Revolución de Mayo: en San Juan no pasó nada

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Sin participación alguna de la provincia, la Revolución llegó tarde a estos lugares. Primeramente, tuvo repercusión en la conformación administrativa, pero, en lo inmediato, no en la economía y la sociedad.

Por Belén Ferrer

Imagen de portada: Si San Juan

Francisco Ceballos, magister y profesor de Historia de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes y miembro del Programa Universitario de Asuntos Indígenas, nos adentró a la historiografía local de la época revolucionaria de 1810. Según nos comentó, hay mucho escrito sobre la historiografía sanjuanina del 25 de Mayo. En primer lugar, podemos decir que la noticia no llegó el mismo día como estamos acostumbrados en los tiempos de hoy, sino que demoró 23 días en llegar y la trajo Corvalán, enviado de la Junta, proveniente de Mendoza. A San Juan la noticia llegó recién el 17 de junio y causó un alboroto bastante importante. Recibir una noticia de esa dimensión, donde se había armado una Junta en nombre del Rey, que el Rey estaba preso y todo lo demás, generó convulsión y expectativa de qué hacer. Además, San Juan dependía administrativamente de Córdoba y esperaba la decisión de Mendoza, que era la ciudad más importante de Cuyo.

Mg. Francisco Ceballos: «San Juan recién experimentó cambios significativos en la segunda mitad del Siglo XIX con la llegada de la inmigración».

Francisco explicó que desde Córdoba se planteó que no había que aceptar la conformación de la Junta, ése fue un foco contrarrevolucionario. En cambio, Mendoza sí adhirió a la Revolución, así que San Juan terminó tomando la decisión de seguir sus pasos.

San Juan no tuvo un papel importante en esta fecha, cuenta el historiador, pero la situación revolucionaria fue totalmente disruptiva. De hecho, se nota en las Actas de Cabildo: San Juan tomó la decisión de adherir a la Junta de Mayo en Buenos Aires el 7 de Julio; primero, porque estaban esperando la decisión de Córdoba y de Mendoza y, por otro lado, porque había una división muy grande entre los que querían seguir manteniendo la fidelidad del Rey y los que pretendían iniciar este camino revolucionario, que eran los menos. Inevitablemente se impuso esta decisión acompañando a Mendoza, que presentaba la mayoría de Cuyo, más que por una decisión aceptada por la mayoría dentro del Cabildo local.

El 7 de julio se adhirió a la Junta y el 9 de julio se eligió al representante, al diputado que iba a formar esa famosa Junta Grande, que fue José Ignacio Fernández Maradona; recién ahí San Juan se sumó completamente al proceso revolucionario.

Por eso, se afirma que la Revolución fue eminentemente porteña, gracias al puerto, ya que se desarrollaba a partir de ideales que no solamente se habían forjado en América, sino que venían de textos y diarios de Europa.

Organización social: “sanos y principales” vs “enfermos e insignificantes”
En palabras del entrevistado, en esa época la organización social de la provincia era sumamente desigual. Había una clase privilegiada que dominaba las actividades económicas: la producción de aguardiente, la producción de frutos secos, el traslado de cierto ganado hacia Chile. Todavía no había una actividad relevante en cuanto a la vitivinicultura, prevalecía una economía de subsistencia, se producía para abastecer a la población y, si se llegaba a un excedente, se comercializaba.
Además, existía una pelea por los espacios de poder. La inmigración se dividió en dos: los hijos de los primeros colonizadores españoles del Siglo XVI, que correspondían a una inmigración que había llegado con los reyes de Austria y que se los llamaba los Beatos, y un segundo grupo, los Marranos, del siglo XVIII o XIX, que viene con nuevas ideas, con la Ilustración y con los Reyes Borbones. Según lo que se sabe, había una discusión entre estos grupos hacía mucho tiempo en San Juan referida a pelear por los mandos, ya que ambos grupos pertenecían a la clase social alta y tomaban las principales decisiones en el Cabildo.

