Rosario Torcivia

“Fui profesor de Contabilidad en la Escuela de Comercio, algo que recuerdo con mucho orgullo y alegría. Mi familia ha seguido vinculada a la Escuela. Eran otras épocas, porque si bien los chicos eran traviesos, había más respeto. La disciplina, el orden, las materias, todo era más riguroso y en eso se basaba justamente el prestigio de la escuela. Hacían travesuras, como todos los chicos, yo algunas las compartía y otras no. Recuerdo que había un alumno que era muy buen dibujante y hacía unas caricaturas mías muy graciosas, con la pipa que siempre me acompañaba. Pero había otros que se pasaban de la raya y a esos, había que llamarles la atención”.