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Las
palabras que cosechan la vid y hacen el vino
EL Instituto de investigaciones
lingüísticas y filológicas “Manuel
Alvar” y la Academia Argentina de Letras publicaron
un Diccionario Argentino de la Vid y el Vino, de Aída
Elisa González.
“No se trata de un diccionario
técnico sobre la vid y el vino, sino de un estudio
etnográfico lingüístico: a través
de la palabra nos adentramos en un mundo cultural en el
que se rescatan usos y costumbres de una industria que se
remonta a nuestros ancestros, con acotaciones de tipo histórico,
gastronómico, literario, lingüístico,
musical, periodístico, y observaciones generales,”
expresa la profesora Aída González de Ortiz,
autora de Breve Diccionario argentino de la vid y del vino.
Este Diccionario, de aproximadamente 600 entradas, ha sido
coeditado por el Instituto de Investigaciones Lingüísticas
y Filológicas “Manuel Alvar” (INILFI)
de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes
de la UNSJ y la Academia Argentina de Letras en el 2006.
Algunos
términos del diccionario
cachiche: Persona que colabora
en la cosecha.
[Observación general] Por lo común
son los niños quienes buscan los recipientes
para recoger los granos que caen mientras los
hombres y mujeres cortan los racimos. Ver graneros
campanilla: Pequeño
racimo aislado y de pocos granos que queda sin
cosechar en los cargadores de la parra. Ver
pichuca y loro
cayaschar: (del quechua ckallaschi
‘resto de cosecha que queda en el rastrojo’).
Recoger los restos de la cosecha de uva. [Acotación
lingüística] “El Atlas Lingüístico
Etnográfico del Nuevo Cuyo reporta un
registro [léxico] del último decenio
del siglo XX; el Atlas Lingüístico
Etnográfico de Las Canarias de un cuarto
de siglo antes […], documentamos como
rareza el reemplazo de rebuscar por el quechuismo
de cayaschar…”
[Observación general] Es costumbre entregar
estos restos a la gente pobre para elaborar
el vino patero; para obtener pasas o para consumo
propio.
[Acotación folclórica] “En
algunas zonas rurales de San Juan todavía
llamamos ‘cayaschar’ al permiso
de recoger los frutos de la cosecha que, olvidados
quedaron escondidos bajo tierra, o que por el
apuro, se infiltraron a las ágiles manos
del vendimiador…” (Parte)
cayascho: Sobrante, especialmente
de la uva o de la papa, que después de
la cosecha queda en el terreno o en la planta.
[Observación general] Es muy común
dejarlo para la gente pobre. Se lo usa también
para hacer vinos.
pillingajo: Racimo de uva pequeño,
aislado y de pocos granos. Ver lorito
sarmiento: Vástago de la vid, largo,
flexible, nudoso, de donde brotan las hojas
y los racimos.
[Observación general] Es lo queda después
de la poda.
[Acotación folclórica] La gente
de campo sostiene que el mejor de los asados
se hace con brasas de sarmientos.
terroso: Se dice del vino con
sabor a tierra.
vino peleón: El que se tiene por malo
y ordinario.
viuda: Última ficha
que entrega el jefe de la cuadrilla al gamelero.
[Acotación folclórica] Cuando
queda la última ficha es muy común
que entre los cosechadores utilicen la siguiente
expresión: “te tocó la viuda”.
zarcillo: Brote enrulado que
desprende el sarmiento de la vid para aferrarse
a la planta. Ver rulillo y retortuño
[Acotación folclórica] Cordoncillo
verde que se agarra a los sarmientos.
De Breve Diccionario
argentino de la vid y el vino. Estudio etnográfico
lingüístico. Academia Argentina
de Letras, Buenos Aires, 2006. |
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El INILFI viene desarrollando investigaciones
que “abrazan complejos campos lexemáticos”,
como la toponimia, la antroponimia, las adivinanzas, y el
léxico regional en sus distintos campos semánticos.
Las Adivinanzas de San Juan; el Léxico del telar;
el Léxico del tonelero; el Diccionario de Regionalismos
de San Juan, y el Atlas Lingüístico y Etnográfico
del Nuevo Cuyo (Academia Argentina de Letras, en prensa)
son algunas de las publicaciones que reflejan estos estudios
regionales.
Dentro de esta línea de investigación y desde
la Geografía Lingüística nació
el Proyecto Atlas Lingüístico y Etnográfico
del Nuevo Cuyo (1993), que abarcó el estudio de tres
campos semánticos, el de la Vid, el Agua y el Carneo.
A partir de estos temas, surgió la inquietud de profundizar
aún más en el ámbito de la industria
vitivinícola, ya que la descripción de la
vid y sus derivados permitía extraer numerosas variantes
lingüísticas y etnográficas.
Aída González comenzó trabajando con
el léxico vitivinícola en el año 2004,
pero ya había incursionado en estudios parciales
de algunos términos selecccionado semas en común.
Este Léxico de la Vid y del Vino fue solicitado por
las autoridades de la Academia Argentina de Letras (AAL)
y publicado en el Boletín de la AAL, Tomo LXX de
agosto de 2005. En este contexto el Presidente de esta Academia,
el Dr. Barcia, incentivó a seguir trabajando en el
léxico publicado y ampliarlo para elaborar un diccionario.
Es así que nació el Breve Diccionario argentino
de la vid y del vino.
“Los trabajos de investigación en las viñas
con informantes trabajadores y conocedores de la vitivinicultura;
y el uso de fuentes inéditas como las Encuestas del
Ministerio de Educación de los años 1940-1950,
dirigidas por la lingüista Dra. Berta Vidal de Battini
me ha permitido adentrarme, a través de la palabra,
en contextos artesanales marcados por otra época,
como las recetas del vino patero y del arrope, por ejemplo,
y rescatar coplas, adivinanzas, refranes y medicina popular
que hacen alusión a la industria vitivinícola.
Y con la publicidad de los años 1886-1889 relevada
en el Diario La Unión de San Juan pude dar referencias
sobre la economía y el andamiaje vitivinícola
de aquella época”, declara la autora quien
actualmente está trabajando en una segunda edición
que incorporará nuevos términos y un anexo
con refranes, proverbios y adivinanzas sobre la vid y el
vino
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Prof.
Aída E. González
aidagon@infovia.com.ar
INILFI
FFHA - UNSJ
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