REVISTA LA UNIVERSIDAD

Con el inicio del ciclo lectivo 2006 se plantea nuevamente en todo el país la problemática del ingreso en la universidad. En condiciones normales este paso debería constituir un hecho formal. El estudiante secundario debería poder encarar naturalmente el último eslabón de la cadena educativa sin dificultades. La realidad es otra: los jóvenes, en general, no están en condiciones de apropiarse de los conocimientos que se pretenden transmitir en la universidad. Las causas son diversas: pesan fuertemente las condiciones socioeconómicas familiares que generaron una gran desigualdad entre los chicos y serias dificultades de aprendizaje relacionadas con esa condición. La Ley Federal de Educación condujo a que el Estado Nacional se desentendiera del proceso educativo en el nivel inicial y secundario, dejando en manos de las provincias la atención de estos niveles, sin proveer a las mismas de las herramientas presupuestarias suficientes. Además, el bajo presupuesto destinado a educación se manifestó en la baja remuneración de los docentes que condujo a un desarrollo irregular de los ciclos escolares.

Por encima de estos aspectos socioeconómicos y normativos, tienen gran incidencia los aspectos culturales. Los jóvenes de estos últimos tiempos se relacionan con el medio en forma muy distinta a generaciones anteriores, y la manera en que lo hacen conspira contra la metodología empleada en la educación formal actual. Viven la cultura de la información breve e inconexa, de la información gráfica, del icono, de la deformación lingüística y acotamiento del léxico provocado por las modalidades de las comunicaciones de mensajes breves y del chat. Numerosos estudios muestran que a un joven actual le resulta difícil extraer la idea global o realizar un resumen de un texto de mediana longitud. De igual modo le resulta muy complejo elaborar una idea nueva a partir de conceptos previos. Quizás el desafío educativo más importante del momento sea revertir esta situación.

Otro aspecto a señalar lo constituye el hecho de cómo se malinterpretaron conceptos básicos como democracia y antiautoritarismo, libertad y compromiso. Los jóvenes muestran una tendencia a exigir que las cosas sean solucionadas por terceros. Alguien debe solucionar el problema. En tal sentido manifiestan cierta pasividad a la espera de la solución, al mismo tiempo que los padres somos sus aliados. El propio Ministro de Educación, Daniel Filmus, considera que existe en la juventud esta tendencia y uno de los modos de superarla es exigir más en todos los niveles del sistema educativo.

Para tratar de resolver algunos de estos problemas, y en consonancia con paradigmas educativos mundiales, para 2006, en prácticamente todas las Facultades de la Universidad Nacional de San Juan, se ha optado por centrar los cursos y exámenes del ingreso en dos aspectos muy básicos. Éstos son la comprensión de textos y la matemática-lógica como herramienta para la abstracción y la creación de conocimiento mediante el trabajo con modelos mentales. El desarrollo de estas capacidades tiende a generar una estructura mental en el estudiante que seguramente le posibilitará adquirir y generar conocimiento con mayor autonomía.