“Era obvio que después de tantos años de progresismos institucionalizados haya rebeldía de derecha acá”

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Pedro Saborido es productor y guionista del programa «Peter Capusotto y sus videos». En su currículum también muestra que trabajó con Tato Bores. Además, incursionó en producciones de radio, en teatro y tiene libros publicados. Estuvo en San Juan ofreciendo una charla sobre creatividad en el marco del Mercado de Industrias Culturales Argentinas (MICA). A propósito, “la creatividad es lo contrario de la resignación”, sostiene, en una entrevista con Revista la U.

Por Fabián Rojas

-En cuanto a propuesta desde el Estado, ¿cómo evalúa el MICA, el Mercado de Industrias Culturales Argentinas?
-El MICA creo que representa una oportunidad para que mucha gente con proyectos creativos culturales, que pueden ir desde el teatro, el audiovisual, el circo hasta el diseño textil y la artesanía, tengan la chance de hacer un emprendimiento en el cual se empiecen a relacionar con otros mercados y emprendedores no solamente de San Juan sino con otros de Argentina y del mundo. El MICA propone una plataforma de encuentros, capacitaciones y reflexiones, pero sobre todo de contactos para encontrar nuevos consumidores de productos. Pero también para encontrar aquel socio o aliado para poder hacer crecer tu producto.

– ¿Y en su caso cómo es su actuación en ese marco del MICA?
– Yo hago una charla de creatividad, en que trabajo la idea de que, básicamente, cualquiera puede ser creativo. Es una charla que tiene que ver con terminar con muchas de las autopercepciones que uno tiene sobre nuestras capacidades. Hay que terminar con esto de decir “yo no soy creativo”, “yo no puedo hacer esto”. Cualquiera a partir de un hábito o de un ejercicio puede ser creativo. También es una charla donde cuento cosas del programa, cómo trabajamos con Capusotto, cómo diseñamos los personajes, cómo los trabajamos, cuáles son nuestros métodos para hacer los sketchs y seguir creando historias. Pero también para que cada uno encuentre su propio método.

– ¿Cómo es crear ahora, en medio de una vorágine de mensajes homogéneos, unívocos?
-Encontrás la creatividad a partir no de quedarte quieto y resignado frente a lo que ocurre sino al revés, enfrentando. La creatividad es lo contrario de la resignación, y es ponerla en ejercicio, no frustrarse, ser tolerante al fracaso y amigarse con los intentos. Ahí es donde uno, frente a eso que nombrás vos, que en un momento se le abalanza encima a uno, debe poder tomar la tranquilidad de jugar y a partir de ahí sacar algo nuevo.

Ha trabajado con Tato Bores, ahora trabaja con Diego Capusotto, en productos que siempre están atravesados por el humor desde situaciones sociales muy argentinas. El Indio Solari dice en una canción “si de reír se trata, creo, son verdaderos dramas”…
-Lo que se agradece siempre del humor es el acompañarte en atravesar un drama, en conjurarlo. No sé si en vencerlo, no sé si en solucionarlo y no sé si en esquivarlo. Pero sí el humor te va a poder acompañar por lo menos para las otras tareas.

– ¿Cómo es su relación con Capusotto? ¿Son amigos?
-Sí, somos amigos, básicamente eso. Nos hicimos amigos a partir de hacer el programa. Muchas veces nos encontramos y falta eso, porque no estamos haciendo el programa, pero siempre charlamos mucho de política, de la vida, de fútbol… qué se yo, de cosas que charlan los amigos.

¿Cómo se manejan con el tema del público del programa “Peter Capusotto y sus videos”? Hay un libro de Pablo Stefanoni que se llama «¿La Rebeldía se volvió de derecha?”, y es como que hay un panorama nuevo, ¿piensan en que hay que llegar a un público más derechizado también?
– La derecha siempre estuvo y siempre está.

-Pero, ¿no hay más ahora?
– Hoy se nota más. Tal vez hay un poco más que antes, o menos, qué se yo. Se expresa más electoralmente, tal vez. Pero era obvio que después de tantos años de progresismos institucionalizados haya rebeldía de derecha acá y en todo el mundo. Fijate en Francia, Macron y Le Pen, está todo corrido como del centro a la derecha. Son momentos de la humanidad, hay un gran vaivén. Mirá lo que pasa en Chile, o lo que por ahí va a pasar en Brasil si gana Lula. En realidad, todas las  épocas van a tener sus características y sus vaivenes. Son pulsiones sociales que hacen que algo no se termine de establecer nunca, sino que haya una tensión constante entre lo conservador y lo innovador.

-Y teniendo en cuenta eso, ¿cómo piensan en su target para el programa?
-No, no, no. No pensamos porque no sabemos pensar en esos términos. No sabemos hacerlo. Somos más perros que veterinarios, ¿me entendés? Hacemos lo que nos sale, y por ahí no funciona. Vos decís “che, qué bien, hicieron Violencia Rivas, Micky Vainilla”, y te digo “también hicimos un montón de personajes con los que no pasó nada”. Bueno, eso te puede pasar con un sketch o te puede pasar con toda una época.

-Pero hay personajes del programa con mensajes que pegan…
-Sí, pero son clásicos. Siempre lo que nosotros tratamos, y hacemos, es saber que vamos a algo que provoque risas. Si vos sos genuino y honesto ahí, y a esto lo digo siempre, no hace falta estar todo el tiempo con la premisa de hacer una denuncia. Si vos sos genuino, te podés poner a hacer una historia de un perro que empieza a hablar y pone una pizzería y va a parecer lo que vos pensás.

¿Propuestas como las de sus programas son más factibles en medios públicos que en privados?
-No, hemos estado en los dos. Pero tal vez haya productos que quizás fueron más transgresores y ahí es más factible en una pantalla pública que en una privada, porque desde los espacios públicos se puede apostar más. Porque también hay, quizás, una cierta misión de lo público que es encontrar nuevas alternativas, no repetir exactamente lo que hacen todos. Aspiramos a que un canal público pueda competir, pero no necesariamente reproduciendo lo que hacen los otros canales.

-¿Es estar conectados con el mundo cotidiano intensamente el hecho de pensar en guiones para un programa como “Peter Caspusotto y sus videos”?
-Sí, pero no con lo que pasa en las agendas sino con lo que pasa alrededor de uno. Más en lo que pasa en la Pizzería La Regional que lo que dice El Zonda. Es El Zonda, ¿no?

– ¿Canales universitarios y públicos le producen buenas expectativas?
-Por un lado, son un canal de comunicación y experimentación dentro de los universitarios, pero también debería entenderse que no es un medio para que la universidad se hable a sí misma, sino para que se encuentre con la sociedad. No hay que exigirle a la gente todo el tiempo que se acerque a la universidad, la universidad se tiene que acercar a la gente. La gente tiene muchos problemas y bombardeos mediáticos como para que también esté obligada a acercarse a la catedral del conocimiento. A mí me gusta más cuando la universidad conserva su excelencia académica pero también tiene un lugar para abrirse a aquel que necesita al menos tener un contacto mínimo con el saber. Muchas veces los divulgadores son criticados porque dicen “éste bastardea el conocimiento”, pero hay gente que por ahí no puede hacer cinco años de filosofía y letras, entonces está bien poder acceder así, porque la divulgación democratiza el conocimiento. Y hace que cada uno lo tome en el nivel que lo pueda tomar.