500 chicos disfrutaron de las Escuelas
de Verano y Deporte Aventura

Los chicos aprenden a resolver conflictos, descubren la solidaridad, conocen sus límites, aprenden de ellos y buscan la actitud de superación. Los adolescentes, que viven una etapa difícil de sus vidas, se descubren a sí mismos”. De esta manera, Juan Manuel Escobar, director de Deportes y Recreación de la UNSJ, sintetiza los logros más importantes de las Escuelas de Verano y de Deporte Aventura que esta temporada convocaron en “El Palomar” a 200 chicos más que el año pasado.
Los participantes fueron separados en seis niveles, según sus edades. “En cada uno de los grupos encontramos líderes naturales que, de alguna manera, guiaban a sus compañeros”, continúa Escobar.
Junto a ellos, 25 especialistas trabajaron intensamente durante casi tres meses: profesores de Educación Física, maestras jardineras para los más pequeños, médicos, un instructor de buceo y monitores, es decir, estudiantes de Educación Física o deportistas que colaboraron con el cuidado de niños y jóvenes. La mayoría de las actividades se realizaron de lunes a viernes, de 9 a 13, en El Palomar.
En esta temporada se desarrolló también el Programa de Inclusión “Sin barreras”, que permitió la incorporación de chicos con capacidades especiales en grupos que pudieran contenerlos.

Escuela de Verano

La Escuela de Verano de la UNSJ comenzó su actividad en la temporada 1988/89, cuando era una verdadera novedad en la provincia. Participan en ella niños de 4 a 11 años, distribuidos a su vez en cuatro niveles, según sus edades. Con un horario dividido en módulos, todas las mañanas practicaron deportes, natación, vida en la naturaleza y juegos.
Una propuesta importante todos los años es el campamento, ya en el último mes de actividad. Los pequeños de 4 a 7 años (niveles 1 y 2), acamparon en El Palomar, siempre ante la mirada curiosa de padres y familiares que espiaban desde lejos. Los chicos de 8 y 9 años (nivel 3) pasaron un día (y su noche) en el Complejo Náutico Ullum, en una gran experiencia tanto para ellos como para sus padres. Por su parte, los grupos de 10 y 11 años viajaron a Rodeo. Allí acamparon, realizaron excursiones, fueron al lago e hicieron un fogón. La idea es adaptarlos para que la próxima temporada puedan participar de los desafíos de la Escuela de Deporte Aventura.

Deporte Aventura

Desde 1999 la UNSJ cuenta con una propuesta de verano para adolescentes. Se trata de la Escuela de Deporte Aventura, estructurada sobre la base de diversas actividades que sirven como eje para el esparcimiento, la diversión y el aprendizaje.
También divididos en niveles por edades, los chicos de 12 a 16 años, además de juegos, deportes y natación, tuvieron otras propuestas como palestra, buceo, remo y clases teóricas y prácticas de supervivencia y primeros auxilios, distribuidas en módulos rotativos, de manera que ningún grupo debía esperar a otro y nadie se quedaba sin actividad.
En febrero los integrantes de la Escuela de Deporte Aventura acamparon en el Cerro Tres Marías y viajaron a Jáchal y Rodeo. Además de poner en práctica sus saberes en supervivencia, conocieron geográfica y culturalmente estos departamentos y aprendieron sobre algunas instituciones y su funcionamiento, incluso para la realización de trámites.

Despedida

La última semana de actividad fue para fiestas y despedidas. En la Fiesta de las Máscaras, niños y no tanto bailaron disfrazados por las calles internas de El Palomar. En la Fiesta del Agua, mojarritas, delfines y tiburones (los grupos en los que habían sido divididos los chicos según el nivel alcanzado) mostraron a sus familiares y amigos los avances (a veces grandes, otras no tanto) conseguidos en la pileta de natación.
Para el cierre, este año los organizadores hicieron jugar y competir a los padres, mientras los chicos se divertían alentando desde la tribuna

 

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