Curiosamente, opina Francisco Ceballos, el historiador sanjuanino Horacio Videla los llama “la parte más sana y principal de la población”, lo que da una referencia sociológica. Primero lo “sano”, no solo haciendo referencia a las condiciones de limpieza sino a lo intelectual, la formación y la posibilidad de “pensar”. Y por otro lado, “principal” de la población, que eran relevantes por encima del resto.
En el medio había un grupo social muy marcado por el mestizaje en San Juan, pero finalmente el sector más perjudicado será el de los esclavos, que era un porcentaje muy pequeño de afrodescendientes o africanos. Las condiciones de esclavitud también existían, ya que no se los compraba pero vivían con muy malas condiciones de trabajo, sobre todo los indígenas que eran trasladados hacia Chile desde el inicio de la conquista. En varias ocasiones aparecieron protestas al Cabildo en reclamo a esas condiciones.

Lamentablemente, San Juan tuvo una movilidad social muy escasa en ese periodo. Recién experimentó cambios significativos en la segunda mitad del Siglo XIX con la llegada de la inmigración. Lo que sí cambió con la Revolución de Mayo fue la administración del Gobierno: San Juan formaba parte de la Gobernación de las Intendencias y dependía de la Capital del Virreinato. Allí se crearon Juntas subalternas en las provincias que adhirieron a la Revolución. Después los Triunviratos van a ir transformando esta situación. El Segundo Triunvirato creó la Gobernación de Cuyo, que es donde se lo termina nombrando a San Martín. Por ese lado, sí hay una reconfiguración política y, en lo económico, la situación se mantuvo hasta mediados del Siglo XIX, sobre todo el aislamiento de San Juan y la economía de subsistencia.

El gran cambio fue la dependencia administrativa y la adhesión de San Juan al pensamiento liberal de Buenos Aires, que sostenían que el hombre y la mujer eran libres por el simple hecho de ser personas.
Lo que no se recalca demasiado, es que la Revolución de Mayo tiene mucha relación con el pensamiento indígena, porque Mariano Moreno tuvo una cercanía a esa realidad ya que estudió en la Universidad de Chuquisaca, en Perú. Moreno también era muy consiente de la situación de la mujer y como formó parte de la Junta, inevitablemente anheló esos ideales de libertad e igualdad ligados al pensamiento ilustrado.

En San Juan no hay registro de indígenas adhiriendo a actos revolucionarios, principalmente porque es complicado encontrar referencias, ya que les cambiaban los nombres cuando los bautizaban o ellos mismos no se reconocían como indígenas por miedo.

Indígenas a la guerra
Francisco nos comentó que los pueblos originarios recién aparecen en la historiografía sanjuanina en el momento de la conformación del Ejercito Libertador, con una participación voluntaria y otra impuesta. Por un lado, los que adherían a toda la gesta, ya que San Martin tenía una impronta y una manera de ser que contagiaba ese ideal de igualdad y libertad revolucionario. Y por otro, la propuesta inevitable para hacerlos participar era la libertad, ya que estaban en condiciones de esclavitud: se les decía que al cabo de seis meses de participar en el ejército iban a ser libres. De ahí viene la frase de Soler en Chacabuco “Pobres negros”, porque él se adelantó al ataque y le salió mal. San Martin no tenía pensado esto y los que murieron son en su mayoría el batallón de esclavos africanos.

El papel de las sanjuaninas en la Revolución
Según cuenta Francisco, en el Buenos Aires de esa época las mujeres desde un primer momento acompañaban, no solo en las decisiones que se tomaban en el Cabildo, que estaba formado por hombres en un 100%, sino también en las opiniones que se iban difundiendo adentro de las casas. Ellas irradiaban los ideales de la Revolución, por eso fue un rol muy importante el de la mujer.

La educación en San Juan no tenía que ver tanto con la escuela, la Escuela del Rey y posteriormente la Escuela de la Patria, sino más bien en la formación de nociones políticas. Estas cuestiones que se hablaban sobre la Revolución, las mujeres las difundían hacia adentro de las casas.

Sin embargo, en la historiografía porteña ya van apareciendo mujeres que participaron activamente en el proceso revolucionario. Las reuniones sociales, por ejemplo, más allá de que se las muestre como algo ilustrativo o decorativo de un relato histórico, eran muy importantes porque eran como las redes sociales de hoy, ahí se definían las revoluciones y se enteraban de las noticias que venían del extranjero. 

 

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