Universidad Nacional de San Juan - Argentina - Agosto / Septiembre 2006 - Año III - Nº 23

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Exposición en el Tornambé

Un sabor lejano

una fotoperformance como trabajo de tesis de la Licenciatura en Artes Visuales.

Durante agosto el Centro de Creación de Artes Plásticas y Museo Tornambé fue testigo de una exposición fuera de lo común. Con fotografías de comensales, platos y alimentos, el objetivo era mostrar a los visitantes el trabajo de tesis de la Licenciatura en Artes Visuales, Orientación Plástica, de Natalia Segurado.
La tesis consiste en un fotoperformance denominado “Un sabor lejano”. El trabajo comenzó el pasado 22 de noviembre de 2005 cuando Natalia Segurado invitó a almorzar a 6 personas. Asistieron 5 de ellas y almorzaron, como plato principal, Lomo a la pimienta. Los comensales no se imaginaban que estaban siendo protagonistas de una fotoperformance, es decir, durante todo el almuerzo los participantes fueron fotografiados y filmados. Para sorpresa de los invitados, los fondos de los platos contenían fotos que Segurado había tomado en un frigorífico, imágenes de reces enteras y trozos de carne. El acontecimiento se llevó a cabo con éxito y los invitados se mostraron satisfechos de haber sido parte de una acción artística.
Al concluir su almuerzo, los protagonistas descubrieron las imágenes. Sus gestos fotografiados en ese momento y durante toda la comida demuestran que hay muestras de violencia a la hora de comer.
La artista asegura que la violencia está presente en el acto de comer y al momento de matar al animal que luego se transformará en alimento.
Natalia trabaja, desde hace tiempo, con el cuerpo del animal, la violencia, los elementos de tortura y la dictadura militar. Esto la llevó a pensar en un trabajo de tesis que demuestre que la violencia está siempre presente, aunque no se note. Ella asegura que los rostros de una persona cuando come demuestran fuerza, al igual que las manos hacen fuerza sobre los cubiertos. Esto quedó demostrado en lo dañadas que quedaron las imágenes del fondo de los platos luego del almuerzo.
“Comer es un acto vital, es uno de los actos más primitivos de los seres humanos que tiene su origen en la supervivencia. Desde la prehistoria algunos grupos se sentaban alrededor del fuego para alimentarse de la carne del animal cazado. La comida remite al cuerpo, al horror, al sexo, a la muerte, a nuestra historia, historia como seres sociales pertenecientes al reino animal”, expresa la artista. “El acto de comer implica un aspecto funcional y ritual, donde se mezclan memoria y moda, discursos y prácticas; define comportamientos y establece diferencias. En este acto el cuerpo del animal es mutilado, seccionado, dividido en pequeños trozos para ser digeridos y transformarse en energía (vida), estos momentos se suceden como hechos violentos y continuados ciclos, en los cuales nos encontramos sumergidos y atrapados” (Leonardo Da Vinci). Natalia utilizó esta frase del pintor para intentar hacer comprender a los comensales y al público el porqué de su tesis.
“El cuerpo de todo ser humano se alimenta continuamente, muere y se renueva constantemente, ya que el alimento anterior ha sido digerido y una vez digerido ya no tiene vida. A no ser que se suministre un alimento equivalente al que se ha digerido. Esta muerte es continua. En la materia muerta hay una vida insensible que, reunida en los estómagos de los seres vivientes, vuelve a tomar vida. El hombre y los animales producen vida de la muerte de otros, se complacen en la miseria de los otros y se hacen ellos mismos encubridores de la corrupción”, agregó la expositora.

 

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