“En los primeros siglos del cristianismo circularon alrededor de 40 evangelios distintos”

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El dato deviene de la fecunda investigación en estudios patrísticos, que le valió a la filósofa Patricia Ciner su incorporación a la Academia Nacional de Ciencias.

Por Susana Roldán

Con una vida dedicada a los estudios patrísticos, Patricia Ciner, investigadora de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ, fue recientemente incorporada como Académica Correspondiente a la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, en virtud de la relevancia de su trabajo para ciencia argentina. Ciner es, además, presidenta de la Asociación Internacional de Estudios Patrísticos, que nuclea a 54 países.

“Es un inmenso honor pertenecer a una institución a la que pertenecieron grandes personalidades de la ciencia argentina, como René Favaloro y Luis Federico Leloir, es algo que me llena el alma y no tengo palabras para agradecerlo”, dijo la investigadora, que ofreció una conferencia denominada “Paradigmas Contemporáneos de Investigación en Estudios Patrísticos: aportes para una nueva lectura del Comentario al Evangelio de Juan, de Orígenes”.

También rescató la alegría de que “un área de estudio, como pueden ser los estudios patrísticos, que son un área interdisciplinaria, que cruza teología, filosofía, arte política, psicología, neurociencia y de lo que trata es de profundizar en lo que realmente pasó en los primeros siglos en los que vivió y murió Jesús, hoy esté siendo puesta en relevancia. Estoy doblemente feliz, porque es un reconocimiento a 40 años de estudio y al mismo tiempo, es un reconocimiento al área de estudio”. Vigencia de los estudios patrísticos

Fascinada por “el mundo de Alejandría en los primeros siglos posteriores al nacimiento de Jesús”, Ciner dedicó gran parte de su vida y su trabajo al estudio de Orígenes de Alejandría. “Tuvo tremendas condenas, pero fue un místico que influyó durante siglos. Una época fascinante, porque en la década entre 1945 y 1955, empezaron a aparecer textos escritos que habían estado dormidos durante siglos. Por ejemplo, los textos gnósticos de Nag Hamadi, descubiertos en Egipto, o los textos del Mar Muerto. De una manera increíble, en el 2002 también aparecieron homilías de Orígenes que se habían perdido. Todo eso hace que se necesite una relectura de toda esta época”.

En cuanto al aporte de los estudios patrísticos al pensamiento actual, explica que “todas las grandes divisiones que tuvieron lo que conocemos como iglesia ortodoxa, griega, rusa, católica, se produjeron en estos primeros siete siglos. Algunas líneas aceptaron algunos concilios, otras no. No es fácil el diálogo ecuménico entre esas iglesias. Conocer los estudios patrísticos ayudaría al diálogo ecuménico y también al diálogo interreligioso. Cuando se habla de cristianismo, paralelamente tiene que hablar de judaísmo y también de islam. El mundo de la historia de las religiones es un mundo tenso. Se necesitan especialistas para abordarlo”.

También mencionó el aporte en temas de género. “En cuanto a la mujer -señaló-se están haciendo estudios interesantísimos de cuestiones de género en estos primeros siglos. Sucedió que la base que quedó para Occidente fue una base cristiana, entonces depende cómo se lee ese cristianismo de los primeros siglos: de una manera rígida o abierta. Uno de los evangelios gnósticos, el evangelio de María, tiene otra idea del papel de la mujer, incluso ante Jesús mismo. Entonces, la implicancia de conocer el pasado, no queda reducida solamente al pasado, porque impacta directamente en el presente. Uno está acostumbrado a pensar en cuatro evangelios, pero en esos primeros siglos circularon entre 30 y 40 en total. Entonces, el investigador está obligado a estudiar lo que pasó. Lo novedoso de esto es que las categorías de herejía y ortodoxia, no sirven para estudiar estos primeros siglos, porque nunca hubo una unidad monolítica, por la cual podamos afirmar que “el cristianismo pensó esto”. Lo esencial de los primeros siglos es que hubo diversidad, recuperarla y clarificarla sin conceptos previos. Hay muchísimas maneras de vivir el cristianismo. Es necesario conocer el pasado para entender el presente que vivimos y también el futuro”.