BIENESTAR UNIVERSITARIO
El Complejo Náutico Ullum
mejora para recibir más visitantes

En la última temporada de verano, los complejos deportivos y recreativos de la UNSJ tuvieron una intensa actividad. Mientras en Ullum la administración dobló esfuerzos para que la cantidad de visitantes no afectara las actividades, en El Palomar 500 niños y adolescentes participaron de las Escuelas de Verano y de Deporte Aventura.

Como sucede desde hace varios veranos, esta temporada el Complejo Náutico Ullum -administrado por la UNSJ- fue el principal centro recreativo de la zona del perilago. En este complejo, que posibilita que los miembros de la comunidad universitaria accedan a un espacio sociorecreativo cercano y de calidad, año a año se incrementa el número de asistentes, en relación con el aumento de la matrícula de alumnos y con el crecimiento vegetativo de la familia universitaria.
Durante la temporada 2004-2005 -y según comentó su Administrador, el D. I. Martín Riveros- la gran concurrencia obligó a adoptar nuevas formas operativas y funcionales dirigidas a ordenar las actividades en el predio.
“Lo anterior -explicó Riveros- no siempre cuenta con la anuencia de todos, lo que nos ha dado la oportunidad de convocar a una activa participación de los usuarios, demandando de ellos sus críticas y sugerencias, única forma posible de estar en condiciones de enmendar errores y mejorar aciertos”. “Partimos -explicó- del principio de que, entre todos, si se quiere, se puede, cuando hay un contexto de armonía y comprensión”.
En este marco de reflexión, cabe recordar que todo predio dispone de una denominada “capacidad de carga” que cuando es superada produce problemas, derivados del uso de los servicios disponibles. Así, por decisión de gestión, algunas personas sintieron sus derechos vulnerados cuando se les recomendó no ingresar por carecer de servicios y/o de espacio para lograr una buena atención. “Nuestra capacidad fue frecuentemente excedida, lo que obligó a adoptar medidas de contención coyunturales, que exigen hacia el futuro respuestas de mayor envergadura, que ya se están analizando”, comentó Riveros.
Entre las medidas ya adoptadas, se ha dispuesto de una zona de carpas para “familias” y otra para “estudiantes”, partiendo del principio de que los intereses y tiempos de cada uno de esos grupos son diferentes. Asimismo, se dispuso que para este último grupo, existiese un cupo máximo de 35 carpas, lo que representaba una “población estudiantil” de aproximadamente 140 jóvenes asentados en el Complejo, número que -a criterio de la administración- podía ser orientado con mayor eficiencia con los controles internos disponibles. Otra decisión pasó por el incremento de disponibilidad de adicionales de la Policía de San Juan, reforzando el apoyo con el Operativo Verano, lo que posibilitó mejorar los controles de evasión de ingresos desde zonas colindantes, producidas por la baja del agua en el dique, al mismo tiempo que se efectuaban requisas de excesos de bebidas alcohólicas.
“No siempre, por supuesto, se logra todo lo que uno busca o pretende. Siempre existen situaciones de desborde que escapan a la intencionalidad y generan conflicto”, afirma Riveros quien, en esa circunstancia, recomienda contactar de manera directa con el responsable del Complejo, para disponer las medidas correctivas de inmediato.
Hacia el futuro, la Administración del Complejo señaló la importancia de que desde la autoridad universitaria se disponga de presupuesto para encarar obras que considera impostergables, como el cerco perimetral que garantizaría un mejor control de ingreso al predio, la construcción de nuevos servicios higiénicos, distribuidos por zonas, una nueva playa de “descongestión” de usuarios, ampliación de la zona de carpas, y un nuevo sector de parque con elementos lúdicos y de recreación por edades.
Riveros señaló que también se hace necesario plantear un nuevo ordenamiento normativo de uso de las instalaciones del Complejo Náutico Ullum, en el cual se viene trabajando, sobre la base de la experiencia recogida en años anteriores, sugerencias de los asociados y problemas que se fueron detectando. Otra necesidad es la definición de una estructura administrativo-funcional definitiva, que permita contar con los recursos humanos mínimos necesarios.
“Cuidando lo que tenemos y mejorando lo disponible, con el apoyo y comprensión de todos, el esfuerzo nos permitirá seguir contando a futuro con un agradable espacio de esparcimiento universitario, que se encuentra abierto durante todo el año”, finalizó Riveros

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