María Auxiliadora Fernández

“Fui alumna de la promoción 1979 y después también docente. Tengo muy buenos recuerdos de la Escuela de Comercio. Me gustaba sobre todo el sistema de control que existía. Aunque parezca una cosa trivial, el hecho de vestir de guardapolvo o de saco en el caso de los varones, nos daba cierta uniformidad, identidad y sentido de pertenencia. Recuerdo con mucho cariño al preceptor Nolo Aballay, porque hablaba mucho con nosotros, nos enseñó de todo. En cuanto a la formación, es muy completa e integral. Recuerdo una anécdota de sexto año: como nos hacían ir los sábados, un día nos pusimos de acuerdo para ir todas de “colegialas”, peinadas con colitas y con valijas de niño chico. Pero la broma no salió bien, porque el doctor Domingo Solazzo nos tuvo toda la tarde tomándonos lección”.