Revista de la Universidad Nacional de San Juan | Octubre-Noviembre 2005 | Año II - Nº 17


MINERÍA Y MEDIO AMBIENTE

Metales pesados
en aguas y suelos de Calingasta
E S C R I B E N
Autora: Mag. Ing. Andrea Alejandra Diaz
Docente e investigadora del Nucleamiento Minas
Facultad de Ingeniería - UNSJ
Compaginación: Lic. Iliana López
Encargada de prensa y divulgación técnica
Instituto de Investigaciones Mineras
Facultad de Ingeniería - UNSJ

Este trabajo, presentado como tesis de Maestría en Metalurgia Extractiva, trata sobre la presencia y
movilidad de metales pesados en la cuenca del Río Castaño y los pueblos de Villa Nueva, Puchuzum y Villa Corral, sitios ubicados aguas abajo, en el Departamento Calingasta (San Juan). Por el análisis exhaustivo de las características fisicoquímicas de los suelos, debe ser considerado como un estudio de base ambiental para futuras posibilidades de explotación minera en la zona.

En la cuenca del Río Castaño se presumía que podía existir cierta movilidad de metales pesados como arsénico (As), cadmio (Cd), zinc (Zn), cobre (Cu) y plomo (Pb). Estos metales serían provenientes de explotaciones mineras abandonadas hace varias décadas, precisamente de los distritos de Castaño Viejo y Castaño Nuevo. La situación se vería reflejada en los suelos de poblaciones ubicadas aguas abajo, al Sur, como Villa Nueva, Puchuzum y Villa Corral. La investigación consistió en el reconocimiento de fuentes de aporte de estos metales, su dirección de desplazamiento y las relaciones existentes con factores químicos capaces de restringir su movilidad.

Las explotaciones mineras del Castaño

Las minas de Castaño Viejo y Castaño Nuevo tuvieron gran incidencia en la minería nacional, sobre todo entre los años 1950 y 1965. Ambos yacimientos contenían polimetálicos de alta ley y contaban con sus propias plantas de tratamiento de minerales para la recuperación de los metales (beneficio).
En Castaño Viejo se explotaron vetas mineralizadas con sulfuros de plomo, cinc y otros metales asociados a éstos, como cobre y antimonio. También existía la plata. El distrito de Castaño Nuevo poseía oro, plata y cobre.
En Castaño Viejo se instaló una planta con capacidad de 400 tn / día para beneficiar el mineral. Después del tratamiento, además del metal de interés, quedaban grandes volúmenes de materiales estériles (ganga), que debían ser almacenados en algún lugar. Para esto se construyó un dique de colas de casi 60.000 m2, sobre la quebrada del Castaño, a 5 km en línea recta de las minas.

En la década del 50 no existía conciencia ambientalista...

El emplazamiento del dique de colas sobre una quebrada y su posterior abandono, (hace más de 30 años), demuestra que en aquellos tiempos no existía una conciencia conservadora del medio ambiente. La ubicación de esta obra y su construcción no contaron con un criterio ingenieril, ya que no se consideró su estabilidad y otros factores inherentes a la seguridad, como es el caso del riesgo sísmico.
Como consecuencia de crecientes estivales se provocó su rotura y las escorrentías superficiales que drenan la quebrada, causaron un desplazamiento del material allí acumulado.
De estas observaciones se pudo inducir la posibilidad de una modificación en el ambiente y eventuales problemas de contaminación no cali
ficados ni cuantificados, que despertaron gran interés y motivaron este estudio.

Otros antecedentes

La presencia en la zona de concentraciones importantes de metales pesados como Pb, Cu, As y Cd, detectadas en investigaciones anteriores realizadas por el Dr. Agustín Arroqui y su equipo, hicieron previsible una dispersión geoquímica de estos elementos hacia los pueblos de Villa Nueva, Puchuzum y Villa Corral, a partir de su movilización desde las antiguas explotaciones y de sus residuos almacenados en escombreras.
En el 2002, un equipo de investigación encabezado por la Mag. Ing. Mónica Ramírez realizó muestreos de sedimentos, aguas abajo del punto de rotura del dique de Castaño Viejo, que se están comparando con muestras de las colas de los diques abandonados, para así determinar el grado de contaminación alcanzado.
También se efectuó un muestreo de aguas con el objeto de determinar una contaminación indirecta de la cuenca hidrográfica. Si bien los resultados de ese trabajo aún son preliminares, puede decirse que las aguas no han sido afectadas por el material del dique de colas, mientras que el suelo sí ha sufrido una modificación localizada producto del régimen de descarga de las quebradas cordilleranas.

En la investigación de la Magíster Díaz, luego de realizar un relevante muestreo del suelo, interpretar los datos químicos obtenidos y determinar los factores químicos que condicionaron la movilidad de los metales en cuestión, se pudo corroborar la existencia de metales pesados, tanto en la Cuenca del Río Castaño como en los pueblos ubicados aguas abajo.
Por ejemplo, en Castaño Viejo quedaron identificados procesos de difusión para los metales As, Cd, Pb y Cu, influenciados por el factor antropogenético (diques de colas abandonados) y por el factor natural, que responde a la mineralización del lugar. En ese sitio las concentraciones de cadmio y arsénico superan los valores recomendados por la Unidad de Gestión Ambiental Nacional -UGAN- para que el suelo sirva para uso agrícola.
En el caso de Villa Nueva, uno de los pueblos estudiados, a metros del río se identifica un sitio de concentración de metales pesados. La presencia de arcillas sería la responsable de la retención de éstos.
Las conclusiones indican que existe, entonces, una gran influencia de las zonas mineralizadas y de las labores abandonadas sobre la química del Río Castaño, que afectan luego a los pueblos de Villa Nueva, Puchuzum y Villa Corral.

Los metales pesados no representan un riesgo actual

En síntesis, el estudio realizado demuestra que las zonas estudiadas presentan concentraciones que exceden los valores establecidos por la legislación nacional. La presencia de Cd y As excede las concentraciones admitidas por la legislación vigente; pero en las condiciones fisicoquímicas identificadas (pH y potencial de oxidación) no representan un riesgo real, debido a que se encuentran inmovilizadas. No obstante, se sugiere un monitoreo de las condiciones fisicoquímicas de la zona para evitar su movilidad.
Una de las soluciones sugeridas en el trabajo, ante una posible contaminación, es aprovechar el reconocimiento de asociaciones entre los metales pesados con factores químicos, para que pueda ser aplicado como una forma de enmendar suelos contaminados.
Si bien estos elementos se encuentran inmovilizados y no representan un riesgo actual, es importante tener en cuenta la información obtenida y destacar el valor de esta investigación como referencia para futuras reactivaciones de explotaciones mineras en la zona.

 

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