CONTINÚAN LAS OBRAS EN EL EDIFICIO
DE LA UNSJ
Más seguridad
después de las cenizas
Los
trabajos de restauración y remodelación del
edificio donde volverá a funcionar el Rectorado de
la UNSJ comenzaron en diciembre y posiblemente concluyan antes
de fin de año. A poco más de dos años
del incendio en la estructura, la obra se encuentra en su
fase gruesa, que consiste en demoliciones y consolidación
sismorresistente. Por primera vez allí funcionará
casi la totalidad de las dependencias del órgano rector
universitario.
LAS OBRAS DE RESTAURACIÓN,
remodelación y consolidación sismorresistente
en el edificio donde funcionará el Rectorado de la
UNSJ, ejecutadas por la empresa sanjuanina Ingeniero César
Borrego S.R.L., ganadora de la licitación correspondiente,
comenzaron un mes y medio antes del 6 de febrero último,
aniversario del siniestro que, en 2004, lo devastó
en gran parte. Luego vendrá la etapa de diseños
y esteticismos. Pero no hay, por ahora, definiciones en relación
a si las obras culminarán en octubre próximo,
tal como lo estipulaba el convenio firmado con la nación.
En cambio, de lo que sí hay certezas es que entre fines
de 2006 y principios de 2007 la Universidad contará
con un edificio rector totalmente seguro, innovado e integrador
de casi todas sus dependencias.
El plazo de finalización de las obras es de diez meses,
aunque, según explicó el arquitecto Joaquín
Roso, secretario de Obras y Servicios de la UNSJ, normalmente
los plazos no son taxativos por diversas eventualidades. “Creo
que la empresa va a hacer sus esfuerzos para terminarla en
ese plazo. Hace dos años se nos acababa de incendiar
el edificio y no sabíamos qué iba a suceder,
teníamos una nube negra delante. Ahora, y esto es lo
valioso más allá de la fecha de terminación
de los trabajos, no sólo estamos construyendo para
volver a habitarlo sino que el edificio va a presentar condiciones
mucho mejores que las que tenía antes del siniestro”,
evaluó el profesional.
Un nuevo
lugar
La
totalidad del edificio emplazado en el microcentro sanjuanino
ahora es propiedad de la UNSJ. Con fondos propios, esta institución
compró el subsuelo, primero, segundo y séptimo
pisos al Banco Hipotecario.
La primera etapa de la obra incluye la demolición de
los pisos de las escaleras, que estaban muy dañados
y se cambiarán completamente. Esto se realizará
en casi la totalidad del edificio. Además, se demolieron
los sanitarios, los cuales se van a renovar de manera íntegra,
incluso su sistema de cañerías.
Lo que sigue es la consolidación de la estructura,
que se llevará a cabo en todo el edificio y se trata
de un afianzamiento sismorresistente. Para esto, además
de las demoliciones para alivianar el peso del edificio, se
están construyendo cuatro tabiques de hormigón
armado que se erigirán desde el subsuelo hasta el sexto
piso. Así se pretende otorgarle a la estructura más
rigidez sismorresistente. Ante un sismo, los tabiques deberían
proporcionar una capacidad de resistencia mayor a la que tenía
el edificio. Según cálculos de ingeniería,
esa obra aumentará en un 40 por ciento la firmeza del
sector de la torre –que va desde el tercer al séptimo
piso-. En el resto del edificio la resistencia aumentará
hasta en un 25 por ciento.
Luego viene, desde el tercer al sexto piso, que fueron los
siniestrados, la colocación de las carpinterías
nuevas, el acondicionamiento ambiental, los pisos y la instalación
eléctrica.
No habrá modificaciones arquitectónicas en la
fachada del edificio, ya que se trata de un inmueble de carácter
patrimonial. Sí serán innovados los pisos que
sufrieron el incendio.
Por otro lado, hay varias ideas para llevar a cabo en la planta
baja. “Es muy importante el enorme foyer que existe
allí. Podríamos aprovecharlo como espacio de
extensión cultural; tal vez para exposiciones de arte
y también para otras actividades. Habrá que
ver cómo va a operar para que sea compatible con el
funcionamiento del resto del edificio”, dijo Joaquín
Roso.
Por primera vez casi la totalidad de las dependencias del
Rectorado trabajarán en un mismo edificio. Y esto permitirá
desalojar espacios de otros lugares. “Para su funcionamiento
habrán habilitados 6.200 metros cuadrados. Antes del
siniestro, el Rectorado disponía sólo de 2.200
metros cuadrados”, subrayó el secretario de Obras
y Servicios
Seguridad
El edificio tendrá entrada por
calle Mitre, por Avenida Ignacio de la Rosa, por el pasaje
que da a Tribunales y por calle Jujuy. Todas serán
salidas adecuadas, y esto configura garantías de seguridad.
Por otro lado, existe un circuito técnico en el que
toma parte la Dirección de Planeamiento y Desarrollo
Urbano de la Provincia e intervendrán la División
Bomberos y la Municipalidad de la Capital para dar el visto
bueno a las obras. “No podemos certificar una obra como
bien construida si no tenemos esa documentación por
parte de los organismos contralores de la provincia. Por otra
parte, en Bomberos no pueden decirnos que los trabajos son
adecuados en cuanto a prevención de siniestros hasta
que la obra esté concluida. En seguridad nunca existe
lo absoluto, pero vamos a estar mucho mejor que antes del
siniestro. Ahora se podrá descender rápidamente
por las escaleras. Antes, el Rectorado estaba en un sándwich,
entre los pisos del Banco Hipotecario”, señaló
Roso.
DE NÚMEROS
E INSPECCIONES |
LA
EMPRESA SANJUANINA adjudicataria de las obras que empezaron
a mediados de diciembre de 2005 es Ingeniero César
Borrego S.R.L., que presentó un presupuesto de
2.660.299 pesos. En la licitación además
hubo oferta de Sigma S.R.L., también local, cuyo
monto propuesto superaba los 290 millones de pesos.
“Desde que se firmó el convenio hasta la
licitación de la obra transcurrieron varios meses
en los que hubo inflación. Para afrontar esta
diferencia la Universidad está gestionando una
ampliación del crédito. Si hay aumento
de costos de la construcción, existen mecanismos
para reconocer esas variaciones de costos”, indicó
el arquitecto Joaquín Roso.
Cuando en junio de 2005 el Rector Benjamín Kuchen
firmó el convenio con un representante del Ministerio
de Planificación Federal, Inversión Pública
y Servicios de la Nación, se previó un
monto de 2.095.700 pesos para consolidación y
restauración del edificio. Pero el monto final
de la obra es el precio que pone la empresa que gana
la licitación. La UNSJ ya recibió el 10
por ciento de anticipo por parte de aquel órgano
nacional y del Ministerio de Economía de la Nación,
que en definitiva es el que envía los fondos.
Por otro lado, hay que señalar que la Universidad
compró con fondos propios -2.400.000 pesos- el
subsuelo y los pisos primero, segundo y séptimo
del edificio al Banco Hipotecario.
La UNSJ posee inspectores que fiscalizan a la empresa
ejecutora. Son quienes certifican cada etapa terminada
de la obra. Esa certificación se envía
a Auditoría Interna de la Universidad, órgano
que fiscaliza el trabajo mediante un profesional externo
a la Secretaría de Obras y Servicios de esta
casa de estudios. Una vez aprobada la etapa determinada,
el certificado va al Ministerio de Planificación
Federal, Inversión Pública y Servicios
de la Nación, desde donde dan luz verde al envío
de fondos correspondientes a la fase de la obra. |
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