras condiciones climáticas”.

Qué conspira contra la identidad: “No reconocernos. Hay que trabajar para poner en valor la autenticidad. Tenemos una mixtura que debemos conocer y valorarla. Por ejemplo, las plazas tienen su identidad. Y lo que me preocupa es que se esté interviniendo sin criterio alguno, que no se consulte a los profesionales”.

¿La Facultad de Arquitectura crea conciencia?: “Transmitimos a los alumnos la visión de no conservar lo viejo sólo por ser viejo, sino poner en valor, el de refuncionalizar, el de ser elemento testigo de nuestra identidad para poder hacer hacia delante. Es el concepto de la historia vista no como fechas sino como elementos que se han construido y que han representado respuestas a momentos históricos”.

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“Identidad refiere al sitio donde está la ciudad”

Arquitecto Andrés Lecich
Presidente del Colegio de Arquitectos de San Juan
Docente - FAUD - UNSJ

“La identidad la da el sitio. Cuando hablamos de sitio entra a jugar el clima, la conformación del lugar, no solamente lo arquitectónico. Cuando los arquitectos hablamos de identidad a veces nos referimos sólo a lo arquitectónico, pero el término es más amplio, es referirse al sitio donde está la ciudad. San Juan es distinto a Mendoza, a Córdoba, su situación es distinta, y eso genera que la respuesta al lugar sea distinta. Yo creo que lo que más fuertemente ha marcado esta ciudad es el tema sísmico”.

Antes del temblor: “San Juan era como cualquier ciudad pampeana, de construcciones altas, con la cuadrícula, la plaza principal, con el municipio y la catedral frente a la plaza, una plaza tipo nueva renacentista. En toda Sudamérica se armó eso, un esquema de Indias: la cuadrícula con la plaza principal en el centro geográfico de esa cuadrícula”.

La ciudad nueva: “A partir del terremoto se reestructuró la relación que había entre ancho de vereda y calles, que eran muy angostas. Se les dio más aire por seguridad. Esto nos identifica. Se comprobó que mucha gente murió porque en el sismo salió a la calle y en la vereda no tuvo dónde protegerse, cayeron las cornisas sobre la gente. Dentro de las cuatro avenidas hay una homogeneidad de construcción moderna. En plena globalización, en San Juan también se construyen viviendas que pueden estar en cualquier provincia, con los mismos conceptos”.

Cómo preservar la identidad: “Tenemos que reconocerla nosotros. Si no, no sabemos mantenerla, es lo que nos está pasando con las plazas. Es una cuestión de conciencia urbana. Y esta es una característica de los sanjuaninos, que no tenemos apego a lo urbano, o sea al patrimonio de todos. Es esa idea de decir ‘afuera no es mío y no me importa’. Esto es falta de conciencia urbana”.

Qué conspira contra la identidad: “La falta de conciencia. Y debe haber una discusión sobre el uso del suelo. No se puede permitir que en zonas aptas para el agro se estén construyendo barrios, cuando hay una ciudad que es muy poco densa. Dentro del anillo de la Circunvalación hay muchos vacíos urbanos. Esto no puede pasar, la ciudad no puede crecer irracionalmente”.

¿La Facultad de Arquitectura crea conciencia?: “Sí, crea conciencia de identidad en sus alumnos. Algunas materias específicas de patrimonio son electivas. Pero uno como docente orienta, entonces es muy importante la formación que el chico trae”.

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