Universidad Nacional de San Juan - Argentina - Abril 2007 - Año IV - Nº 27

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editorial
Benjamín Kuchen
Rector - Universidad Nacional de San Juan

Acceso y permanencia:
dos de los grandes desafíos del sistema universitario

Cada año con mayor fuerza y difusión mediática se trata el tema del acceso de estudiantes a la universidad. Este hecho está fundado en una situación real: muchos jóvenes, que han concluido sus estudios preuniversitarios, no pueden ingresar en forma directa inmediata a realizar estudios superiores. Otro tema recurrente es el alto desgranamiento en el primer año de los estudios universitarios. Estos problemas son complejos y su abordaje no tiene soluciones fáciles ni únicas, como puede apreciarse en la forma en que se encara en distintas partes del mundo. Ingresar en la universidad constituye no sólo una cultura de estudio diferente por el tipo de conocimiento que circula, sino también un espacio social distinto.

En condiciones ideales, en un sistema educativo armónico en el que se garantiza una calidad educativa en todos los eslabones de esta cadena, el acceso a los estudios universitarios debería estar sólo condicionado a la aprobación con éxito de los estudios secundarios. No es esta la situación en Argentina. Existe una gran heterogeneidad en los niveles de formación que brinda el sistema educativo en las escalas previas a los estudios universitarios. Es frecuente encontrar alumnos que, habiendo cumplido formalmente el nivel secundario, no reúnen las condiciones de conocimientos mínimos ni han desarrollado la estructura mental que posibilita la adquisición de conocimientos de mayor grado de abstracción o dificultad. Esta situación está en general asociada con los sectores socioeconómicos más pobres. Así, el derecho que en una sociedad democrática debe tener todo joven de acceder a los estudios universitarios, no se cumple en el contexto argentino.

Para paliar la situación descripta las universidades planifican estrategias a fin de compensar estas falencias educativas. Con ese propósito se instala el sistema de curso y examen de ingreso como mecanismo tendiente a que el aspirante logre las capacidades mínimas para adquirir nuevos conocimientos y modos de socialización universitaria. No hay estudio universitario que no apele al conocimiento crítico y a la capacidad de abstracción para poder elaborar modelos y consecuentemente operar con ellos. En este sentido el dominio del lenguaje natural y el lenguaje simbólico de la matemática o la lógica constituyen el fundamento para poder entender, expresar y producir las ideas.

Debe quedar claro que la superación del examen de ingreso no garantiza que no existan otros obstáculos y dificultades, manifestados centralmente en la deserción y el desgranamiento. Para ello la universidad tiene además que instrumentar procedimientos y acciones, tanto en lo académico como en lo social, que apoyen al ingresante en su cursado para que pueda realizar con regularidad sus estudios, especialmente en la fase inicial. En el primer aspecto se pueden organizar sistemas de tutorías, modalidades de evaluación variadas, talleres complementarios, apoyo virtual a la educación presencial, entre otras; y en el segundo fortalecer los sistemas de becas como mecanismo de contención social. Algunas de estas acciones con gran esfuerzo se están implementando en la Universidad Nacional de San Juan.

El éxito y el fracaso en el aprendizaje dependen en gran parte de la capacidad de la institución de adecuar contenidos y dispositivos metodológicos a los nuevos ingresantes. Es preciso desarrollar acciones innovadoras para adecuar la oferta educativa a las condiciones sociales y culturales de vida de los estudiantes. Este es uno de los desafíos actuales más importantes de la universidad argentina.

 

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