Lorenzo Más

“Haber sido alumno de la Escuela de Comercio fue una de las mejores cosas que me pasó. La formación que recibí me permitió después seguir estudiando y recibirme de contador. La formación que da la escuela es muy sólida para la universidad. Recuerdo con mucho cariño a grandes profesoras: la señora de Codón, la señora Vaca de Navas. Creo que el más temido por todos era el profesor Otto Vieyra. Entre los buenos recuerdo que guardo, está la revista que hacíamos. Se llamaba PM75 y su finalidad era reunir fondos para el viaje de estudios. Tengo muchos amigos y colegas de esa época. ¿Travesuras? Muy inocentes, fue una promoción muy tranquila. Claro que existía “pucholandia”, ahí cerca de los talleres de la Escuela Industrial: era el lugar para esconderse a fumar. ¿Quién no ha pasado por ahí?”.