Humedales: “Necesitamos ser más empáticos con nuestros paisajes”

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Félix Ignacio Contreras, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional del Nordeste, habló sobre el trabajo en el Curso de Posgrado de Humedales.

Por Belén Ferrer

Félix Ignacio Contreras, investigador del CONICET y de la Universidad Nacional del Nordeste, habló sobre el trabajo en el Módulo Hidroclimatología del Curso de Posgrado Humedales de la Universidad Nacional de San Juan.

Este tema está en boga debido al impacto negativo que genera la intervención en las zonas donde existen estas particularidades y una de las herramientas principales que dan en este curso es el Índice Estandarizado de Evapotranspiración y Precipitaciones: “Con ese índice uno puede determinar la severidad de los eventos extremos, tanto de inundaciones y de sequías. Cuando hablamos de inundaciones nos referimos a eventos muy lluviosos o periodos muy húmedos, pero no de desbordes de ríos como solemos hablar. Entonces, uno conociendo cuál es la recurrencia o la tendencia de determinados periodos podemos ver qué paso climáticamente en nuestra área de interés y con eso evaluar el efecto de esta variabilidad climática sobre algún tipo o determinados humedales que nos interesen”.

El investigador explica que a raíz de saber qué resultados dio ese índice se pueden ver cuán ligados están los humedales, por ejemplo, a estos eventos de lluvia o sequía, si responden rápidamente o no y así sucesivamente: “A partir de esa información y de conocer, por ejemplo, cuál es el porcentaje de cobertura de agua que tenemos en dichos momentos, cuál es la población que tenemos expuesta, no sólo por los riesgos sino por un punto de vista de conservación, podemos determinar cuáles son las dinámicas naturales de esos ambientes para después proponer medidas de mitigación de riesgos o conservación de estos recursos o también pensando en el uso sustentable del recurso”.

Este curso se da en el marco del Doctorado en Geografía y lo que busca, según explicó Contreras, es que, a la hora de analizar la dinámica de algún humedal determinado, se tome todas las miradas posibles desde una perspectiva geográfica: “Hay que abarcar todas las variables climáticas, geográficas, geomorfológicas. Todas esas cuestiones inciden en las cuestiones naturales, pero también esta bueno tener en cuenta los efectos humanos en esos humedales, la construcción de diques, el desvió de agua para la agricultura o el consumo, todo esto que incide en el normal funcionamiento de estas dinámicas naturales para comprender el impacto que generamos en estos ambientes”.

La idea es que las y los investigadores de este curso puedan predecir escenarios futuros: “Conociendo cuáles fueron o cómo es la situación de determinado humedal que a nosotros nos interesa estudiar y conociendo cuáles son las respuestas en eventos extremos. Por ejemplo, en años muy lluviosos o muy secos nosotros podríamos ir prediciendo cuáles son los escenarios futuros de continuar con estas situaciones. Un poco conociendo la situación pasada y viendo los escenarios presentes podemos anticiparnos a futuros escenarios de cambios pensando en los efectos de cambios climáticos global, y si es que estos eventos extremos, tanto de inundaciones o sequías, perduran en el tiempo o se vuelven más severos o cada vez más recurrentes como estamos viendo”.

“En mi caso, estudio lagunas que se encuentran en la provincia de Corrientes. En la actualidad, la sequía extrema que estamos viviendo desde el año 2019 genera que un gran número de estas lagunas se sequen por completo, lo que las deja expuestas a ser ocupadas como parte del crecimiento espacial de las ciudades”, aclaró Contreras.

Muchos trabajos de investigación de este tipo devienen en campañas de divulgación que permiten que la ciudadanía tome conciencia de lo que está sucediendo y eso genere la presión necesaria para que se creen políticas públicas que protejan estas zonas: “Hoy se trabaja en una ordenanza municipal para evitar que el problema persista. Lamentablemente, cuando retornen los períodos húmedos, vamos a volver a repetir los conflictos socioambientales vinculado a la ocupación urbana en humedales”.

En San Juan, este equipo está trabajando la situación de las Lagunas de Guanacache: “Este es un ejemplo de un humedal que no sólo se ve afectado por una tendencia a la sequía en los últimos años, sino también el accionar antrópico que potencia dichos efectos negativos a través de la generación de diques y desvío de las aguas. No obstante, siempre es interesante generar estás comparaciones entre regiones tan dispares (comparando San Juan con Corrientes), porque pese a tener grandes contrastes geográficos como las alturas (montaña y llanura) o entorno, las grandes diferencias en los montos pluviométricos, los conflictos socio ambientales resultantes de la variabilidad climática, parecieran ser ‘los mismos’. Esto permite dar cuenta de que necesitamos ser más empáticos con nuestros paisajes y hacer un uso sustentable de los mismos, siempre y cuando nuestro objetivo sea conservarlos, claro está”.